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Encuentro LGBTI con Manolo Caro ('La casa de las flores') y Carlos Montero ('Élite')
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ESPECIAL ORGULLO GAY 2020

Encuentro LGBTI con Manolo Caro ('La casa de las flores') y Carlos Montero ('Élite')

Dos de las estrellas de Netflix se reúnen con nosotros para hablar de una causa con la que están muy comprometidos

Foto: Manolo Caro. (Foto: Netflix)
Manolo Caro. (Foto: Netflix)

"Perdón por la tardanza, pero ha habido un temblor en la Ciudad de México fortísimo. Estaba en una junta con el equipo de marketing y no podía parar. Hasta hace nada no se oía otra cosa que ruidos de ambulancias...". Con estas palabras, Manolo Caro, que nos tranquilizaba al decir que se encontraba bien y que había vuelto la normalidad, se incorporaba a nuestro encuentro por videoconferencia tras el seísmo de magnitud 7,5 del pasado martes que sacudió el sur del país.

El director de 'La casa de las flores' se alegraba mucho al saludar (y el sentimiento era recíproco) a otro de los creadores estrella de Netflix, Carlos Montero, artífice de 'Élite', que nos atendía desde su casa. Dos referentes para la comunidad LGBTI con los que teníamos una cita para establecer un diálogo sobre la situación del colectivo en España y México, la creación televisiva como reflejo de la realidad actual y elemento transformador, echar la vista atrás, analizar su brillante presente y mirar al futuro. "Estás en posproducción como yo, ¿verdad, Carlos?", le preguntaba el cineasta mexicano. Y el creador de 'Física o Química' le respondía con entusiasmo: "¡Sí! Tengo unas ganas...". Pero no hagamos spoilers, los detalles sobre sus últimos proyectos surgieron mucho más adelante en nuestra conversación.

PREGUNTA: ¿Cómo puede ayudar la ficción a avanzar al colectivo LGBTI para alcanzar una inclusión definitiva?

MANOLO CARO: No es que pueda ayudar, es que ayuda. Es una pregunta que surge de manera habitual, sobre todo ahora en este mes del Pride, para todos los creadores y los que contamos historias. He hecho una reflexión y me surge la nostalgia porque yo crecí sin verme reflejado en ninguna ficción. Y mira que me considero joven (nació en 1985), pero cuando tenía 12, 14, 17 años no veía personajes que dijera: "Yo puedo ser ese". No podía identificarme ni tener un lugar en la ficción que se estaba representando. Lo que nosotros hacemos contribuye a que la gente y la comunidad se dé cuenta de que tenemos una voz, ya no somos esos fantasmas de las historias. Ahora podemos ser los protagonistas, contar nuestras historias de amor, ser los villanos del proyecto. No somos un estereotipo. LGBTI ya no es un apellido de una profesión. Cuando empecé era Manolo Caro, el director gay mexicano, no tengo ningún problema con eso, pero no soy más que un director mexicano y, si me apuran, solo un director, en cualquier país.

CARLOS MONTERO: No lo has podido explicar mejor. Nosotros aportamos referentes. Es lo más necesario que podemos dar al mundo, que haya gente reflejada en nuestras historias, porque a nosotros no nos pasó en nuestra juventud.

P: También ha cambiado con respecto a esa época el retrato que se hacía de esos personajes, que solían ser atormentados o los malos de la película...

C.M.: ¡Y se morían todos! -dice entre risas.

M.C: Siempre eran los que tenían problemas, psicológicos o con las drogas... Crecimos viendo personajes muy caricaturizados, tenían mucha pluma y estaban envueltos en esos conflictos. Antes me quejaba muchísimo y decía que cómo podíamos permitirlo, pero también es parte de la historia, no podemos borrarla, era otro momento, otro contexto social e histórico. Ahora a nosotros nos toca cambiarlo y dar la oportunidad de que los personajes sean diferentes.

placeholder Carlos Montero. (Foto: Netflix)
Carlos Montero. (Foto: Netflix)

P: En vuestros últimos trabajos estrenados, 'La casa de las flores' y 'Élite', se muestra el sexo sin el ingrediente de culpa que antes estaba mucho más presente en la ficción.

M.C.: De eso que hable Carlos, que sabe más de eso -responde divertido.

C.M.: Para mí es mi gran venganza o mi gran satisfacción poder tener a personajes adolescentes completamente desprejuiciados y que viven su sexualidad de una manera completamente natural. Es muy importante que plataformas como Netflix no solo nos lo permitan, sino que nos inviten a ello. En la primera reunión que tuve con ellos para contarles 'Élite', lo primero que me dijeron fue: "Que sepas que esta plataforma es muy queer y tendrás toda la libertad que quieras para contar tus historias". Siempre había tenido que pelear mucho para poder colar personajes gais. Al final siempre lo conseguía, pero siempre había sido peleando y aquí eso había dejado de pasar. Fue muy liberador.

