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Diez de los vinos más exclusivos que se elaboran en España
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Caprichos líquidos

Diez de los vinos más exclusivos que se elaboran en España

Son las más relevantes etiquetas de nuestro país que cualquier aficionado querría probar una vez en la vida, aunque su precio las convierte en lujosos caprichos embotellados

Foto: Foto: EFE.
Foto: EFE.

Auténticas joyas enológicas y por eso exclusivas. Una de las razones en las que se justifica el precio que alcanzan estos especiales vinos españoles, algunos incluso ‘mileuristas’ pues superan las tres cifras. Y lo cierto es que esta decena de etiquetas es muy representativa del ‘nivelazo’ que hay en nuestro país ya que podrían ir acompañadas de otras tantas. Es verdad que no son muchas las que pasan de mil euros ni incluso de los quinientos, y es que en España podemos disfrutar de enormes elaboraciones (¡auténticos vinazos!) por debajo de los doscientos euros. Una excentricidad para muchos, seguro, que exige por supuesto de bolsillos desahogados, pero lo que es incuestionable es que son caprichos para aficionados que quieren darse el gustazo de probarlos en algún momento de su vida –pues obviamente no son vinos para tomar de manera habitual–, y acierto seguro para quien pueda permitirse el lujo de regalarlos cual experiencia enológica inolvidable. En todo caso, hay que recordar también que, a diferencia de lo que sucede en otros países, aquí se pueden adquirir maravillosas etiquetas sin necesidad de un inmenso roto en la cuenta.

No obstante, hay argumentos con los que justificar esos altos precios, al menos por parte de sus elaboradores. Quienes, por otro lado, tampoco reparan en el hecho de tener que justificarlo; como cualquier otro artículo de lujo, pues es lo que son estos vinos, los hacen para quien los pueda pagar y le apetezca darse el capricho. En cualquier caso, su precio responde a que se trata de elaboraciones de bajísima producción (muy pocas unidades disponibles) y de altísima calidad, obras de arte para muchos, que proceden de la mejor selección de uvas (de cepas de bajos rendimientos siempre) y solo salen en las añadas que consideran extraordinarias para hacerlos posibles. Por supuesto, no es dato menor reparar en el tiempo de crianza de estos vinos porque ese tiempo en que permanecen en la bodega es dinero.

Foto: Ingrid Bergman y Cary Grant. (CP)

A partir de aquí, está la oferta y la demanda: a más personas interesadas y menos unidades, mayores los precios. Pero además son factores que influyen la bodega que está detrás, la zona de la que proceden y la persona o personas que los firman. No obstante, hay que añadir que esta prestigiosísima decena cuenta con el indiscutible aval de la crítica y las más altas puntuaciones profesionales en cada una de las cosechas presentes en el mercado. Y es que en el vino en general, pero en este tipo de ‘vinazos’ en particular, es muy importante el factor añada porque también condiciona su precio; puede variar, por ejemplo, dependiendo si es la cosecha más reciente en el mercado, o si se trata de una anterior pero considerada de calidad excepcional por las condiciones en que se desarrolló la viña, lo cual justifica que aumente la cantidad por eso de disfrutar de reconocimiento extra ganando valor con el paso de los años…al margen de hasta dónde podrían llegar en una subasta.

En resumen, una lujosísima selección con mayoría de tintos (elaborados en muy distintos territorios de nuestro país) aunque incluye un blanco y un espumoso, porque también entre estos existen auténticas maravillas vinícolas. Entre los denominadores comunes: intensidad y riqueza aromática, complejidad, expresividad, potencia, profundidad, vinos con estructura y volumen en la boca, y por supuesto persistencia en el paso. Además de ser vinos que se podrán seguir disfrutando aunque cumplan una década. Tras todo lo dicho, importante recordar que los precios corresponden a la última añada presente en el mercado. Además de insistir en el hecho de que la selección, si bien incluye lo más top del país, podría haber admitido unos cuantos más. Lo que hace que España, en calidad de vinos, también sea afortunada.

Elaboraciones de cuatro cifras

Los cuatro mileuristas iniciales, y únicos, tienen procedencias muy diversas si bien dos de ellos comparten elaborador. Pingus 2019 (1.300 €) es el grande e inconfundible que firma el enólogo danés Peter Sisseck, uno de los personajes clave del vino español afincado en la Ribera del Duero (Quintanilla de Onésimo) hace ya varias décadas. El nombre del vino responde al mote que la familia le puso de pequeño, inspirado en unos dibujos animados de su país. Pingus nace en el año 95 y desde el primer momento logra los mayores halagos, entre ellos el interés del que fuera el gran gurú americano, Robert Parker. Elaborado con uvas de tinto fino, de entre 65-70 años procedentes de tres pagos burgaleses de La Horra, y viñas sobre las que realiza prácticas biodinámicas (siguen los ciclos de la luna en todo lo que respecta al laboreo y por supuesto evitan cualquier producto químico). Salen unas 6.000 botellas.

