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Mata Múa: 'érase una vez' un velero símbolo de los sueños de la baronesa Thyssen
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Mata Múa: 'érase una vez' un velero símbolo de los sueños de la baronesa Thyssen

De 38,5 metros de eslora y lujosa decoración, el barco de Carmen Cervera ha sido escenario de escenas de lo más curiosas

Foto: Carmen Thyssen de vacaciones en familia en Ibiza, en 2018. (Cordon)
Carmen Thyssen de vacaciones en familia en Ibiza, en 2018. (Cordon)

Érase una vez un pintor con ansias de libertad, un paraíso soñado, una vida encontrada y pintada en un cuadro maravilloso, el Mata Múa. Hablamos de Paul Gauguin. Érase una vez -que eso significa Mata Múa en maohí, el antiguo idioma de Tahití, donde se refugió el pintor- una bella mujer, una vida soñada, una meta conseguida y un yate gigante que simboliza todo lo anterior. Hablamos ahora del Mata Múa, el barco de Carmen Cervera, Tita Thyssen, la baronesa. Érase una vez, qué contradicción, un cuadro sobre la libertad que da nombre a un velero que habla de fortuna.

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El Mata Múa barco es un motovelero de acero de 38 metros de eslora que fue botado en Barcelona en 1991 y reformado en 2004. Tiene una gran capacidad, cuenta con dos grandes salones, cuatro camarotes dobles, y cabinas para siete miembros de la tripulación. Su interior fue diseñado por Lemmer y el barco ideado por Diana Yacht Design.

placeholder El cuadro Mata Mua (Museo Thyssen)
El cuadro Mata Mua (Museo Thyssen)

Este velero, de pabellón español registrado en las Palmas de Gran Canaria, es propiedad de la baronesa Thyssen pero figura a nombre de una empresa de alquiler de barcos, administrada por Jaime Rotondo, el abogado de la baronesa y se puede alquilar por 110.000 € a la semana, tal y como se ha publicado en Vanitatis.

Decoración colorida

La decoración es muy estilo Tita Cervera, con mucho colorido, en especial porque se trata de un homenaje al cuadro favorito de la baronesa, el citado Mata Múa. Además, de sus paredes cuelgan obras de gran valor y una réplica de... ¿adivinan? El Mata Múa.

Esta embarcación es una de las más famosas del panorama rosa del país y ha sido el escenario de algunas de las escenas más rocambolescas de los últimos años. Como la entrega de una notificación de Hacienda por parte de agentes de la Guardia Civil a la baronesa en la cubierta del barco, foto que se difundió hasta la saciedad.

En Barcelona

El Mata Múa, lejos de estar estos días navegando por las Baleares está amarrado y bien parado en el Puerto de Barcelona, donde no destaca en especial puesto que esta parada marítima se ha convertido en destino de los grandes barcos internacionales, que llegan aquí para ponerse a punto para las épocas estivales.

Con el mismo y romántico nombre los Thyssen bautizaron la villa de Marbella, que de todas las casas en propiedad fue siempre la preferida del matrimonio y sobre todo del barón. Allí pasaban la mayor parte de los veranos con un ejército de servidumbre capitaneado por Carmen Fernández, la madre de Tita, tal y como recuerda Paloma Barrientos en varios reportajes en estas páginas.

Hasta que falleció Carmen, ella fue siempre el hilo conductor en la vida de la familia y un pilar imprescindible en la de su nieto Borja, quien parece que está en desacuerdo con la venta de 'Mata Mua' cuadro, una obra que ha hecho que la baronesa mantenga un pulso con Hacienda. Esa, no obstante, ya es otra historia. Érase una vez…

Érase una vez un pintor con ansias de libertad, un paraíso soñado, una vida encontrada y pintada en un cuadro maravilloso, el Mata Múa. Hablamos de Paul Gauguin. Érase una vez -que eso significa Mata Múa en maohí, el antiguo idioma de Tahití, donde se refugió el pintor- una bella mujer, una vida soñada, una meta conseguida y un yate gigante que simboliza todo lo anterior. Hablamos ahora del Mata Múa, el barco de Carmen Cervera, Tita Thyssen, la baronesa. Érase una vez, qué contradicción, un cuadro sobre la libertad que da nombre a un velero que habla de fortuna.