P: Por cierto, Carlos, ¿en qué ha cambiado en ese sentido 'Élite' con respecto a 'Física o Química' hace ya una década?

C.M.: Ha cambiado todo mucho. De hecho, yo creía que estaba reflejando el sexo de una manera muy natural, y ahora veo un capítulo de 'Física..' y digo: "Pobrecitos, aún estaban muy armarizados y en otra lucha". Ahora mis protas de 'Élite' están muy liberados. Eso es genial porque la sociedad está en otra cosa...

Su nueva serie, rodada en España

P: Manolo, en tu nueva serie, 'Alguien tiene que morir', te retrotraes a la España de los 50, muy marcada por la represión. ¿Cómo te has preparado para recrear esa época?

M.C.: Me he documentado muchísimo de la mano de Fernando Pérez, un excelente guionista español. Hablar del pasado tiene que ver con el presente para no repetirnos. Hoy día tenemos esa labor que debe estar latente en lo que hacemos porque el ser humano tiende a repetirse y sería muy triste volver a esa época y a esos prejuicios. Sobre lo que hablaba Carlos de cómo ha pasado el tiempo, cuando veo 'Élite', que la disfruto muchísimo, ya no se sexualiza solamente a los personajes femeninos. Hemos vivido esa época terrible en la que solo se negociaban los desnudos con las actrices y ellas eran las únicas que salían con poca ropa. Eso ha cambiado. En 'Élite', los personajes de Omar y Arón tienen la misma libertad sexual y enseñan lo mismo que un personaje femenino. Eso hicimos también en 'La casa de las flores'. Julián de la Mora, el hermano pequeño, tiene una vida sexual con libertad, con desnudos y normalidad.

placeholder 'Alguien tiene que morir'. (Foto: Netflix)
'Alguien tiene que morir'. (Foto: Netflix)

P: Sois compañeros de plataforma de Ryan Murphy, que este año ha estrenado 'Hollywood' y la segunda temporada de 'The Politician' y es el artífice de 'Pose', una figura clave para la visibilidad LGBTI en televisión.

C.M.: Es un referente y el poder que tiene en Hollywood lo está utilizando para la causa. Además, disfruto mucho de sus producciones.

M.C.: Yo soy también muy fan. Venimos de una industria en la que Estados Unidos marca mucho la pauta de lo permisible. Referentes como él han hecho que para nosotros sea más fácil crear este tipo de personajes, con el valor que tienen ahora.

Sus respectivas salidas del armario

P: ¿En qué punto se encuentra la causa LGBTI en México?

M.C.: Ha sido una lucha constante, México no es un país tan abierto, tan 'open mind' como España. Todavía vivimos con muchos prejuicios. Proyectos como 'La casa de las flores' han ayudado bastante... Había chavitos que me escribían en las redes sociales y me decían: "Mi abuela está llorando de risa con la serie", y yo les contestaba: "Pues aprovechen y salgan del closet, porque nadie te puede decir que ellos le hacen reír y tú le causas repulsión". Estamos en un momento de lucha, hemos ganado muchas batallas. En la comunidad no es suficiente hablarlo, tenemos que estar siempre ahí. En la prensa mexicana se decía que 'La casa de las flores' era demasiado gay y yo me pregunto por qué nunca se ha tachado un proyecto de demasiado heterosexual. Esto lo que evidencia es que estamos todavía en pañales en esta lucha.

P: ¿Cómo fue vuestra salida del armario?

C.M.: En mi caso de una manera muy progresiva. Soy gallego y al llegar a Madrid salí enseguida del armario con mis amigos, pero con mi familia tardé la vida entera. Aún estoy saliendo, creo. Se van enterando de las cosas, pero abiertamente nunca lo he hablado con ellos. Han conocido parejas mías y lo han dado por hecho, pero esa charla que tiene ahora todo el mundo y que es maravillosa nunca me atreví a tenerla.

M.C.: Algo parecido. Primero con los amigos, que es la familia que vas eligiendo. Más en esta industria en la que los que somos de provincia nos tenemos que ir a la gran ciudad de nuestro país, donde hay muchísima más libertad y aceptación. Salir del armario es un proceso y yo sí tuve la plática hace muy poco. Fue como formalizarlo con mi madre. Se sale del armario todos los días. Todos los días nos enfrentamos a ello, lo que no significa que tengamos que ir diciéndolo en cada reunión, pero la lucha sigue porque los prejuicios permanecen en ciertos círculos en los que tienes que defender quién eres.

placeholder Momento de rodaje de 'Élite'. (Foto: Netflix)
Momento de rodaje de 'Élite'. (Foto: Netflix)

P: ¿No hay que derribar también los prejucios propios, los armarios interiores de cada uno?

