El motivo que hará repetir a Tamara Falcó en la alfombra roja de los Goya

No nos cansamos de decirlo. Este está siendo el año de Tamara Falcó y, como no podía ser de otra manera, desfilará el próximo sábado por la alfombra roja de los Goya como una auténtica estrella de cine. Faltaría más.

Así nos lo ha confirmado ella en primicia junto con los motivos que han merecido tan solicitada invitación. Porque, no, no está nominada a ninguna categoría y, que sepamos, tampoco entregará ningún premio como sí hizo Mario Vargas Llosa en 2016.

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Tamara asistirá por cortesía de LG en calidad de embajadora. Con esta marca ha protagonizado grandes momentos este año, como la exposición de obras del fotógrafo Jesus Isnard en las que ella era la estrella o la cesión de dos pantallas XXL para disfrutar de la fiesta post-MasterChef. Dos momentazos a los que habrá que añadir su asistencia a esta edición de los Goya (la segunda en su historia).

El look del año pasado

Tamara desfiló el año pasado por los 75 metros de alfombra roja del Palacio de Congresos de Sevilla con un look diseñado por ella misma para su marca TFP. Un diseño de terciopelo negro con incrustaciones de pedrería del Líbano que combinaba con una preciosa capa blanca con un poco de cola.

"Me lo he hecho yo con ayuda, claro está. Ha habido un gran costurero, que se llama Antonio Ramas, que me ha ayudado. Y mi amiga Cristina, que me ha ayudado con el estilismo", confesaba orgullosa a los periodistas y fotógrafos que no dudaron en preguntarla, igual que hicieron con el resto de actrices.

Para completar el look, lució joyas de diamantes y esmeraldas y unos acertadísimos Jimmy Choo. Un outfit que dividió a la crítica, ahora expectante por saber qué se pondrá este año.

Tras los pasos de Preysler

Tamara no es la primera Preysler en acudir a los Goya. Su madre, Isabel, se convirtió en la sensación de la alfombra roja en 2016 cuando asistió del brazo de Mario Vargas Llosa a la gala.

¿El motivo? El nobel entregaba el Goya al mejor guion original, que se llevaron Cesc Gay y Tomás Aragay por 'Truman'. Un papel que no hacía más que confirmar la buena relación del escritor con varios miembros de renombre de la Academia.