Otro grande del vino español, Álvaro Palacios, es el artífice de La Faraona 2019 (1.200 €), en este caso dentro de la DO Bierzo y del que hacen menos de 1.500 botellas. Hablamos en plural porque en el vino participa Ricardo Pérez, sobrino de Álvaro y también enólogo, además de persona al frente de la bodega –Descendientes de J. Palacios–, en el municipio de Corullón (León). Un monovarietal de la autóctona mencía, de cepas centenarias que crecen en el Paraje La Faraona, ubicadas en pendientes de pizarra a 900 metros de altitud. Fermenta en pequeñas tinas de madera y hace la maloláctica en barrica, a lo que sigue una crianza en madera de 9 meses y medio. La Faraona es un exclusivo vino de paisaje porque en él encuentras todo ese entorno que rodea y en el que año a año nacen las uvas de mencía.

placeholder Mileuristas.
Mileuristas.

También es obra de Álvaro Palacios L’Ermita 2019 (1.300 €), este en la DO Priorat y con el que el elaborador se ha situado en lo más alto del panorama vinícola internacional. Procede de una parcela seleccionada de 1,4 hectáreas, en el municipio de Gratallops, y en su composición participan garnacha y cariñena en su mayoría, junto a un pequeño porcentaje de variedades blancas que están salpicadas por el mismo viñedo. Todas con edades que oscilan entre los 83 y los más de 110 años sobre suelos de pizarra (licorella) casi en vertical, trabajados como antaño (caballerías y todo manual). Es uno de los vinos que más ha contribuido a darle fama y prestigio al Priorat. Desde sus comienzos, la intención de Palacios ha sido transmitir en sus vinos todo el carácter de estos 'terroir', claramente marcados por la mineralidad de esa pizarra. La siguiente añada de ambos vinos, la 2020, saldrá a la venta en otoño de este año.

De la denominación toresana procede Teso la Monja 2017 (1. 200€), obra de los riojanos hermanos Eguren (Sierra Cantabria), una familia de referencia en Rioja (viticultores desde hace cinco generaciones) que ha ido ampliando su presencia a otras zonas y elaborando vinos de enorme éxito dentro y fuera del país. En este caso se trata de la referencia top de la bodega del mismo nombre, Teso la Monja, que tienen en la DO Toro. La primera añada que hicieron fue la 2008 y embotellan en torno a 900 unidades los años que lo hacen, lo que contribuye al mito y a que sea un vino de auténtico lujo. También es verdad que está limitada a la producción de la pequeña parcela de tinta de Toro de la que procede, un viñedo centenario y prefiloxérico (en suelos de canto rodado y grava pero con alto nivel calizo), que trabajan de forma artesanal, todo en orgánico, y que una vez en la bodega aguantará al menos 24 meses en barricas francesas.

Algunos más por debajo de mil

De otro novedoso proyecto de los Eguren, en esta ocasión en Rioja, es Sierra Cantabria Mágico 2019 (720 €), un 'coupage' de las variedades tintas y blancas presentes en el viñedo del que proceden, aunque tempranillo y garnacha son las mayoritarias. Nace en una pequeña parcela en San Vicente de la Sonsierra, con más de cien años de edad, plantada después de la filoxera. De nuevo, un vino de paisaje, reflejo de ese lugar, cultura, entorno en el que nacen las uvas y otra de las valiosas joyas de Miguel y Marcos Eguren, con una producción aproximada de 2.000 botellas. En sintonía tienen también el Sierra Cantabria CVC 88 (790 €), un vino con el que los hermanos quisieron homenajear a su padre, Guillermo Eguren, en su 88 aniversario, de un viñedo de tempranillo plantado en 1960, y que resulta de la combinación de varias cosechas (las seleccionadas 2007, 2010 y 2012), pues a eso responde lo de CVC. Su crianza, en torno a 98 meses.

Nos vamos ahora a la gama por debajo de 400 euros y el primero procede de territorio alavés, Viña El Pisón 2019 (380 €), en concreto de Laguardia, donde se localiza Bodegas Artadi, con Juan Carlos López de Lacalle a la cabeza y una de las firmas de referencia en la zona. Es el gran vino de la casa, procedente del pequeño pago de que recibe el nombre, plantado en 1945 de tempranillo por el abuelo de Lacalle sobre roca madre de arenisca y por ende un suelo pobre. El vino, complejo, elegante, profundo y bastante mineral, tiene una crianza de 10 meses en barricas francesas donde previamente ha realizado también la fermentación maloláctica.

placeholder De tres cifras.
De tres cifras.

