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De los almuerzos japos de Cayetana de Alba a la queja de Lola Flores: la Expo 92, según sus protagonistas
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30 ANIVERSARIO DE LA EXPO 92

De los almuerzos japos de Cayetana de Alba a la queja de Lola Flores: la Expo 92, según sus protagonistas

Fueron decenas de vips los que desfilaron por las instalaciones de la Cartuja: reyes, princesas, actrices internacionales y folclóricas marca España

Foto: Los Reyes, en la apertura de la Expo 92. (CP)
Los Reyes, en la apertura de la Expo 92. (CP)

Este 20 de abril se cumplen 30 años de la inauguración oficial de la Exposición Universal de Sevilla. Un evento mundial para conmemorar el V centenario del descubrimiento de América que convirtió la ciudad en centro de atención de la prensa internacional durante seis meses y que, además, la transformó urbanísticamente y la hizo ponerse en los primeros puestos de la modernidad. En los seis meses que duró, hasta el 12 de octubre, recibió unos cuarenta millones de visitantes, casi cien pabellones y 140 participantes en una ciudad paralela que se construyó en los terrenos que rodeaban el monasterio de la Cartuja, en la isla de la Cartuja, donde Cristóbal Colón preparó su primer viaje a América.

La Expo supuso para Sevilla su modernización: rondas de circunvalación, nuevos puentes, la remodelación del aeropuerto, la estación de trenes, Santa Justa y Rufina, y la llegada del tren de alta velocidad, el Ave... Además del teatro Maestranza y un movimiento cultural importante que iba desde el estreno del espectáculo más importante de la copla jamás superado (‘Azabache’, protagonizado por Rocío Jurado, en el auditorio que luego llevó su nombre) a los conciertos celebrados en la plaza Sony, óperas, desfiles de modelos y espectáculos con las últimas tecnologías.

Los diseñadores Vitorio y Lucchino se encargaron de diseñar los uniformes de azafatas y azafatos. Entre estos destacó una joven llamada Adriana Torres, actual pareja de Mario Conde, que entonces mantenía una amistad muy especial con el príncipe Felipe de Bélgica, era sobrina de la reina Fabiola y la prensa belga hablaba de ella como la segunda sevillana que podría llegar a convertirse en la reina de los belgas.

placeholder Vista de uno de los símbolos de la Expo 92, la esfera bioclimática. (EFE/Julio Muñoz)
Vista de uno de los símbolos de la Expo 92, la esfera bioclimática. (EFE/Julio Muñoz)

Los diseñadores vistieron a más de seis mil personas. José Víctor nos recuerda: “Vestimos a todo el personal, desde los azafatos vips a los barrenderos. Tuvimos que alquilar una nave para poder trabajar e incorporar a varios equipos de trabajo. Nosotros en el 89 ya habíamos desfilado en Nueva York y conseguido el premio Tiffany a los mejores creadores, y en el 92 nos convertimos en los anfitriones de Sevilla de forma espontánea. Precisamente en nuestro museo que vamos a inaugurar en Palma del Río habrá un espacio dedicado a la Expo”.

De los recuerdos más importantes, José Víctor comenta a Vanitatis: “El acto inaugural fue precioso, con los Reyes, y también una fiesta que dimos en la Casa de Pilatos para presentar el perfume Carmen, a la que acudieron Jacqueline Bisset, Catherine Deneuve, Celia Forner, Inés Sastre, Jean Luis Mathieu… Hasta la propia duquesa de Medinaceli se sorprendió y nos dijo que nunca había visto una fiesta como aquella, trajimos en avión privado peonías blancas que decoraban todo el palacio”.

Personajes internacionales

Los diseñadores eran invitados a todos los actos, hasta diez y doce fiestas diarias. Además, celebraron dos desfiles muy importantes, uno en el auditorio para presentar su colección 'Carmen', con motivo del día de Italia, con una pasarela en la que reunieron a Carla Bruni, Elle Macpherson, Linda Evangelista y Claudia Schiffer, y otro para el día de Francia. Precisamente el pabellón de Francia pasó a ser su sede una vez acabada la Expo durante cinco años, hasta que se instalaron en la casa natal de Velázquez. Sin embargo, hubo una noticia triste que les impidió disfrutar de aquellos meses: “Durante el verano falleció el padre de José Luis, muy joven, y aquello fue muy duro; lo pasamos muy mal, pero no podíamos dejar de trabajar y atender tantas peticiones, así que vivíamos una sensación agridulce”.

placeholder Los Reyes y sus hijos, en la inauguración de la Expo. (CP)
Los Reyes y sus hijos, en la inauguración de la Expo. (CP)

En lo profesional tuvieron oportunidad de conocer a todas las casas reales que visitaron la Expo: “Normalmente luego nos visitaban en el taller, recordamos con cariño a Lady Di, que adquirió una blusa turquesa con cuello de seda natural con volantes amarillos y rojos, se la puso durante la Expo y luego la lució varias veces en Londres”.

