Antonio Catalán: seis hijos, un atropello y un fatídico cáncer

Tras unos meses de dura lucha contra el cáncer, ayer fallecía Carlos Catalán, el segundo de los seis hijos del empresario Antonio Catalán. Tenía 44 años, estaba casado y era padre de tres hijos adolescentes: Claudia, Marcos y Alejo, los tres muy activos en redes sociales, donde gustan de manifestar su preferencias, entre otras, musicales.

Carlos Catalán ocupaba, desde el año 2000, el cargo de vicepresidente del grupo empresarial hotelero AC Hotels by Marriot, con cerca de 200 hoteles entre España y USA. Hace poco menos de un año le diagnosticaron un cáncer de hígado. Los médicos sabían de la gravedad de la enfermedad, sin embargo, eran algo optimistas y le daban un año aún de vida. Pero no ha podido ser.

Carlos era el único hijo que trabajaba codo con codo con su padre en el emporio hotelero fundado por este en 1997 tras la venta de las participaciones que tenía en el grupo NH. Pese a pertenecer a dos generaciones distintas, padre e hijo lograban siempre poner en valor los acuerdos de gestión que entre los dos alcanzaban.

Cuatro bodas, 6 hijos

Antonio Catalán, hijo de un taxista, abrió su primer establecimiento hotelero en 1979. En 2011, en plena crisis económica, consiguió que el gigante Marriot se le asociara, un movimiento que le sirvió para colocar sus AC en el escenario internacional. El empresario se ha casado cuatro veces y ha tenido seis hijos, a los que hay que sumar las tres hijas de su actual mujer, Sonsoles, quien para poder conciliar dejó su trabajo como directiva del Santander para ocuparse de la sociedad patrimonial del empresario.

Desde hace veintiocho años, Catalán cumple con una promesa de peregrinar a Santiago de Compostela, en bicicleta. Lo hace acompañado de amigos y gente que le es muy cercana. Antonio Catalán hizo esa promesa cuando su hija Carlota, que contaba entonces dos años de edad, resultó atropellada accidentalmente. Las gravísimas lesiones que la niña sufrió en aquel accidente hicieron pensar a todos que su futuro era incierto. Afortunadamente, la pequeña logró salir adelante y desde hace varios lustros acompaña a su padre cada año en su peregrinar a Santiago.

Su hijo Carlos no ha tenido la misma suerte. Siempre estuvo vinculado al negocio familiar, en tanto que sus hermanos han desarrollado sus carreras profesionales al margen de AC: Ignacio apostó por su propia empresa, dentro del sector hotelero, y montó la cadena Toc Hostels; Alicia dirige la agencia de comunicación Noho; Carlota trabaja como penalista en un bufete capitalino; Alejandra es directora de moda de una conocida firma, y Toñete, el menor de todos, continúa sus estudios de empresariales, una vez colgado el traje de luces.

El pasado 17 de septiembre, y para sorpresa de todos, el joven diestro anunciaba su retirada de los ruedos. Lo hacía en una carta que enviaba a los medios en la que decía: “La decisión estaba tomada. Quiero abrir otros caminos junto a los que más quiero, mi familia”. Curiosamente, el pasado julio, en el que fue su primer paseíllo de esta atípica temporada, quiso brindar a su hermano Carlos (ya por entonces gravemente enfermo), a través de los micrófonos de televisión, la muerte de uno de sus toros. En aquel brindis, Toñete daba ánimos a su hermano y reconocía la fortaleza que estaba demostrando en su lucha contra la enfermedad que, finalmente, no ha podido superar.