Felipe y Matilde de Bélgica acogerán a refugiados ucranianos en propiedades reales

Desde finales de febrero, no hemos tenido más remedio que hablar en este portal de la guerra de Ucrania. Con respecto a las casas reales europeas, hemos visto cómo numerosas familias han mostrado su apoyo incondicional al país tras la invasión de Rusia. Lo han hecho con mensajes a través de su ropa o visitando centros de refugiados, como recientemente Máxima de Holanda, el príncipe Guillermo y Kate Middleton o los reyes belgas. Y precisamente estos últimos no se han quedado solo en la visita, porque se ha sabido que Felipe y Matilde de Bélgica acogerán a varias familias de refugiados ucranianos en propiedades reales.

Así lo ha confirmado el propio Palacio Real a los numerosos medios que han querido verificar la información que les había llegado. Aunque, como seguro se imaginan, no es que vayan a abrir el castillo de Laeken, su residencia oficial, para alojar a estas personas que no han tenido más remedio que huir de Ucrania. Lo harán dejándoles algunos de los apartamentos que están ubicados en fincas pertenecientes a la llamada Real Donación, esa herencia que dejó a la nación el rey Leopoldo II antes de morir, en el año 1900. Lo hizo bajo tres condiciones: que las propiedades nunca pudieran venderse, que conservaran su función y apariencia originales y que estuvieran disponibles para sus sucesores en el trono.

Las principales posesiones que forman parte de la donación son, por ejemplo, el parque y el castillo de Laeken -donde vive actualmente la familia real-, los invernaderos de Laeken, los castillos de Stuyvenberg y Ciergnon, el parque Duden in Forest y el arboreto de Tervueren. Actualmente, funciona como una institución jurídica independiente económicamente, ya que es responsable de sus ingresos y gastos y administra su propia propiedad y persona. Pero parte de esas posesiones que pertenecen a la Real Donación están enteramente a disposición del rey, por lo que es el monarca el último responsable de lo que se haga con ellas.

En el caso de estos apartamentos que se ofrecerán a las familias refugiadas, ya eran alojamientos que se iban a poner a disposición de personas que las necesitaran, según han explicado los responsables de la institución. "Dada la crisis de los refugiados, habilitaremos estas casas para la acogida de emergencia", han confirmado. Se espera que las viviendas, de tipo unifamiliar, estén disponibles en abril, para que después de amueblarlas y hacerles pequeños trabajos de acondicionamiento -hay que tener en cuenta que algunas tienen más de cien años- puedan ser ocupadas.

Y es que parece que los dos últimos encuentros que han tenido con los reyes de los belgas con refugiados ucranianos, que desde finales de febrero han ido llegando a Bélgica, les ha hecho tomar conciencia del problema y ser los primeros en dar ejemplo para que los ciudadanos belgas hagan lo mismo. El miércoles pasado, Felipe y Matilde acompañaban al secretario de Estado de Asilo y Migración a Molenbeek, a la antigua casa Sebrechts, transformada en un refugio de emergencia para refugiados. Y este mismo miércoles era el monarca el que visitaba otro centro de atención a ciudadanos ucranianos exiliados, compartiendo la tarde y escuchando testimonios de varias familias que han tenido que huir de la guerra.

Se calcula que son ya tres millones las personas que han tenido que salir de Ucrania para huir del conflicto bélico y que una media de 2.000 llegan todos los días a Bélgica. Así que cualquier ayuda es poca y los reyes han sido los primeros en tenerlo claro y poner a disposición de varias familias estos apartamentos reales.

Expertos en asilo

Aunque nos parezca un gesto insólito en la realeza, no es la primera vez que sucede en la familia belga. Tenemos que trasladarnos hasta 2009, durante el reinado de Alberto y Paola, para dar con el primer caso. Ese año, los entonces reyes anunciaron que querían poner a disposición de las personas sin hogar un apartamento ubicado en la finca Ciergnon, otra de las propiedades que forman parte de esa Real Donación de Leopoldo II. Se habilitó entonces el antiguo cuartel de la gendarmería ubicado allí para acoger, unos meses más tarde, a una familia de cuatro afganos, que incluía a dos niños.

Y un hecho mucho más reciente. El verano pasado, cuando las lluvias torrenciales y las inundaciones arrasaron el centro de Europa, también se pusieron a disposición de los damnificados que se quedaron sin casa varios alojamientos. Esas casa se ponen a disposición de las agencias sociales que coordinan este tipo de emergencias y son ellas las que realizan el trabajo para que las viviendas disponibles se conviertan en el nuevo hogar de esas personas que lo necesitan, bien por los desastres naturales o, como en este caso, la guerra inciada por Rusia y que ha obligado ya a tres millones de personas a salir de Ucrania.