Hablamos con Pepe Navarro sobre cumplir 70, los juguetes rotos, la paternidad y la Veneno
Hablamos con el presentador sobre su paso por la radio, la televisión, su paternidad y uno de sus grandes descubrimientos: la Veneno
Durante años, Pepe Navarro fue el protagonista de los programas de televisión más cañeros como ‘Esta noche cruzamos el Mississippi’, donde dio cobertura a personajes que no formaban parte hasta ese momento del circuito comercial. Se hicieron célebres actores como Carlos Iglesias (Pepelu), Florentino Fernández (Lucas Grijander) y entronó a Cristina Ortiz, la Veneno. El programa recibió críticas negativas, positivas y premios como el Ondas o los TP de Oro.
Periodista, productor, escritor y presentador, este martes Navarro cumple 70 años. En esta entrevista habla de su situación actual, de cómo echa de menos hacer radio, de su salida televisiva y de su paternidad. Uno de sus hijos fue reconocido por ley al no hacerse la prueba. A Bardem le dio una oportunidad igual que visibilizó a la Veneno. Está de acuerdo en que la familia quiera investigar su muerte.
¿Setenta años no son nada, como dice el tango?
Bueno, el tango dice 20 años, y ya con solo ese tiempo volvía el caballero con la frente marchita y la sien plateada. Ahora, añádele a esos 20, 50 más, y ya no hace falta que te cuente cómo vuelves.
Echando la vista atrás, ¿qué borrarías que se pueda contar?
Si se puede contar, es que no tiene mucho interés. En general, mi actitud es siempre de a lo hecho, pecho.
Has tenido muchos conflictos por el asunto de tu paternidad.
Te debes referir a mi paternidad judicial, no a la biológica-real, en la que soy un orgulloso padre de cuatro mequetrefes. La verdad, me ha mantenido entretenido. Y sobre todo me admira cómo alguien es capaz de urdir una mentira de esa magnitud, comercializarla, rentabilizarla, y que, en un asunto tan trascendental, no tenga el más mínimo rubor de engañar a su propio hijo. Y lo que es peor, no ser capaz de rectificar. Pero el tiempo de la madre pasó. Ahora le corresponde decidir y tomar las riendas de su vida al hijo. ¿Va a seguir viviendo en y de esa mentira? Creo que no debe ser nada sano.
¿Qué recuerdos tienes de tu primera vez profesional en la tele?
Recuerdo el consejo del primer amigo que hice al llegar a Madrid, el gran Miguel Ángel García Juez. Me dijo: “Tienes que mandar, cuando llegues al plató empieza a dar órdenes, miras un foco y le dices al regidor: ‘A ver, ese foco, que lo quiten de ahí’. 'Pero Miguel Angel...', le dije, “Sí, sí, tú manda, aunque no tengas ni idea”.
La radio fue tu triunfo inicial, ¿volverías?
Retomando el tango de Gardel : “... Y aunque no quise el regreso, siempre se vuelve al primer amor. La vieja calle donde le cobijó. Tuya es su vida, tuyo es su querer...”.
Diste la primera oportunidad a Javier Bardem, Santi Millán, Santiago Urralde, Nuria González...
Bueno, ellos pasaban por allí, y yo los necesitaba. Y parece que no lo están haciendo nada mal.
¿Por qué dejaste la tele?
Digamos que ella me dejó a mí.
Tuviste muchas críticas por ‘Esta noche cruzamos el Mississippi’. Luego hubo programas más duros.
No hay éxito sin crítica, y en general, por esta geografía, no es muy constructiva. El fin perseguido por esas críticas es conseguir dejarte sin trabajo.
¿Hubo después muchos juguetes rotos?.
El camino nunca es fácil. Atravesar desiertos conlleva la alta posibilidad de no encontrar jamás un oasis.
Convertiste a la Veneno en un personaje, ¿cómo era de verdad?
Lo que veías. No tenía trampa, ni cartón.
La familia sigue insistiendo en que se investigue.
Están en su derecho
¿Qué te gustaría hacer profesionalmente?
No he dejado de hacer cosas. Aquí, si te paras, te atropellan.
Durante años, Pepe Navarro fue el protagonista de los programas de televisión más cañeros como ‘Esta noche cruzamos el Mississippi’, donde dio cobertura a personajes que no formaban parte hasta ese momento del circuito comercial. Se hicieron célebres actores como Carlos Iglesias (Pepelu), Florentino Fernández (Lucas Grijander) y entronó a Cristina Ortiz, la Veneno. El programa recibió críticas negativas, positivas y premios como el Ondas o los TP de Oro.