C.M.: Completamente, tenemos que ir rompiéndolos. Estoy muy de acuerdo con Manolo, esa lucha es de cara al exterior pero también cara a nosotros. Los chavales jóvenes lo tienen bastante superado y a mí me alegra muchísimo. Incluso cuando se indignan con nosotros porque les contamos cuánto nos costó, porque para ellos es algo tan natural... En plan papá, les digo que lo hacen porque estuvimos nosotros ahí luchándolo. Gracias a nuestra cobardía y a nuestra lucha, ellos pueden ser valientes casi sin esfuerzo.

La gran amistad de Carlos con Amenábar

P: Carlos, decías antes que no tuviste una vida adolescente tan liberada como los personajes de 'Élite', pero tu amigo Alejandro Amenábar afirmaba en una entrevista el pasado fin de semana que incluso cuando los bares de Chueca en Madrid tenían visillos en las ventanas tú te los recorrías todos...

C.M.: A Alejandro, como gran narrador y gran fabulador, le gusta fabular -contesta, riendo a carcajadas-. Tampoco fue para tanto... Empezamos los dos ahí a salir por los bares muy jovencitos y era una aventura, porque incluso había que llamar a la puerta. Parece que fue ayer pero ha pasado un siglo ideológico. Somos grandes amigos y estuvimos viviendo juntos más de quince años.

P: Manolo, tu gran amiga y actriz fetiche Cecilia Suárez, que interpreta a Paulina de la Mora en 'La casa de las flores', se convirtió desde la primera temporada en un icono gay. ¿Goza de ese mismo estatus en México?

M.C.: Sí, también, porque Cecilia ha defendido el personaje de Paulina desde las entrañas. Es un personaje heterosexual pero no tiene prejuicios, al contrario, lucha por las batallas de la comunidad. Es femenina, divertida, hilarante y con un humor negro que representa muy bien al colectivo.

placeholder Cecilia Suárez y Manolo Caro, en los Premios Forqué en enero. (Getty)
Cecilia Suárez y Manolo Caro, en los Premios Forqué en enero. (Getty)

P: Te persigue la etiqueta de 'Almodóvar mexicano' y aseguras que para ti es un honor. ¿Os conocéis?

M.C.: Sí, el pasado mes de diciembre estuvimos cenando juntos. Para mí es un halago que digan eso de mí, aunque cuando estuve con él no tocamos ese tema porque sería absurdo. Pedro ha sido y será siempre un referente. Es un cineasta con el que crecí, que abrió mi mente y que ojalá algún día tenga yo el 10% de esa genialidad. Poder estar con él es algo que agradezco a la profesión. Uno crece y no esperas que un día te lo encuentres en una cena y empieces a platicar de cosas de lo más normales o absurdas del día.

Adoración por Carmen Maura

P: En tu nueva serie has trabajado con Carmen Maura, la que es quizás la actriz almodovariana por excelencia, con todo el respeto para las demás...

M.C.: Me he encontrado con un maravilloso ser humano, me he divertido en el set con ella como con poca gente. No se lo he dicho, pero las cosas más bonitas que me han mandado nunca por mail me las ha escrito Carmen. Ahora que hemos terminado el proyecto, nos seguimos enviando correos y siempre me pone de muy buen humor abrir uno de ella porque tiene una magia, una poesía, una integridad y una sabiduría que están plasmadas en su trabajo y es patente en la persona que es.

P: Carlos, tú también tienes en capilla tu nueva serie, 'El desorden que dejas', adaptación de la novela homónima con la que ganaste el Premio Primavera de Novela. ¿Qué nos puedes adelantar?

M.C.: Ha sido mi primera experiencia como director, en los dos primeros capítulos. Estaba nervioso y emocionado, y ahora deseando que se estrene. Creo que nos ha quedado una serie muy chula, está mal que yo lo diga. Es un cambio de registro con respecto a 'Élite', aunque comparto un actor, Arón Piper, de quien me he enamorado más aún si es que eso es posible, en un papel que no tiene nada que ver con el de la otra serie.

placeholder Arón Piper y Omar Ayuso, en 'Élite'. (Foto: Netflix)
Arón Piper y Omar Ayuso, en 'Élite'. (Foto: Netflix)

P: En España somos muy dados, en cuanto a alguien del medio artístico le va un poco bien, a preguntarle si se plantea dar el salto a Hollywood. Con la llegada de la televisión en streaming esta cuestión se ha quedado un poco obsoleta, ¿no?