La tristeza de Lady Di en Sevilla ocupó muchas portadas. La princesa acompañaba al príncipe Carlos cuando llegó a Sevilla para celebrar el día de Gran Bretaña. Los fotógrafos captaron su estado anímico, pero no sus lágrimas porque se derramaron en el autobús que la trasladaba por el recinto de la Cartuja. Solo el príncipe Carlos y Teresa Otero fueron testigos. Ella estaba sentada junto a la ventanilla, Carlos a su lado en los primeros asientos y en la misma línea Otero, directora de Atención en los Días Nacionales en la Expo. 30 años después le siguen preguntando por aquel momento: “Ella estaba muy seria, se notaba cierta tensión, y cuando se sentó empezaron a caer las lágrimas por las mejillas, abrió su bolso, como buscando algo y lo cerró. Entonces yo le ofrecí mi pañuelo, planchado y perfumado, se lo di a Carlos, que se lo pasó a ella. La comitiva se separó y yo acompañé al príncipe al pabellón de la Navegación, y mis ayudantes, Beatriz Parias y Carmen Piñán, la acompañaron a ella al pabellón de la Cruz Roja. Por la noche me devolvió el pañuelo”.

placeholder Diana y Carlos, en Sevilla. (Getty)
Diana y Carlos, en Sevilla. (Getty)

Teresa recuerda también la visita de Paco Fernández Ordóñez, ministro de Exteriores, ya muy enfermo, y la jornada que compartió con Gabriel García Márquez o el día de la Cumbre Iberoamericana, en la que fue la acompañante de Fidel Castro. “Se producían muchas anécdotas y también tensiones. Eran días con muchas personalidades y a veces aparecían más personas de las previstas, como ocurrió en los días nacionales de Francia y Portugal, pero personas como Alain Delon o José Saramago, a las que había que atender. Recuerdo con simpatía un almuerzo con todos los jeques árabes de los Emiratos al que acudieron con sus halcones en el brazo y se pusieron a comer con ellos. Las caras de susto de los camareros no se me olvidarán, ¡no podían dar crédito a lo que veían!”.

De Mónaco a Hollywood

Otra visita muy destacada fue la de la familia real monegasca, Rainiero de Mónaco y sus hijos Carolina y Alberto. La princesa Carolina era la mujer que más portadas de revista acaparaba entonces. Su marido Stefano Casiraghi había fallecido en un accidente deportivo en 1990 y su presencia eclipsó mediáticamente a su padre y su hermano, el príncipe heredero. También acudieron los reyes de Holanda, los de Dinamarca y los de Suecia, así como la familia real griega al completo, que posó en el pabellón del COI, Constantino y Ana María con todos sus hijos. E inesperada fue la visita de una jovencísima Isabel Sartorius, que se alojó en una casa propiedad de Manuel de Prado y Colón de Carvajal y que entonces era la novia extraoficial del príncipe Felipe.

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Rainiero, Alberto y Carolina de Mónaco. (CP)

Carlos Telmo, relaciones públicas, era el encargado de las visitas vips de la Expo, además de trabajar en la preparación de la misma durante los seis meses y posteriormente estar en la fundación Isla de la Cartuja. Hay que añadir que también trabajó en la Exposición de Shanghái (celebrada hace doce años) y ha visitado la última de Dubái. Carlos nació en Ronda y tenía una amistad íntima con Carmen y Belén Ordóñez, amigas de adolescencia. Nos cuenta: “Yo me encargaba de realizar las visitas vips y disponía de unos coches eléctricos para desplazarme en ellos con el visitante. La más habitual era Cayetana de Alba, solía almorzar en el pabellón de Japón, porque le encantaba la comida japonesa y entonces no eran tan habituales restaurantes de ese tipo. A las tres me llamaba y cada día iba a visitar un pabellón”.

