Jaime del Burgo, excuñado de la reina Letizia, no quiere encierro: "No pasa en ningún país"

El abogado Jaime del Burgo, exmarido de Telma Ortiz, ha querido manifestarse en contra del encierro que el Gobierno de España ha marcado a raíz de la pandemia del coronavirus. Tras su divorcio y posterior anulación matrimonial, y con la nueva vida afectiva que emprendió Telma, su imagen se ha ido diluyendo en el tiempo. Ahora ha vuelto a actualizarse por dos razones: el nacimiento de su primera hija y su manera de ver la crisis mundial que ha producido el Covid-19.

Hijo del que fuera el primer presidente de la Diputación Foral de Navarra, Del Burgo forma parte del grupo de íntimos de la reina Letizia. Fue uno de sus testigos en la boda con don Felipe y, aunque dejó de ser cuñado al divorciarse, mantiene una buena relación con el matrimonio real.

Vive en su casa de Aravaca (Madrid) y viaja habitualmente a Ginebra y Nueva York con paradas en casa de sus padres en Pamplona, donde también viven algunos de sus cinco hermanos.

Ulla y Lucía

Cuando dejó de formar parte de la familia Ortiz retomó su anonimato. Ha confirmado a Vanitatis el nacimiento de su hija y su nuevo estado civil. Se casó en Madrid hace dos años con Lucía, una abogada penalista que trabaja en el bufete Cremades Calvo-Sotelo, según confirmaba 'La Otra Crónica'. El propio Jaime del Burgo así lo explicaba: “El nombre correcto de mi mujer es Lucía Lilliestrom. Es sueca y a nuestra hija la hemos llamado Ulla, que es el nombre de su bisabuela”.

Una aclaración ajena a su idea de la pandemia, a la que considera como "la mayor locura colectiva jamás vivida”. En otro apartado de su mensaje a este medio dice que “no pasa en ningún país. En Austria se puede salir libremente a la calle en grupo de hasta cinco personas". Y recuerda que "las personas vulnerables deben quedarse en casa. El resto que esté bien tiene que trabajar”. Después de críticas al Gobierno, explica su postura: “Hay que cuidar a los ancianos y, al mismo tiempo, evitar ir a la ruina económica. La vida de millones de personas está en juego”.

Su familia no está muy de acuerdo y su padre, expresidente de la Diputación Foral de Navarra, que sufrió el azote de ETA, es un hombre estricto con el cumplimiento de la ley. Él sí acepta las pautas marcadas por el Gobierno. El hijo, Jaime del Burgo, transmite esa relación paternal a Vanitatis: “Llevamos toda una vida discutiendo porque me hice naturalista en la facultad y sabe que no acepto la ley positiva. Lo respeto y lo adoro, y él me quiere más de lo que merezco”.