Por supuesto, no podía faltar el vino español más internacional, Vega Sicilia Único 2012 (350 €), este bajo el paraguas de la DO Ribera del Duero. La familia Álvarez, propietaria de la bodega, este año está celebrando los 40 años de su llegada al vino y a esta casa, desde hace unos años bajo la marca Tempos Vega Sicilia pues a día de hoy conforman un importante grupo vinícola con seis bodegas en propiedad. La más reciente, la que en un par de años abrirá sus puertas en las gallegas Rías Baixas (Bodegas y Viñedos Deiva). En cuanto al buque insignia de esta importantísima familia vitivinícola, Vega Sicilia Único, es un tempranillo con un 5% de cabernet sauvignon con al menos 10 años de crianza entre el tiempo que pasa en barricas, tinos y después en el botellero antes de salir al mercado. Por cierto, esta casa también tiene su 'combinado de cosechas'. Se trata de Único Reserva Especial 2021 (450 €) formado por las cosechas 2008, 2010 y 2011.

Y es ribereña también la elaboración más 'premium' de Bodegas Hermanos Sastre, Pesus 2016 (350 €), otra de las históricas de la Ribera del Duero pero en su caso asentados en la zona burgalesa de La Horra. Jesús Sastre, enólogo y director general de la casa, representa la tercera generación de una familia de viticultores que tienen en las viñas uno de sus más preciados tesoros pues casi todo el viñedo es viejo y está en vaso. Además, cultivan todo en ecológico e incluso emplean prácticas de la biodinámica. Pesus es el vino de la familia pues el día que recogen la uva de los pagos del que procede hacen fiesta. Compuesto por tempranillo con un 15% de cabernet sauvignon y merlot, con una media de cien años, es la expresión del territorio: viñas a más de 800 metros, en laderas sobre el Duero y en suelos arcillo calcáreos. Tiene año y medio de crianza en roble francés y elaboran tan solo 2.000 botellas.

También el lujo viste de blanco

Y para terminar dos referencias blancas, una tranquila y la otra de espumoso porque también hay ‘poderío’ y grandísimos vinos cuando se trata de blancos, a pesar de que haya costado bastante más tiempo reconocerlo y apoyarlo… Enate UNO Chardonnay 2013 (295 €) es la gama top de Enate en el Somontano. Se trata de un monovarietal de chardonnay de las cepas más antiguas de la zona, de un pago sobre suelo franco arenoso. El vino es fermentado en barricas de roble francés y tiene una posterior crianza de unos 19 meses también en barricas con sus lías. Un vino de amplísimo recorrido que, como el resto de vinos de la casa, va ‘vestido’ con una pintura original, en su caso del pintor e interiorista alemán Erwin Bechtold. Porque conviene recordar que Enate cuenta con una colección de arte de las más impresionantes dentro de una bodega.

Respecto a los espumosos, hay varias casas elaboradoras que tienen vinos que rondan los 140-150 euros, como es el caso de este de Gramona (Sant Sadurní d'Anoia), seleccionado para la ocasión porque este año está celebrando su centenario. Cien años elaborando espumosos de los que 70 se han venido dedicando a las largas crianzas… pues las burbujas, bien hechas, crecen y muy bien con el paso del tiempo. Es el caso de este Enoteca Gramona 2006 Brut Nature (140 €), el más 'premium' de la familia con una crianza en rima de más de 160 meses con tapón de corcho. Está compuesto de un 60% de xarel.lo y un 40% de macabeo, 'coupage' trabajado en ecológico y bajo prácticas biodinámicas (o sea, puro respeto a la tierra y sus ritmos), y salió por primera vez con la cosecha 2000. Un grandísimo vino blanco, espumoso, para cerrar esta selección. Dicho lo cual, la pregunta puede ser quién está dispuesto, en este país o fuera, a pagar más de cien euros por una burbuja española… pues también las hay bastante por encima, pero de esas ni hablamos; estupendas elaboraciones que por el momento no cuentan con la atención y comprensión que merecerían.

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Lujo en blanco.

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Auténticas joyas enológicas y por eso exclusivas. Una de las razones en las que se justifica el precio que alcanzan estos especiales vinos españoles, algunos incluso ‘mileuristas’ pues superan las tres cifras. Y lo cierto es que esta decena de etiquetas es muy representativa del ‘nivelazo’ que hay en nuestro país ya que podrían ir acompañadas de otras tantas. Es verdad que no son muchas las que pasan de mil euros ni incluso de los quinientos, y es que en España podemos disfrutar de enormes elaboraciones (¡auténticos vinazos!) por debajo de los doscientos euros. Una excentricidad para muchos, seguro, que exige por supuesto de bolsillos desahogados, pero lo que es incuestionable es que son caprichos para aficionados que quieren darse el gustazo de probarlos en algún momento de su vida –pues obviamente no son vinos para tomar de manera habitual–, y acierto seguro para quien pueda permitirse el lujo de regalarlos cual experiencia enológica inolvidable. En todo caso, hay que recordar también que, a diferencia de lo que sucede en otros países, aquí se pueden adquirir maravillosas etiquetas sin necesidad de un inmenso roto en la cuenta.

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