La infanta Cristina y Lorenzo Caprile, una amistad a prueba de cámaras

La infanta Cristina aterrizó en la mañana del miércoles en el aeropuerto de Madrid con sus dos hijos pequeños, Irene y Miguel, que de pequeños ya tienen poco. Los tres se montaron en un coche y se marcharon con rumbo desconocido. La hija del rey Juan Carlos aprovechaba las minivacaciones de 'half term' que tienen los niños esta semana en su colegio de Ginebra para venir a España. Los motivos para pasar estos días en su país de origen eran varios. El próximo 2 de noviembre es el 80 cumpleaños de la reina Sofía y se está preparando una celebración privada. Además, su marido, Iñaki Urdangarin, permanece ingresado en la prisión de Brieva.

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Pero había un tercer motivo de tinte menos familiar y que dice mucho de la infanta Cristina como amiga. Sabiendo la expectación que genera cada una de sus apariciones en nuestro país, la hermana del rey Felipe se trasladó con toda la familia por la noche hasta el teatro Nuevo Apolo de Madrid. Allí las infantas Elena y Cristina, Victoria Federica, Cristina de Borbón Dos Sicilias y Miguel e Irene Urdangarin disfrutaron de una representación de 'El médico', el musical de moda en la capital.

La exduquesa de Palma estuvo muy agradable, saludó a los actores después de la representación y se marchó tan sonriente como había llegado. El montaje, que está recibiendo muy buenas críticas, tiene en su nómina a uno de los mejores amigos de las Infantas, el diseñador Lorenzo Caprile. El modista (como a él le gusta llamarse) se ha encargado del vestuario de la producción, una de sus pasiones 'desconocidas' además de vestir a las novias de la alta sociedad y formar parte del jurado de 'Maestros de la costura'.

Caprile ya tuvo un gesto similar con la infanta Cristina cuando estaba en pleno jaleo judicial. El diseñador acudió por sorpresa como público a la última sesión del juicio del caso Nóos. Una jornada clave porque la defensa de la hermana del Rey exponía el alegato final. Caprile llegó al edificio de la Escuela Balear de la Administración Pública donde se celebraba la vista minutos antes que la Infanta, a la que saludó con un abrazo una vez se encontraron en la sala de vistas. Tampoco a él aquel día le importaron las cámaras.

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Las hermanas de Lorenzo Caprile mantienen una buena relación con las hermanas de Felipe VI desde que compartieron colegio. Una como profesora y otra como compañera de aula. Aunque no suele hablar de esa amistad, en una entrevista con Paloma Barrientos justificó su presencia allí: “Cada acto tiene unas consecuencias y yo iba a lo que iba. En un momento dado en el que doña Cristina podría haber elegido a quien quisiera para su boda, fichó a una chaval que estaba empezando y fue un espaldarazo a mi carrera. Y ese momento nunca lo olvidaré y siempre estaré en deuda. Con lo cual hay que estar ahí en lo bueno y en lo malo”.

Caprile se refería a la boda de la infanta Cristina con Iñaki Urdangarin, en 1997. Aquel día la hija del rey Juan Carlos lució resplandeciente en un vestido firmado por el diseñador. Después, también vistió a la infanta Elena y puntualmente a la reina Letizia.

Pero si hay algún aspecto de su relación que a lo largo de estos años ha puesto en valor la calidad de su amistad, ha sido la discreción con la que Caprile trata siempre el tema de las Infantas. El diseñador tiene entre su círculo de amigos a alguno de los periodistas más conocidos del país. Pero jamás (y ellos lo saben bien) se va de la lengua. En estos tiempos, eso vale oro.