M.C.: Aquí en México cuando empiezas en esta profesión todo el mundo te lo está planteando, porque está tan cerca... A solo dos horas de vuelo. En esta generación ya no tenemos necesidad de ir a Hollywood. Quizás ahora habría que plantearse ir a países más complicados a contar una historia que merezca la pena. Está de más hablar de series como 'Élite' o 'La casa de papel', que han dado la vuelta al mundo. O de repente ves una israelí grabada en Alemania como 'Unorthodox', que aquí ha sido un pelotazo... Ahora lo que tiene sentido es ser congruente y hacer lo que amamos, y si eso llega a otro lugar, bienvenido.

C.M.: Hemos conseguido llegar al mundo sin salir de nuestro país. Para mí es la situación perfecta. Además hay una cosa muy chula en esto, que nuestro idioma se está escuchando en todas partes. ¡Me parece la bomba!

Felices en Netflix

P: ¿Qué retos vitales os gustaría lograr en los próximos años?

C.M.: Yo estoy en un momento tan placentero de mi vida personal y laboral que quiero quedarme como estoy muchos años. Soy así de poco ambicioso porque creo que estoy en un sitio muy guay. Ojalá siga diez o veinte años más en Netflix, porque me siento muy bien querido y tratado. Me dejan hacer lo que quiero. ¡Qué más voy a pedir!

M.C.: Yo igual. Estoy en un lugar en el que me siento bien, no se puede pedir más. Mi reto en los próximos años es explorar otros registros. Vengo de hacer comedia, aunque 'Alguien tiene que morir' es mi primer drama con tintes de thriller. Me gustaría aprovechar para explorar estos registros en lo que dura el contrato con Netflix y a ver si renovamos... -comenta con humor.

placeholder Imagen de la última temporada de 'La casa de las flores'. (Foto: Netflix)
Imagen de la última temporada de 'La casa de las flores'. (Foto: Netflix)

P: Sé que se nos termina el tiempo, pero no quiero que te marches sin responderme a esto, Manolo. ¿Cómo conseguiste que Miguel Bosé volviera a trabajar como actor en 'La casa de las flores' después de más de diez años apartado de esa profesión?

M.C.: Es una historia muy bella... Miguel y yo nos hicimos amigos por la serie. A Lucía, su madre, le encantaba. Ella vino a México cuando salió la primera temporada y él me contactó a través de su oficina. Me dijo que quería cenar conmigo y, como a mí me encantan sus canciones, contesté: "¡Claro!". En esa cena me desveló que teníamos que repetir con su madre porque le encantaba 'La casa de las flores', la veía con sus amigas y se reía muchísimo. Fue así como se fue construyendo nuestra amistad. Le conté que iba a grabar el capítulo final una semana después y le propuse ser el juez. Repasamos el guion y lo pulimos un poco para adaptarnos a Miguel, pero no se lo dije a nadie del elenco. Ellos creían que iba a ser un figurante y cuando apareció él se quedaron muy sorprendidos. Al acabar todos se quisieron hacer una foto con él en plan fans. Lo pasamos muy bien.

P: Para terminar, ¿cuáles son las conquistas más importantes que quedan por hacer en el colectivo LGBTI?

C.M.: La conquista trans. Hay muchísimo por hacer. En la ficción quedan muchos referentes aún. Los Javis están poniendo su pica en Flandes con una serie tan maravillosa como 'Veneno' y como Manolo con 'La casa de las flores'.

M.C.: Lo comparto completamente. He estado en contacto y conversaciones con numerosos colectivos para entender que en el mundo trans tenemos muchas batallas todavía que pelear y que aprender. Estamos en ello. Este es un compromiso fuerte que tengo después de 'La casa de las flores' y pronto les podré contar algo en este sentido -concluye el director, dejándonos un 'cebo' de algún proyecto profesional que todavía no nos puede desvelar.

"Perdón por la tardanza, pero ha habido un temblor en la Ciudad de México fortísimo. Estaba en una junta con el equipo de marketing y no podía parar. Hasta hace nada no se oía otra cosa que ruidos de ambulancias...". Con estas palabras, Manolo Caro, que nos tranquilizaba al decir que se encontraba bien y que había vuelto la normalidad, se incorporaba a nuestro encuentro por videoconferencia tras el seísmo de magnitud 7,5 del pasado martes que sacudió el sur del país.

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