El corazón de Miguel Báez, el Litri, antes de su boda: repasamos las historias de amor del torero
A sus 53 años, el torero de Huelva vive alejado del foco público. Pero hoy vuelve a protagonizar la crónica social, dado que este mes se casa con su discreta novia, Casilda Ybarra
No importa el año ni el lugar, conocer quién ocupa el corazón de los famosos más queridos del momento es una de las grandes metas para el público de la crónica social. Así, a lo largo de la historia, han levantado expectación los amoríos de Lope de Vega en el Siglo de Oro, pero también quién es la nueva ilusión de Fernando Alonso.
Un interés que en los años 90 copaban las grandes estrellas del momento. Antes del furor por los influencers, como provoca la relación de María Pombo y Pablo Castellano, los toreros compartían estrellato con cantantes, actores y demás protagonistas de la televisión. Personajes como Rafi Camino, Jesús Janeiro, Fran Rivera o Juan Serrano (Finito de Córdoba) llenaban horas de programación. Sin olvidarnos de Miguel Báez, el Litri.
A sus 53 años, el torero de Huelva vive alejado de los medios. Sin embargo, durante años fue una de las personas públicas más seguidas, en lo profesional y en lo personal. Hoy ponemos el foco precisamente en su corazón, dado que este mes se casa con su discreta novia, Casilda Ybarra.
Una boda que será de lo más íntima, aunque se espera que haya una gran fiesta posterior cuando él consiga la nulidad religiosa de su primer matrimonio con Adriana Carolina Herrera. Un enlace en el que sí se esperan a grandes amigos como Enrique Ponce, con su actual pareja Ana Soria, Fran Rivera o Adriana Torres, novia de Mario Conde.
Licenciada en Geografía e Historia del Arte y museóloga por la Complutense, Casilda Ybarra ha estado centrada en lo laboral en proyectos culturales relacionados con el mundo artístico, como ya desvelamos en Vanitatis. Sin embargo, más allá de nuestros deseos de felicidad para los próximos novios, hoy queremos echar la vista atrás. Repasando las parejas, algunas ya olvidadas para el público, que marcaron el corazón del Litri.
Viajamos hasta la Expo 92 de Sevilla, con los desayunos japoneses de la duquesa de Alba o las quejas de Lola Flores. Allí se conoció una joven pareja cuya historia de amor podría protagonizar cualquier película. Por un lado, la princesa Lalla Hasna de Marruecos y por otro un joven torero andaluz. Una relación clandestina que no salió a la luz pública hasta años después.
Arropados por sus amigos más íntimos y familiares, Miguel y Lalla consiguieron vivir durante unos dos años, aunque las fechas bailan dado el hermetismo del tema, su relación amorosa. Sin embargo, todo se rompió cuando la princesa marroquí fue obligada a casarse con un famoso médico de su país: Khalil Benharbit. Juntos tuvieron dos hijos, pero el matrimonio no prosperó.
Así, tras su divorcio, la relación entre el torero y la princesa se retomó. Lo aseguraron años después testigos a la revista '¡Hola!', explicando cómo el Litri era asiduo al Palacio Real de Marruecos, siendo uno más de la familia en los cumpleaños y celebraciones. Mientras, la princesa le visitaba en España con su avión privado, quedándose a dormir en casas de amigos en común. Ambos compartían aficiones como el mar o los caballos.
Sin embargo, en uno de los impasses de ese noviazgo, cuando Lalla Hasna estaba aún casada, el Litri tuvo otra pareja muy conocida. Se trataba de Eugenia Martínez de Irujo, con quien no llegó a estar ni un año. Ambos eran parte de un círculo social en común en Sevilla, donde Eugenia vivía una relación con Fran Rivera. El Guadalquivir fue testigo de la unión de dos corazones rotos, ya que al romper Miguel con Lalla y Eugenia con Fran, sus caminos se cruzaron en 1995.
Una ilusión, tonteo o pareja que acaparó ríos de tinta en la prensa social de la época. Eran los novios de moda, pero su unión no fue a más tras unos meses juntos. Finalmente, Eugenia y Fran retomaron su noviazgo, casándose la duquesa de Montoro después luciendo la espectacular tiara de la emperatriz Eugenia de Montijo.
Tras su ruptura con la princesa Lalla en 2001, Miguel Báez encontró el amor gracias a sus amigos. Sería en 2003, cuando Enrique Ponce y Paloma Cuevas (feliz en su nueva vida) le presentaron a Carolina Adriana Herrera. La joven, hija de la diseñadora Carolina Herrera (de nombre real Carolina Pacanins Niño) y del editor de moda Reinaldo Herrera, visitaba España para rodar un documental sobre el mundo de los toros.
La chispa del amor saltó entre ellos, dándose el 'sí, quiero' en una espectacular boda con más de 600 invitados en la finca extremeña del novio, Los Guateles. Un enlace que conquistó al mundo por la unión de dos ambientes teóricamente tan opuestos, el lado más cosmopolita de ella y el más tradicional de él.
Sea como fuere, su relación duró 13 años, tuvieron 3 hijos en común e hicieron de Madrid su hogar. Aunque, incluso antes de su separación, vivieron momentos complicados. Uno de ellos, en lo que respecta al ámbito público, fue la supuesta infidelidad del torero con María Lapiedra. Un escándalo que se saldó con una demanda de Carolina Adriana Herrera contra ella y contra la revista que publicó las fotos.
Así, el Tribunal Superior de Justicia condenó a María Lapiedra y a las revistas a 100.000 euros de indemnización por "divulgar hechos graves atentatorios a la paz familiar y a la fama de los interesados en su entorno social, dentro de un ámbito en el que no habían cedido su intimidad", como desveló entonces 'ABC'. Igual de discretos que habían vivido su matrimonio, llegó su final. Se tardó en conocer que se habían separado tras un tiempo de reflexión. Además, en lo económico, ambos poseen importantes fortunas, así que tampoco hubo problemas.
El final de una historia de amor, que tres años después dio paso a una nueva ilusión. Tras el final de su relación con Carolina Adriana Herrera, el torero y empresario inmobiliario conoció a su actual prometida: Casilda Ybarra.
A punto de caminar hacia el altar, en el primer enlace para ella y el segundo para él, parece que en esta ocasión el número de invitados y la exposición pública de la boda será menor. Aunque no perdemos la esperanza de ver a los felices novios darse el 'sí, quiero'.
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No importa el año ni el lugar, conocer quién ocupa el corazón de los famosos más queridos del momento es una de las grandes metas para el público de la crónica social. Así, a lo largo de la historia, han levantado expectación los amoríos de Lope de Vega en el Siglo de Oro, pero también quién es la nueva ilusión de Fernando Alonso.