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Peter Sisseck, anfitrión de Federico y Mary de Dinamarca en España: vinos y tragedias
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VISITA REAL

Peter Sisseck, anfitrión de Federico y Mary de Dinamarca en España: vinos y tragedias

Los príncipes herederos de Dinamarca estuvieron en Valladolid el fin de semana con este bodeguero, autor de uno de los vinos más aclamados y caros de España

Foto: Los príncipes Federico y Mary de Dinamarca, en una foto de archivo. (EFE)
Los príncipes Federico y Mary de Dinamarca, en una foto de archivo. (EFE)

Los príncipes Federico y Mary de Dinamarca asistieron a una boda en España el pasado fin de semana. Concretamente, los príncipes daneses visitaron la provincia de Valladolid para celebrar la boda de la hija de su amigo Peter Sisseck. La ceremonia religiosa tuvo lugar en el monasterio de Santa María de Valbuena, en la localidad de Valbuena de Duero, a unos cuarenta kilómetros de Valladolid. El día antes acudieron a una fiesta previa en la Hacienda Monasterio, rodeada de unos impresionantes viñedos y a una visita guiada por las bodegas Dominio de Pingus y Pesquera de Duero.

El amigo bodeguero de Federico y Mary, Peter Sisseck, nació en Copenhague en 1962. Es ingeniero agrónomo y enólogo por la Universidad de Burdeos, además de un verdadero apasionado de su profesión. Su relación con el mundo del vino le viene de su tío Peter Vinding-Diers, un prestigioso enólogo de Burdeos y propietario de dos châteaux en la región de Graves: Domaine La Grave y Château de Landiras.

placeholder Peter Sisseck. (EFE)
Peter Sisseck. (EFE)

Peter Sisseck llegó a España en 1990 para dirigir la bodega y plantar los viñedos en Hacienda de Monasterio, logrando situarlos entre los más valorados del mundo. Cinco años más tarde, creó su propia bodega Dominio de Pingus en Quintanilla de Onésimo (Valladolid), utilizando el nombre Pingus porque es como le llaman a él en su entorno más cercano. Con esta bodega, Peter Sisseck ha conseguido engendrar vinos que a juicio de Lavinia, por poner un ejemplo, son casi “perfectos”. Son también unos de los caldos más cotizados del mundo y una leyenda dentro de los vinos españoles.

Accidente

Pero en la vida de Sisseck no todo han sido éxitos. Sufrió el hundimiento accidental del barco en el que viajaban hacia Estados Unidos 30.000 cajas con gran parte de las primeras botellas de Pingus de la cosecha de 1995. Además, tras una sufrida separación matrimonial cambió el color azul en las etiquetas de Pingus por el negro, color que se mantiene hoy en día. Pero, sin duda, el mayor golpe de su vida tuvo lugar en 2013, cuando su hija Alexandra murió en un accidente de tráfico en Dinamarca. La joven tenía tan solo veinte años cuando un autobús turístico arrolló la bicicleta en la que recorría la ciudad. El sufrimiento experimentado por Sisseck hizo que tuviera que congelar su vida un tiempo y delegar en su equipo hasta que consiguió recuperarse de tan duro trance.

placeholder Peter Sisseck, recogiendo un premio. (EFE)
Peter Sisseck, recogiendo un premio. (EFE)

Ahora ha sido noticia porque otra de sus hijas, Leonora, se ha casado con Carlos del Río Oriol. Leonora es arquitecta y ha trabajado en las bodegas de su padre, según desvela su Linkedin. Su marido es hijo de Carlos del Rio González-Gordon, vicepresidente de Ybarra y miembro de la también familia bodeguera González-Byass, con la que el propio Sisseck se ha unido y adquirido viñedos, y una bodega en Jerez de la Frontera (Cádiz) para empezar a elaborar fino de calidad.

Foto: Felipe y Letizia, en la boda danesa. (Getty)

La madre de Carlos es la sevillana Chitina Oriol, conocida por ser una de las propietarias de la floristería Búcaro. Una floristería que sirve a la Casa Real y a familias como los Koplowitz o los Alba. La hermana de Carlos es Fernanda del Rio Oriol, amiga de Tamara Falcó, la joyera Casilda Finat o la instagramer María Fernández Rubíes. Por su parte, tras estudiar Administración y Dirección de Empresas en Cunef, Carlos del Río Oriol lleva trabajando en el mismo negocio que su suegro once años. Desde mayo de 2015, ocupa el puesto de gerente de exportaciones en Hacienda Monasterio.

A lo largo de esta semana han trascendido algunas imágenes del enlace en las que se puede apreciar el vestido de la novia. Para ese día tan importante, Leonora eligió un diseño de corte sencillo y de manga larga, con botones en la parte de delante. La novia quiso cubrir su rostro con un velo de encaje y llegó del brazo de su orgulloso padre al altar de la iglesia de este monasterio cirsterciense fundado en el siglo XII.

Esta visita con motivo de la boda de su hija Leonora no es la primera que realizan Federico y Mary de Dinamarca a su buen amigo Sisseck. En septiembre de 2019 ya estuvieron por la zona con él, quien les hizo de guía por varias bodegas y con el que almorzaron en el restaurante asador Mauro de Peñafiel (Valladolid). Entonces trascendieron unas imágenes de la pareja con Sisseck degustando algunos productos españoles. Los príncipes mantienen una amistad entrañable con este bodeguero a pesar de que reside desde hace casi tres décadas en España.

Sisseck, un enólogo y bodeguero que convierte en oro todo lo que toca, se halla muy ilusionado con el nuevo proyecto jerezano y con la promesa de su hija de seguir con la actividad vinícola junto a su flamante marido.

Los príncipes Federico y Mary de Dinamarca asistieron a una boda en España el pasado fin de semana. Concretamente, los príncipes daneses visitaron la provincia de Valladolid para celebrar la boda de la hija de su amigo Peter Sisseck. La ceremonia religiosa tuvo lugar en el monasterio de Santa María de Valbuena, en la localidad de Valbuena de Duero, a unos cuarenta kilómetros de Valladolid. El día antes acudieron a una fiesta previa en la Hacienda Monasterio, rodeada de unos impresionantes viñedos y a una visita guiada por las bodegas Dominio de Pingus y Pesquera de Duero.

Mary de Dinamarca Federico de Dinamarca
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