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Villa Treville: la pasión italiana de Alejandra Silva, la nueva mujer de Richard Gere
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Villa Treville: la pasión italiana de Alejandra Silva, la nueva mujer de Richard Gere

En la Costa Amalfitana se alza la mansión que la ahora esposa del actor estadounidense refundó con su entonces marido, Govind Yeshe Friedland. Su fama ha crecido con la reciente boda

Foto: Alejandra Silva, en una fotografía de archivo. (Getty)
Alejandra Silva, en una fotografía de archivo. (Getty)

No está contado todo sobre la boda de Alejandra Silva y Richard Gere. Pero para eso hay que volver unos meses atrás. Y viajar desde Nueva York, donde la pareja se ha asentado como matrimonio, a Positano, a unos 270 kilómetros de Roma, donde Alejandra vivía antes de conocer al actor estadounidense con su marido, Govind Yeshe Friedland, padre de su único hijo. Al pie de un rocoso promontorio al sur de esta ciudad italiana quedan cuatro mansiones rodeadas por exóticos jardines y terrazas enclavadas entre pérgolas decoradas con vides, buganvillas y plantas tropicales.

Las casonas, todas con vistas a ese pueblo italiano reconvertido en refugio de ricos y famosos que es Positano, situadas de cara a las azuladas aguas del mar Tirreno, fueron transformadas hace ocho años —era 2010— en un hotel de lujo, conservando el nombre de antaño de la estructura, Villa Treville, sin perder esa inclinación a captar la atención a través de las vertiginosas andanzas de sus propietarios.

Este ha sido una vez más el caso del joven geólogo y empresario Govind Yeshe Friedland, el actual propietario de la Villa Treville, una mansión convertida en hotel. Un lugar mágico que ve cómo se acrecienta su fama cada vez que Silva da un paso más en su relación con el actor de 'Pretty Woman'.

placeholder Villa Treville, en Italia.
Villa Treville, en Italia.
Foto:  Richard Gere y Alejandra Silva, enamoradísimos. (Gtres)

Porque si nadie sabe con exactitud (salvo, claro, los involucrados) cómo se inició la relación entre Gere y Silva (según algunos, se conocían desde hace 15 años; según otros, el encuentro ocurrió en estos parajes, hace cuatro años), de lo que no hay duda es de que la Villa Treville ha tenido un papel protagónico en este cuento reconvertido en película.

Todo empezó aquel 2013 con un comunicado de Ivanhoe Capital, conglomerado especializado en la industria minera del oro y el cobre y propiedad del multimillonario americano-canadiense Robert Friedland, el padre de Govind. La compra se realizó tres años después de que esta impresionante mansión con vistas al Mediterráneo fuese reconvertida en un hotel de lujo por el empresario italiano Giovanni Russo, tras la cesión de la misma por parte del conocido director de cine Franco Zeffirelli.

Govind Friedland y Alejandra Silva cuando eran pareja.

Estrellas de Hollywood

Fue a partir de ese momento que el nombre de Villa Treville empezó a hacerse recurrente en las crónicas de la Costa Amalfitana, al ser asociada no solo con las estrellas de Hollywood que se alojaban en la mansión —solo por citar algunas: Uma Thurman, Alyssa Arce y Sharon Stone—, sino también por el personal toque que Alejandra Silva Friedland le daba al lugar. Y también… por los rumores que rodeaban a la pareja, sobre todo tras el nacimiento en 2012 del pequeño Albert, el hijo de Gavin Friedland y Silva.

“Era el verano de 2014, Gere se encontraba en Campania [la región en la que está Positano] para participar en el Festival de Cine Giffoni Valle Piana. Fue invitado a una cena en un conocido restaurante de Positano, donde se encontraron”, llegó a escribir el diario italiano 'Il Corriere della Sera'. “La relación con Silva y el flamante millonario [Friedland] ya había entrado en crisis después del nacimiento de su hijo. Entre los dos fue amor a primera vista y eso aceleró el divorcio”, añadió el diario sobre la hija de Ignacio Silva, conocido constructor y exvicepresidente del Real Madrid.

placeholder Vista aérea de la mansión del ex de Alejandra Silva.
Vista aérea de la mansión del ex de Alejandra Silva.