La amistad entre los dos se hizo tan intensa que la duquesa lo nombró portavoz de la Casa de Alba en la boda de su hija Eugenia con Francisco Rivera Ordóñez en 1998. Carlos atendió desde Catherine Deneuve a Bibi Samaranch pasando por Tita Cervera o Michael Douglas. “Catherine fue encantadora, y me sorprendió Manolo Escobar, que vino con su hija, entonces una niña, por ser especialmente educado y cariñoso. Recuerdo a Lola Flores actuando en el auditorio junto a Rafaella Carrà y quejándose desde el escenario: “Una italiana me ha tenido que traer a la Expo…”. Y a Celine Dion, entonces desconocida en España, que vino a cantar al pabellón de Canadá. Yo, que he vivido varias exposiciones universales, te aseguro que el éxito de Sevilla fue que nunca una ciudad se implicó tanto, porque las actividades no se limitaban al recinto, la ciudad entera se volcó y participó”.

‘Azabache’ fue el espectáculo estrella de la Expo. Se celebró en el auditorio, y estaba protagonizado por Rocío Jurado, Juanita Reina, Imperio Argentina, Naty Mistral y María Vidal, y dirigido por Gerardo Vera. La coreografía corrió a cargo de Manuel Marín y participaban 130 artistas. Cuatro horas de un cuidado musical sobre la copla en el que se interpretaban 29 coplas clásicas, 12 de ellas por Rocío Jurado.

Chipiona o Chiclana

Gloria Mohedano, que compartió muchas tardes-noches en camerino junto a su hermana Rocío, recuerda una anécdota para Vanitatis: “Durante los ensayos Rocío interpretaba una canción, ‘Soleares de la Bahía’, que decía: “En Chiclana me crie… que me busquen por Chiclana si me llegara a perder”, y ella cambiaba la letra y decía Chipiona. Gerardo Vera le decía que no lo hiciera, que se iba a equivocar el día del estreno, así que aquel día pasó por su camerino y le preguntó: “Rocío, ¿tú donde te criaste?”, y ella rápida contestó: “En Chiclana”. Se quedó tranquilo, pero al salir al escenario lo hizo, cambió el nombre por Chipiona… y ya cada vez que la cantaba lo hacía. Gerardo la dejó por imposible: “Ella tiene que nombrar Chipiona siempre”.

Gloria conoció allí a su futuro cuñado, el torero José Ortega Cano: “Se consolidó el noviazgo en aquella época; ellos se conocieron en julio, durante unos días de descanso de 'Azabache', en la consulta del doctor Mariscal en Madrid, y José luego acudió a ver el espectáculo varias veces durante todo el mes de agosto”.

placeholder Ortega Cano y Rocío Jurado. (CP)
Ortega Cano y Rocío Jurado. (CP)

De aquel histórico cartel solo vive la artista María Vidal, la más joven entonces, que sigue en activo y prepara un espectáculo para celebrar sus 40 años en la música. Recuerda a Vanitatis: “Para mí ‘Azabache’ fue un doctorado y supuso también mi lanzamiento internacional. Yo ya llevaba diez años en la música, había grabado tres discos y ganado el concurso de TVE ‘Gente joven’, pero era conocida más en Andalucía. Después de 'Azabache' empecé a trabajar fuera de España, actué en Venezuela, Argentina, México, Portugal, Suiza… Recuerdo aquella época con mucho cariño, por la profesionalidad de todas y el cariño con el que me trataron. En ningún momento me sentí insegura frente a cuatro mitos de la copla, yo tenía mucho que ganar pero mucho que perder también. A día de hoy siguen recordándome mi versión de 'María de la O' y 'La ruiseñora'. Como anécdota te puedo contar dos, la generosidad de Naty Mistral y un día que la máquina de humo se estropeó y no veía nada, al salir al escenario tuve que pedir que pararan el humo. También el día del estreno, que el espectáculo se alargó cinco horas y media y Gerardo tuvo que reestructurarlo para dejarlo en cuatro”.

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Este 20 de abril se cumplen 30 años de la inauguración oficial de la Exposición Universal de Sevilla. Un evento mundial para conmemorar el V centenario del descubrimiento de América que convirtió la ciudad en centro de atención de la prensa internacional durante seis meses y que, además, la transformó urbanísticamente y la hizo ponerse en los primeros puestos de la modernidad. En los seis meses que duró, hasta el 12 de octubre, recibió unos cuarenta millones de visitantes, casi cien pabellones y 140 participantes en una ciudad paralela que se construyó en los terrenos que rodeaban el monasterio de la Cartuja, en la isla de la Cartuja, donde Cristóbal Colón preparó su primer viaje a América.

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