La casa posdivorcio de Paloma Cuevas: 650 metros y una urbanización búnker

Por fin se cierra una etapa. Este último año no ha sido sencillo para Paloma Cuevas. En junio del año pasado, fuimos partícipes de su separación del torero Enrique Ponce, con el que llevaba casi 25 años casada, y hasta esta misma semana no han firmado el divorcio. Una vez solventado esto y habiendo pasado el tiempo, la modelo se ha recompuesto, ha dejado atrás el pasado y tiene las miras puestas en un futuro sobre el que ya ha tomado algunas decisiones importantes. La primera, abandonar el que ha sido su domicilio conyugal desde que se casó para mudarse a una vivienda mucho más actual, segura y llena de comodidades.

Cuando la pareja comenzó el proceso de divorcio, todo apuntaba a que sería Paloma la que se quedaría la casa cercana al parque del Oeste, que es la vivienda en la que a día de hoy continúa residiendo con sus hijas y con sus padres. Finalmente no ha sido así. Tal y como apuntaba en su programa el periodista Carlos Herrera, amigo íntimo de la pareja, acerca de cómo repartirían sus propiedades, será Enrique el que se quedará con el céntrico piso y Paloma la que se mude a La Finca.

Esta propiedad en la exclusiva urbanización, sita en Pozuelo de Alarcón, no es nueva, aunque nunca han vivido en ella. Se trata de una vivienda que les regaló el padre de la modelo, el torero Victoriano Valencia, en 2013, y que entonces se puso a nombre de ambos.

645 metros, 5 habitaciones...

Está ubicada dentro de la famosa urbanización, en la zona de Los Lagos, que goza de una seguridad extrema y cuyo mayor atractivo es su seguridad y su privacidad. Se trata de una construcción que fue diseñada por la promotora Procisa y que consta de un terreno de 3.600 metros cuadrados sobre los que está edificada una vivienda de 645 metros. Es decir, roza el tope permitido por el municipio donde está emplazada. Según su plan urbanístico, no pueden hacerse casas más grandes.

Líneas modernas, diseñadas a gusto y semejanza del otrora matrimonio, espacios abiertos, cinco habitaciones, baños muy amplios y mucha luz conforman el principal atractivo de la edificación. Además de piscina privada y un amplio jardín con cenador.

La posibilidad de contar con mucho más espacio es algo que para Paloma ha resultado determinante a la hora de decidir mudarse, pues desde hace meses su padre está bastante delicado de salud, ha tenido varios ingresos y desde entonces tanto él como su madre viven con ella, y en este nuevo hogar podrá atenderles con mayor comodidad.

La información que hasta ahora ha trascendido sobre el acuerdo entre la expareja indica que la casa de la zona de Pintor Rosales se convertirá en el ancla de Enrique Ponce en Madrid. Él viaja constantemente, ahora está viviendo en Almería junto a Ana Soria y donde le gusta estar es en su finca de campo, en la Cetrina, por lo que lo único que le ata a la capital son sus dos hijas y por tanto no necesita mucho más espacio que el que tiene en ese piso, de más de 300 metros cuadrados.

Muy cerca de sus amistades

Paloma, sin embargo, disfrutará del nuevo hogar y sobre todo de la compañía, pues son muchas las amistades que viven en esta exclusiva urbanización. Pero tendrá especialmente cerca a Margarita Vargas, la mujer de Luis Alfonso de Borbón, que ha jugado un papel fundamental en el que ha sido el año más duro de la modelo. La venezolana ha estado a su lado desde que se conoció la noticia, la ha levantado en sus horas más bajas y ha reído junto a ella en momentos especiales, por lo que vivir tan cerca será sin duda una alegría para ambas.

Sin embargo, y a pesar de estar ilusionada con haber cerrado esta etapa y poder reorganizar su vida de manera definitiva, parece que Paloma tiene planes de pasar una gran temporada fuera no tardando mucho. Fuentes cercanas a la familia afirman que a Cuevas le gustaría viajar un tiempo a Estados Unidos junto a sus hijas para que ellas perfeccionen su inglés y vivan la experiencia de enfrentarse a otro país. Ella, por supuesto, las acompañaría. Pero esto todavía está por ver.

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Paloma Barrientos

De momento, parece que ambas partes están contentas con el acuerdo al que, sin prisa, pero sin pausa, ha terminado llegando. El dinero y las propiedades, tal como se dijo desde que comenzaron a trascender detalles del divorcio, nunca han sido un problema, y es que ambos gozan de economías más que saneadas.

Se desconoce cual es la razón por la que Enrique ha tardado más de trece meses en decidirse a rubricar su firma, pero finalmente lo ha hecho y los dos están conformes con lo acordado. A partir de ahora, lo único que les unirá son sus hijas.