Al año siguiente, en efecto, la pareja Silva-Gere fue fotografiada por primera vez, en actitud romántica, por la revista italiana 'Oggi' en Sicilia y, desde entonces, la ruptura con Friedland dejó de ser privada. Y, con ello, Silva también dejó de aparecer en los lujosos meandros de Villa Treville, pero para reaparecer no lejos de ahí junto a Gere. Precisamente: a media hora de coche desde ese lugar, en Conca dei Marini, localidad en la que en agosto del año pasado la pareja incluso alquiló otra vivienda. Tampoco en esta ocasión Gere, que ya en 2016 había visitado un centro de identificación para inmigrantes en Lampedusa junto a Silva, se escondió. Apareció incluso en el Festival de Ravello, en el concierto de un viejo amigo, Wayne Shorter, el compositor y saxofonista de Weather Report.

Exiliado ruso

Foto: Fachada del hotel Ritz, antes de su cierre. (Reuters)

Así llegó el divorcio de ella, que concluyó a finales de 2015, y luego el de Gere, cuyas pautas finales terminaron por fijarse ya entrado 2016. Y así se cumplió el destino de Villa Treville, una mansión tan bella y atormentada como una dama que no se deja conquistar, por atractiva que sea. En los años 20 del siglo pasado había sido punto de encuentro para exiliados e intelectuales rusos, como Serguéi Diáguilev, homosexual, considerado el fundador de los Ballets Rusos y que murió en Venecia en 1929. “Si esos muros hablaran…”, es una frase que se oye a menudo entre los vecinos de la zona.

Por no hablar de los años en que la Villa Treville fue propiedad del florentino Franco Zeffirelli, quien decoró las casonas con parte de la escenografía de 'La Traviata'. En los 35 años en los que vivió en el lugar hospedó en ella a personajes de la talla de Maria Callas, Elizabeth Taylor, Leonard Bernstein o Laurence Olivier. Luego se vio envuelto en una polémica judicial al anexionarse de manera algo dudosa parte del acantilado (1.315 metros cuadrados, en concreto) adyacente a la casa. Algo que enfrentó a Zeffirelli con las autoridades locales y por lo que el artista terminó en las páginas de los diarios italianos y vendió la mansión.

También causó gran revuelo, en mayo del año pasado, la súbita muerte de uno de los veteranos guardianes de Villa Treville, Giuseppe Sorrentino, quien gozaba de buena fama entre los huéspedes de esta mansión con playa privada en la que una habitación para dos personas supera los 2.200 euros la noche, en temporada alta. Sea como fuere, desde el anuncio de la boda de Gere y Silva, en Positano no se habla de otra cosa y la noticia le ha valido al lugar una nueva publicidad gratuita.

En tanto, Govind Friedland, el ahora exesposo de Silva, se deja ver continuamente al lado de celebrities locales e internacionales. "Es el que tiene más glamour entre los hoteleros de Positano”, comentan los lugareños sobre este personaje que, según las crónicas locales, ha intentado solucionar algunos problemas de construcción que presenta el veterano edificio. Quizá en un intento de domar finalmente la magnética Villa Treville.

No está contado todo sobre la boda de Alejandra Silva y Richard Gere. Pero para eso hay que volver unos meses atrás. Y viajar desde Nueva York, donde la pareja se ha asentado como matrimonio, a Positano, a unos 270 kilómetros de Roma, donde Alejandra vivía antes de conocer al actor estadounidense con su marido, Govind Yeshe Friedland, padre de su único hijo. Al pie de un rocoso promontorio al sur de esta ciudad italiana quedan cuatro mansiones rodeadas por exóticos jardines y terrazas enclavadas entre pérgolas decoradas con vides, buganvillas y plantas tropicales.

Florentino Pérez Positano