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Sandro Gamazo, el verso suelto de los Hohenlohe, hereda el título
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ARISTOCRACIA

Sandro Gamazo, el verso suelto de los Hohenlohe, hereda el título

El sobrino del príncipe Alfonso de Hohenlohe será el quinto marqués de Belvís de las Navas. Vive dedicado a su explotación agrícola y alejado de las mieles de la aristocracia

Foto: Sandro Gamazo posa junto a su aceite, Belvís de las Navas.
Sandro Gamazo posa junto a su aceite, Belvís de las Navas.

Sandro Gamazo ya no es solo el sobrino del príncipe Alfonso Hohenlohe. En pocos meses, el único hijo de Sandra Gamazo, marquesa de Belvís fallecida en mayo del año pasado, ostentará el título que desde tiempos de Alfonso XIII le ha pertenecido a su familia. El nuevo noble, de perfil bajo, no quiere protagonismo. La solicitud de sucesión como marqués de Belvís de las Navas ya aparece en el BOE, pero de momento no ha querido pronunciarse sobre esta dignidad que le convertirá en el quinto titular del marquesado. Vanitatis se ha puesto en contacto con el aristócrata, que vive inmerso en sus quehaceres de la finca familiar de Llanos de Belvís, en la sierra de Istán, pero prefiere mantenerse alejado del foco mediático hasta que se haga firme su titularidad.

Alejandra Gamazo y Hohenlohe-Langenburg, su madre, fue todo un emblema de la nobleza en Marbella. Falleció el año pasado, a los 75 años de edad, aquejada del mal de Alzheimer. Sandra era una de las hijas de María Francisca (Pimpinela) Hohenlohe-Langenburg y cuñada de Juan Abelló, casado con su hermana Anna. Germán y Clara eran los otros dos hermanos. Por línea sucesoria, ella fue la IV marquesa de Belvís, aunque jamás en la vida hizo alarde de ello. Casi todos la conocían en Marbella como la 'marquesa del mandil' porque su proyecto vital era ayudar a los demás.

Este rasgo de humildad de la marquesa también lo ha heredado su hijo Alejandro Christian, su “ricitos de oro”, como ella le llamaba cariñosamente, que será el primer varón en ostentar la corona marquesal después de Enrique Guillermo de Scholtz y Caravaca, el I marqués de Belvís de las Navas.

placeholder Alfonso de Hohenlohe, con sus hijos Hubertus y Kiko. (EFE)
Alfonso de Hohenlohe, con sus hijos Hubertus y Kiko. (EFE)

El futuro marqués de Belvís reside en la Loma de Oro de Istán, en la finca de los Llanos de Belvís. Allí vive rodeado de sus olivos y sus animales en plena naturaleza. “Todo esto que he montado aquí empezó con mi madre -nos explicaba el noble en una entrevista que mantuvo en su día con Vanitatis-. Ella ya coqueteaba con la idea de los olivos y no paraba de meterme esta idea en la cabeza. Un día limpiando la finca y después del incendio enorme que hubo en la Costa del Sol, encontramos que había cantidad de olivos que podíamos recuperar. Y ahí empezó esta ilusionante aventura”.

A Sandro le gusta preservar su intimidad, se deja ver con sus botas de goma de campo hasta la rodilla, bajando del Land Rover para recoger a sus hijas en el colegio y sin perderse por ninguno de los saraos a los que acostumbran a asistir sus primos los Hohenlohe. Separado de Marie-Caroline Willms, también emparentó con la familia real del Gran Ducado de Luxemburgo cuando la princesa Marie-Gabrielle de Nassau y su excuñado Antonius Willms se dieron el 'sí, quiero' precisamente en la finca que ahora regenta. Los fastos de este enlace de la primogénita del príncipe Jean y Hélène Suzanne Vestur con un hermano de su entonces esposa fueron todo un acontecimiento en la Costa del Sol.

Pero, a excepción de acontecimientos familiares de este tipo, es raro encontrarse al flamante marqués de Belvís luciendo chaqué en ningún otro jolgorio. Este verano pudimos verle acompañado de su nueva pareja y de la amiga de la familia Gunilla Von Bismark, en la representación del ballet de 'El lago de los cisnes'.

placeholder Gunilla von Bismarck, con Sandra Gamazo en Marbella. (Amparo de la Gama)
Gunilla von Bismarck, con Sandra Gamazo en Marbella. (Amparo de la Gama)

El futuro marqués de Belvís siempre se ha definido como el más afín a su tío Alfonso. De hecho, fue su referente y aprendió el oficio del azadón en las vides de la finca Las Monjas. El príncipe Ole Ole (como cariñosamente llamaban a Alfonso de Hohenlohe en Marbella) fue uno de los primeros en plantar cepas de las variedades tintas en Ronda, y Sandro ha seguido su camino en el cortijo de Istán para cultivar la tierra.

