Cantora, la verdadera "querida" de Paquirri, según un nuevo libro
El periodista Alfredo Sánchez, uno de los pocos que conoció a Paquirri, publica un libro sobre la vida del torero, sus dos matrimonios, sus hijos, su patrimonio y su polémico legado
La herencia de Francisco Rivera, Paquirri, uno de los toreros más poderosos y protagonista indiscutible de las revistas 36 años después de su muerte, sigue dando que hablar. Si en su momento fue la dificultad de conciliar las posturas de las tres familias herederas, los Pantoja, los Ordóñez y los Rivera, a día de hoy los coletazos de aquel acuerdo siguen generando polémica. Hace un mes, Kiko Rivera anunciaba públicamente que no había recibido ningún dinero procedente de su padre y que su madre había hipotecado la finca Cantora sin él saberlo.
Estos días sale al mercado un libro escrito por un periodista que conoció a Paquirri, que lo entrevistó y estuvo con él en su último cumpleaños en Sevilla y que dio en exclusiva el contenido de su testamento.
Alfredo Sánchez, autor de otros libros sobre Isabel Pantoja o Jesús Janeiro, es el autor de 'Paquirri en primera persona, la historia de una herencia'. En este libro, en el que aparece en portada el torero con su hijo Kiko en brazos y abrazando a Fran y Cayetano, se publican también fotos inéditas de la vida familiar y personal de Paquirri. El libro consta de 20 capítulos y en ellos se describe cómo fue la carrera profesional de un hombre forjado a sí mismo que tenía una máxima: “Aprende a ser yunque para cuando seas martillo”.
El autor no sigue un orden cronológico, pero aborda temas como “la querida de Paco”, porque era de esta forma como Antonio Rivera, padre de Paquirri, se refería a su finca Cantora. Se explica también que esta finca, que es todo un símbolo, era más bien un capricho del torero, que siempre tuvo que poner dinero para mantenerla, ya que no fue una inversión económica sino un sitio en el que Paco se sentía a gusto, entrenaba y se reunía con su familia.
También hay otro capítulo dedicado a doña Ana, la madre de Isabel Pantoja, en el que se recoge que la relación del torero con esta fue siempre cordial y hasta cómplice en algunos momentos. Se hace un perfil de un hombre sencillo, de campo, muy bromista y muy familiar. Se cuentan sus inicios profesionales, que fueron muy duros; sus dos matrimonios, el primero con Carmen Ordóñez cuando esta era casi una niña, y el segundo con Isabel Pantoja, que ya era una artista famosa cuando se conocieron.
Sobre el patrimonio
Y sobre su fortuna y patrimonio personal también se hace un recorrido, deteniéndose en algunas personas que fueron muy importantes en su vida como el doctor Ramón Vila, al que nombró su albacea testamentario.
La amistad entre el médico, cirujano jefe de la Maestranza de Sevilla, y Paco se forja tras una cogida que tuvo en la plaza de toros de Sevilla. El torero confiaba totalmente en él, aunque era un hombre muy cerrado para sus cosas personales y llegó a decirle en su habitual tono bromista: “Te acordarás de mí cuando me muera, verás lo que te he dejado…”
Y se acordó. De hecho, Ramón Vila lo pasó realmente mal los tres años que duró el llegar a un acuerdo para el reparto de la herencia, hasta el punto que el día de la firma, estando convocadas las tres partes, estos no llegaron a verse cara a cara. Cada familia esperó en una habitación, los primeros en firmar fueron los Rivera, pero después ni Isabel Pantoja, ni Antonio Ordóñez, en representación de sus nietos, Fran y Cayetano, quisieron firmar hasta que el otro lo hubiera hecho. La tensión era tal que tuvieron que hacerlo al mismo tiempo, dividieron la documentación en dos bloques y cada uno firmó en una habitación.
Tras aquel episodio, Ramón aseguraba: “Debimos hacer lo correcto porque después ninguna parte de la familia estaba contenta y esto significa que no favorecimos a ninguna, intentamos cumplir la voluntad de Paco, aunque aquello fue muy complicado”. Ramón Vila falleció en mayo del año 2018, a los 80 años, y siempre mantuvo un respetuoso silencio en torno a los detalles de aquella herencia y recordó a su amigo Francisco Rivera como “un hombre bueno, luchador y que siempre protegió a los suyos”.
La herencia de Francisco Rivera, Paquirri, uno de los toreros más poderosos y protagonista indiscutible de las revistas 36 años después de su muerte, sigue dando que hablar. Si en su momento fue la dificultad de conciliar las posturas de las tres familias herederas, los Pantoja, los Ordóñez y los Rivera, a día de hoy los coletazos de aquel acuerdo siguen generando polémica. Hace un mes, Kiko Rivera anunciaba públicamente que no había recibido ningún dinero procedente de su padre y que su madre había hipotecado la finca Cantora sin él saberlo.