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Los López-Belmonte, de Laboratorios Rovi, así es la familia que despide hoy a su presidente
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Muere Juan López-Belmonte

Los López-Belmonte, de Laboratorios Rovi, así es la familia que despide hoy a su presidente

Fundada en la posguerra por sus abuelos y dirigida hasta ahora por la segunda generación. Hoy la familia despide a su presidente, Juan López-Belmonte López

Foto: Juan López-Belmonte hijo firma un documento ante Juanma Moreno. (EFE)
Juan López-Belmonte hijo firma un documento ante Juanma Moreno. (EFE)
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Todo empezó en la posguerra, días negros en los que emprender era cosa de héroes. Así eran tres de los ocho hermanos López-Belmonte. Francisco, Pedro y Juan López-Belmonte Olivas, médico, ingeniero y abogado, quienes abandonaron su Albacete natal para crear un negocio farmacéutico en Madrid, donde se encontraron con numerosos obstáculos que fueron sorteando con idealismo.

Ahora, décadas después, se despiden de Juan López-Belmonte López, el hasta ahora presidente y segunda generación de los López-Belmonte. Esta familia que empezó con una gran idea y que ha conseguido que sus descendientes aparezcan hasta en la lista Forbes de personas más ricas del mundo. Y es gracias en parte al acuerdo de sus laboratorios Rovi con Moderna para comercializar la vacuna contra el coronavirus. A esto se sumaba hace menos de un mes su último movimiento, una gran operación financiera por la que vendieron el 3% de la compañía a través de un fondo de inversión, lo que les ha reportado 87,5 millones de euros.

placeholder Pedro Sánchez visita los laboratorios Rovi en Granada. (EFE)
Pedro Sánchez visita los laboratorios Rovi en Granada. (EFE)

Todo empezó, decíamos, en los primeros años del franquismo. Entonces estaba prohibido hacer negocios con divisas y los tres López-Belmonte decidieron cambiar el foco. No podían importar productos farmacológicos directamente, así que empezaron a exportar materia prima que escaseaba en otras partes del mundo. Naranjas, ajos, aceite, vinos de Jerez… Todo lo que pudiera servir para hacerse con un buen puñado de divisas, porque cobraban, claro, en moneda extranjera. Y así podían después importar fármacos. En 1948 compraron los laboratorios Rovi y empezaba un imperio que se ha disparado con las vacunas anticoronavirus.

Tercera generación

La presidencia de la compañía hasta ahora seguía en manos de la segunda generación, con Juan López-Belmonte López al frente, que fallecía el 12 de julio por causas aún no detalladas. La tercera generación se repartía en varios cargos en las altas esferas: Juan López-Belmonte Encina (1970) era el consejero delegado y vicepresidente primero y ahora sustituto temporal de su padre, Juan López-Belmonte López, en la presidencia, mientras que Iván (1971) y Javier (1975) son vicepresidentes, entre otros cargos.

Foto: Ugur Sahin, CEO de BioNTech. (Reuters)

La empresa, que salió a bolsa en 2007, presenta unos números de espectáculo, sobre todo tras la entrada en el negocio de las vacunas contra el coronavirus: el total del volumen de negocio fue en el último ejercicio, el de 2020, de 459 millones de euros, con un activo de 555 millones y unos beneficios netos de 71 millones. La empresa cuenta con casi 1.500 empleados y 450 patentes.

Los hermanos fundadores tenían muy claro lo que querían hacer y el negocio empezó con éxito desde el primer momento. Fueron, por ejemplo, los primeros importadores de penicilina y se hicieron famosas las colas a las puertas de su casa para comprar el fármaco. Aunque el medicamento que les hizo de oro fue la heparina, un producto anticoagulante que llegó a España por motivos familiares.

La mujer de Juan, uno de los fundadores, sufría de trombofibrosis, lo que le provocaba pequeños trombos en las piernas y mucho dolor. En España no había tratamiento, pero en el extranjero estos visionarios supieron que la enfermedad se trataba con un fármaco: la heparina. Y decidieron importarla. El dolor terminó y llegó además la cura de una enfermedad que sufrían cientos de personas.

Los negocios del abuelo

“Mi abuela vivió muchos años y ese medicamento sirvió para paliar su dolor. Hoy en día su afección no sería nada. Pero mi abuelo, a raíz de esta enfermedad, vio que podía ser un negocio interesante. Actualmente, la heparina sigue siendo central en nuestro negocio”, dijo Javier López-Belmonte, vicepresidente y director financiero, en una entrevista en ‘ABC’.

Años antes, en 1952, se habían asociado con Pfizer, el gigante farmacéutico que oyó hablar de Rovi y quiso entrar en el negocio. Empezaron con un antibiótico y el éxito fue tal que Pfizer se hizo con el control y se llevó a muchos clientes. Los hermanos López-Belmonte, lejos de rendirse, decidieron seguir adelante y lo consiguieron. Y la heparina, que llegó tras la marcha de Pfizer, todavía ha supuesto el 50% del negocio de Rovi en 2020.

Foto: Joaquín Duato. (Janssen)

En los 70 llega la segunda generación y nuevos cambios: entran en el negocio hospitalario y en el minorista, crean los famosos supositorios Rovi, la marca Neutrógena y la pasta de dientes Binaca (ya no los comercializan), entre otras muchas cosas. Su abuelo, uno de los fundadores, ya era un innovador. Porque además de Rovi tenía ganaderías y hasta fue el responsable de introducir los coches Ford en España.

Con el acuerdo con Moderna para participar en el proceso de elaboración y después en el de distribución de la vacuna anticovid, Rovi aumentó sus ingresos un 31% en 2020 y sus propietarios, los tres hermanos López-Belmonte, entraron directamente en el puesto número 71 de las personas más ricas de España.

Vidas blindadas

Ahora, la tercera generación sigue al frente del negocio y espera que la cuarta llegue, a su tiempo, porque todavía son pequeños. Los tres hermanos López-Belmonte son muy celosos de su intimidad. Casados y con hijos, afincados los tres en Madrid (dos en Pozuelo), no les gusta salir en los medios y son contadas las entrevistas que han dado a la prensa.

Poco sabemos de sus vidas privadas, y desde Rovi prefieren no dar más información. Sabemos que Javier López-Belmonte está casado con Rosa Ana Pérez, quien dirige una fundación, Alentia, dedicada a los más desfavorecidos con la ayuda de su marido. Juntos tienen además una empresa dedicada a la cría de caballos. Iván, por su parte, está casado con Amalia Roan, auditora con presencia en numerosas sociedades de inversión, y juntos tienen dos hijos.

Todo empezó en la posguerra, días negros en los que emprender era cosa de héroes. Así eran tres de los ocho hermanos López-Belmonte. Francisco, Pedro y Juan López-Belmonte Olivas, médico, ingeniero y abogado, quienes abandonaron su Albacete natal para crear un negocio farmacéutico en Madrid, donde se encontraron con numerosos obstáculos que fueron sorteando con idealismo.

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