Como resultado de ello está su Belvís de las Navas, un negocio centrado en la producción y comercialización de aceite ecológico. Según ha sabido este medio, la actividad agrícola de Sandro poco va a cambiar cuando obtenga el título. Él va a seguir haciendo lo que más le gusta: “Crear un producto que se pueda identificar a nivel local y que a la vez nos haga sentir orgullosos de nuestra casa".

Fruto de una breve relación

Sus mismos primos reconocen que Sandro es diferente a la estirpe familiar. “Al lado de mi tío Alfonso, he mamado ese gusto por el campo. Soy uno de los pocos Hohenlohe que se crio aquí, hice mucha vida con él. Mi tío, siempre con sus locuras e invenciones, no dejaba de impresionarme y fascinarme. Era admirable”, nos decía. Esa relación dio como resultado que Sandro, después de su paso por Inglaterra, se adiestrara en una finca en Castilla-La Mancha vinculada a la familia: "Allí es donde aprendí realmente todo lo que sé ahora sobre agricultura. En esta finca trabajé más el tema de cereales y ganadería".

Sandro, al igual que Sandra, su madre, sigue siendo el verso libre de esta familia de aristócratas que ha trabajado tanto en Andalucía. El pequeño Alejandro Christian llegó a la vida de la aristócrata cuando aún Sandra era muy joven, fruto de una breve relación con Christian Bremme, un alemán afincado en Marbella en aquella época.

Belvís de las Navas, el nombre del caldo del olivar, es un homenaje al linaje de su familia. En plena década de los años cuarenta, Piedad Yturbe y Scholtz von Hermensdorff, marquesa de Belvís de las Navas, acompañada por su marido, el príncipe Max zu Hohenlohe-Langenburg, establecían su residencia en la dorada Marbella que empezaba a brillar en medio mundo. Setenta años después, el título nobiliario de Piedita, como se conocía a la madre del príncipe Alfonso, da nombre al primer aceite de oliva virgen extra gourmet que sale de los centenarios olivares de la familia.

Llanos de Belvís, el cortijo donde falleció la madre del futuro marqués, es el mejor regalo que le ha hecho a su hijo, que sigue explotando esta propiedad rodeada de campos de olivos y con vistas a la Sierra de las Nieves. Su aceite se vende bien. Es el resultado de la fusión de varias variedades de aceituna de la zona. El mismo Sandro nos decía en una entrevista que concedió a este medio: “Podríamos decir algo así como que comparamos este zumo de aceituna con la diversidad de gentes de todo el mundo que habita en Marbella y su comarca”.

Sus tíos Anna Gamazo y Juan Abelló

Sandro es un ecologista nato. Siempre ha estado pendiente del control de la tala sin medida que hubo en el pinar de Santa Margarita, donde su tía Anna Gamazo y el banquero Juan Abelló tienen su casa. “¿Sabes? Tengo unas fotos fantásticas de esa época, todo cubierto de pinos y naturaleza fantástica. Al final todo va tan deprisa que si no protegemos al pino piñonero no sé qué va a pasar. Es bastante triste lo que está pasando en esta tierra. Esperemos que lo pare alguien. Mi tío Alfonso decía siempre que para que una casa estuviera bonita, los árboles tenían que ser más altos que la casa”.

El Hotel Marbella Club, fundado precisamente por sus antecesores, es uno de los lugares que Sandro eligió para el arranque de la comercialización de su producto y desde que inició esta andadura no se ha detenido: "Marbella es la ciudad a la que estuvo tan vinculada mi familia y con la que queremos seguir manteniendo lazos empresariales".

Sandro Gamazo ya no es solo el sobrino del príncipe Alfonso Hohenlohe. En pocos meses, el único hijo de Sandra Gamazo, marquesa de Belvís fallecida en mayo del año pasado, ostentará el título que desde tiempos de Alfonso XIII le ha pertenecido a su familia. El nuevo noble, de perfil bajo, no quiere protagonismo. La solicitud de sucesión como marqués de Belvís de las Navas ya aparece en el BOE, pero de momento no ha querido pronunciarse sobre esta dignidad que le convertirá en el quinto titular del marquesado. Vanitatis se ha puesto en contacto con el aristócrata, que vive inmerso en sus quehaceres de la finca familiar de Llanos de Belvís, en la sierra de Istán, pero prefiere mantenerse alejado del foco mediático hasta que se haga firme su titularidad.

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