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La valiente 'derecha' de Morante de la Puebla, el último romántico de la Fiesta
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POLÍTICA

La valiente 'derecha' de Morante de la Puebla, el último romántico de la Fiesta

El diestro ha hecho pública su ideología política acompañando al líder de Vox, Santiago Abascal, en la pasada campaña electoral andaluza. También ha sufrido las consecuencias

Foto: Morante de la Puebla. (Getty)
Morante de la Puebla. (Getty)

Era un chico normal. Muy normal. Tímido, menudo. Peinado con raya y ropa modesta. De crío, andaba siempre a la sombra de quien fue su descubridor para los ruedos, Leonardo Muñoz, el padre del trianero Emilio Muñoz. Él fue el primero en percatarse de su potencial como torero, cuando apenas tenía 11 años. Entonces, nadie podía imaginar la transformación personal que en los años siguientes iba a protagonizar el de La Puebla. Porque si bien en los ruedos casi nadie le discute su estatus de figura así como de ser el sucesor de Curro Romero, fuera de ellos José Antonio Morante ha sufrido una metamorfosis plena: “Se ha inventado un personaje, nada tiene que ver el Morante de hoy con el Morante de hace unos años. Ahora se retrata con chistera y pañoleta de terciopelo, enormes patillas y con un estudiado gesto aristocrático, mientras fuma un habano. Una pose que resulta difícil comprender, francamente”, relata un seguidor del diestro que prefiere no revelar su nombre.

[LEA MÁS: La espectacular finca de Morante de la Puebla asaltada por su apoyo a Vox]

Esta semana, Morante regresaba a Sevilla, en Ave, desde Madrid. A la estación fue a recogerle su cuñado. Con el pelo corto, abrigado hasta las orejas, pocos detectaron su presencia, a pesar de que en las últimas semanas se había convertido en el compañero habitual de Santiago Abascal, el líder de Vox, quien el pasado lunes denunciaba en las redes sociales las pintadas amenazantes que aparecieron en la portada de la finca del torero. Morante ha sido uno de los rostros famosos vinculados al del líder de la nueva derecha, a quien quiso acompañar hasta el mitin de cierre de campaña, junto a otros rostros populares como el de Fernando Sánchez Dragó.

Pero quién es ese tal Morante de la Puebla, se preguntan en estos momentos muchas personas que no son aficionadas a los toros y que jamás antes habían oido hablar de él. La respuesta es sencilla, José Antonio Morante de la Puebla es un hombre de origen humilde, dotado con un talento único y especial para el arte del toreo. Diferente al resto de sus compañeros, se puede decir que, a sus 39 años, es el último romántico de los ruedos. Su aparición en la escena política ha sido algo inesperado para la mayoría de sus seguidores, que además son legión. De hecho, sus partidarios pensaban más bien que ideológicamente se vencía por el 'pitón izquierdo'. Pero ha resultado ser todo lo contrario, porque Morante se ha posicionado en el ruedo político muy cruzado al pitón derecho. Quizá le haya podido el saber que Vox reivindica sin complejos la tauromaquia. Quizá. Lo cierto es que sin programarlo ni buscarlo se ha convertido en el mejor abanderado de Santiago Abascal, en este resurgir andaluz del político vasco.

placeholder Morante recibe un premio de la Comunidad de Madrid. (Cordon Press)
Morante recibe un premio de la Comunidad de Madrid. (Cordon Press)

Como Abascal, el diestro se ha casado dos veces. La primera por la Iglesia, en 2005, con la que fue su novia de toda la vida, Cynthia Antúnez, madre de su hijo José Antonio, y de la que se separó en 2008. Los dos tenían 27 años y muchos sueños por cumplir, pero todo cambió cuando él no pudo superar una severa depresión que le hizo incluso retirarse del toreo temporalmente. Había perdido toda motivación. José Antonio decidió viajar a Estados Unidos para recibir tratamiento médico, allí se le diagnosticó un trastorno bipolar; durante muchos meses estuvo medicándose, aún sigue haciéndolo. Su aspecto físico cambió, las facciones de su cara se volvieron redondeadas, también su cintura. Pero el cambio más evidente fue en su rictus, ajeno y triste, como si la vida misma no fuera con él. Fueron momentos duros para el diestro y su familia, “lo peor que me ha pasado en mi vida”, llegó a reconocer.

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En 2008, José Antonio y Cynthia pusieron fin a su matrimonio. Dos años más tarde y tras casi uno de relación, en 2010, el diestro contrajo de nuevo matrimonio con su actual esposa, Elisabeth Garrido, con quien tiene dos hijas de corta edad, María y Lola. En esta segunda ocasión la ceremonia fue civil, con pocos invitados y sin traje corto ni calesa.

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Morante, con su habano, antes de salir a la plaza. (EFE)

La pareja vive en la misma localidad de la que ambos son naturales, La Puebla del Río, junto al Guadalquivir y a solo unos kilómetros de Sevilla. Allí son propietarios de un conocido bar de copas, La Capilla, punto de encuentro en las tardes noches sevillanas de grupos de amigos y aficionados al toro, y en donde en ocasiones se puede ver al diestro sirviendo alguna que otra copa. El establecimiento está decorado con exquisito gusto, en los altos techos lucen frescos pintados por un artista local y el mobiliario fue localizado por un anticuario malagueño amigo del torero a quien también le confió la decoración de su casa.

Sus aficiones

Morante rompe esquema en todo lo que pueda preverse. Sus aficiones pueden resultar singulares, a veces hasta snob, aunque también comunes. Al diestro le encanta el fútbol; es bético, buen bético, lo que no significa, como a él le gusta dejar claro, que sea antisevillista. Morante es aficionado también al arte, pinta, es autodidacta, sin estilo, sin guion, lo que hace que su paleta y sus trazos sean imprevisibles, del mismo modo que lo es él. Otras de sus aficiones son los gallos de pelea y el boxeo, deporte que compara con su profesión, de la que se ha retirado hasta en tres ocasiones. En la temporada próxima estrenará apoderado.

Era un chico normal. Muy normal. Tímido, menudo. Peinado con raya y ropa modesta. De crío, andaba siempre a la sombra de quien fue su descubridor para los ruedos, Leonardo Muñoz, el padre del trianero Emilio Muñoz. Él fue el primero en percatarse de su potencial como torero, cuando apenas tenía 11 años. Entonces, nadie podía imaginar la transformación personal que en los años siguientes iba a protagonizar el de La Puebla. Porque si bien en los ruedos casi nadie le discute su estatus de figura así como de ser el sucesor de Curro Romero, fuera de ellos José Antonio Morante ha sufrido una metamorfosis plena: “Se ha inventado un personaje, nada tiene que ver el Morante de hoy con el Morante de hace unos años. Ahora se retrata con chistera y pañoleta de terciopelo, enormes patillas y con un estudiado gesto aristocrático, mientras fuma un habano. Una pose que resulta difícil comprender, francamente”, relata un seguidor del diestro que prefiere no revelar su nombre.