Toñete, el hijo de Antonio Catalán (AC Hoteles), abandona los ruedos por sorpresa

Inesperada. Así ha sido la noticia de la retirada de los ruedos de Toñete. A todos ha cogido sin capote. Nadie sospechaba que el hijo torero del empresario hotelero Antonio Catalán, el menor de sus seis hijos, iba a anunciar, de la noche a la mañana, que colgaba el vestido de luces.

Desde que se 'envenenó' con el toreo, hizo suyo el lema de su padre de “¡Puede quien cree que puede!”. Toñete ha vivido por y para el toro, encerrado en el campo, preparándose a conciencia, mentalizándose y sabiendo que, por ser hijo de quien es, el rasero con el que le iban a medir no iba a ser el mismo que el del resto de sus compañeros de escalafón.

Cierto es que ha tenido puertas abiertas que otros jamás abrirán, oportunidades proporcionadas por las siglas de su nombre, pero igual de cierto es que en la plaza, cada tarde que se ha anunciado en un coso, lo ha dado todo, sin escatimar esfuerzos, disimulando miedos, tragando, como se dice en el argot del toro.

El benjamín de los Catalán ha tenido una corta trayectoria como matador de toros, ilusionante desde sus primeros paseíllos, cuando militaba en el escalafón inferior, como un novillero de clase, con estéticas maneras y con el valor necesario para exponer las ingles a golpe de derechazos y naturales. El adiós a los ruedos que hoy ha comunicado no sabemos si será definitivo; no sería ni de lejos el primer matador que tras cortarse la coleta decidiera tiempo después volver a los ruedos. Hasta Juan Belmonte lo hizo en dos ocasiones. Lo normal, dicen, es que vuelvan por dinero, que ninguno lo hace por ilusión. Aunque siempre habrá una excepción que cumpla la norma.

En los últimos años, Miguel Báez 'Litri', el exmarido de Carolina Herrera, ha sido uno de los pocos que ha cumplido con su palabra. Desde que se retiró el 1999, no ha vuelto a vestirse con el de alamares. Tampoco Curro Romero, que después de 42 años en activo y con casi 67 años puso punto final a su dilatada trayectoria convertido en mito.

Antonio Catalán 'Toñete' pudo reaparecer en agosto, tras un largo confinamiento por la crisis sanitaria del coronavirus. Aquella tarde, en la plaza de toros de El Espinar (Segovia), el joven diestro quiso brindar la muerte de su primer toro a su hermano Carlos, que está viviendo una particular y difícil situación debido a una grave enfermedad.

Una carta de despedida ha sido el medio que el torero ha elegido para hacer público su adiós a los ruedos. En ella dice que se va porque “la vida, a veces, nos sorprende y nos hace cambiar el rumbo”. En pocas palabras, Toñete se sincera y deja a la intemperie sus emociones y vivencias, además de agradecer todo lo que le ha aportado el toreo: “El mundo del toro es mi vida, siempre me tendrá aquí. Lucharé por defender nuestra fiesta y que siga avanzando hacia un futuro mejor”.