El privilegio de reconquistar el Madrid de los Austrias desde un gran hotel-palacio

A pocos pasos de la Plaza de Oriente y del Teatro Real, el Palacio de los Duques Gran Meliá ​combina a la perfección tradición y modernidad en un entorno donde el pasado y el presente dialogan constantemente. Sus jardines históricos y su rooftop, con vistas privilegiadas al Palacio Real y la cúpula de la Almudena, son un auténtico oasis de tranquilidad en medio de la gran ciudad.

Para quienes visitan Madrid con ganas de perderse en su historia, el barrio de los Austrias es una de las zonas más evocadoras de la capital. El paseo por sus calles de adoquines puede comenzar en la Plaza de la Villa, con sus edificios medievales, y continuar por la calle del Cordón hasta la imponente Plaza Mayor. En el camino, es imprescindible detenerse en la iglesia de San Nicolás de Bari, una de las más antiguas de la ciudad, o en la plaza de Ramales, donde se dice que fue enterrado Velázquez, el otro gran protagonista de Palacio de los Duques, omnipresente en sus habitaciones y zonas comunes.

Más allá de los monumentos, el Madrid de los Austrias esconde rincones pintorescos y planes poco convencionales. En la Cava Baja, además de tabernas centenarias, se pueden encontrar pequeñas tiendas de antigüedades y ultramarinos que parecen ancladas en otra época. Para quienes buscan una experiencia diferente, el Jardín del Príncipe de Anglona, un pequeño parque escondido detrás de la Plaza de la Paja, es un lugar perfecto para una pausa entre la exploración del barrio.

El Palacio de los Duques también ofrece su propia inmersión en la cultura madrileña con su espacio gastronómico que rinde homenaje a la cocina castiza. En el Jardín de los Duques se reinterpretan platos tradicionales con toques contemporáneos en tres espacios, a cuál más agradable: la terraza de los jardines, el salón de las antiguas caballerizas y un privé para grupos reducidos.

Para los momentos de relax o ejercicio, el hotel cuenta con un spa de inspiración oriental, una piscina en la azotea con vistas al skyline de Madrid y un gimnasio perfectamente equipado. Pero quizá el mayor lujo sea simplemente pasear por los patios y pasillos del palacio, testigos del paso del tiempo y la historia.

Quienes deseen seguir explorando el barrio más bonito de la capital pueden acercarse al cercano Mercado de San Miguel para probar una selección de tapas o tomar un vermú en alguna de sus bodegas tradicionales. Y al caer la tarde, una de las mejores maneras de despedir el día es hacerlo desde el cercano parque de Las Vistillas, que garantiza uno de los atardeceres más bonitos de la ciudad.

El Madrid de los Austrias es un escenario donde cada rincón cuenta una historia y cada paseo es una invitación a viajar en el tiempo. Más allá del bullicio de la Gran Vía, esta parte de la ciudad conserva el alma de la antigua Villa y Corte, ofreciendo a quienes la recorren una forma única de descubrir Madrid. En ese escenario, pleno en autenticidad, un hotel sobresale entre los demás: Palacio de los Duques Gran Meliá.