Los negocios comunes de Patricia Rato y Javier Moro, más allá de la boda

La discreción es la norma en casa de Patricia Rato y Javier Moro, de ahí que la exclusiva publicada por Paloma Barrientos en Vanitatis sobre su próxima boda haya supuesto un auténtico 'boom' entre muchos conocidos de su entorno que no estaban al tanto del paso que iban a dar. La pareja lleva nueve años de relación y podría decirse que este trámite es una manera de formalizar lo que ya es una unión de pleno derecho.

Tal y como contaba Vanitatis, la pareja se conoció por casualidad, al acudir ambos a casa de un amigo común que celebraba su cumpleaños. “Podíamos haber coincidido antes porque tenemos un circuito vacacional parecido”, contaba Patricia Rato. Efectivamente, Javier Moro veraneaba desde siempre en El Puerto de Santa María y los Ruiz Rato pasaban temporadas en esa zona. Y lo mismo sucedía en invierno. Los Rato frecuentaban Jaca, donde la familia tenía casa, y Javier Moro acudía allí con sus amistades. En aquellos años nunca coincidieron. Casualidad o destino, el caso es que hasta que no llegó el cumpleaños de ese amigo común no se habían encontrado.

En el mes de junio circuló el rumor de esta posible boda a la vuelta del verano que por fin se va a celebrar en pocos días. Los hijos de ambos (dos por parte de él, tres por parte de ella) ya son mayores de edad y tienen sus vidas, por lo que era el momento adecuado para celebrarla.

El enlace se celebrará en los próximos días en una bonita finca de Javier Moro en Ciudad Real. La familia posee varias fincas, como la que los Moro Peralta tienen en Las Herencias, a cinco minutos de Talavera de la Reina. La familia de Javier hizo fortuna con una importante fábrica de harinas en Talavera a cuyo frente estuvo la familia Moro durante siete generaciones. En 2008 Harinera Talaverana, la empresa de la que era consejero delegado Javier, se fusionó con otra empresa del sector, La Palentina, con la intención de convertirse en uno de los primeros fabricantes de harina de España. Entonces estimaban llegar a una facturación de entre 40 y 45 millones de euros y una capacidad de producción superior a las 100.000 toneladas de harina al año.

Moro, de 62 años, ha desarrollado además otros intereses empresariales, algunos compartidos con su futura esposa, Patricia Rato. Según el Registro Mercantil, ambos administran solidariamente una empresa llamada Distribuciones San Humberto, dedicada al comercio al por mayor de alimentos, bebidas y tabaco. Moro tiene además intereses comerciales en Perú. Aunque, desde el punto de vista Vanitatis, la sociedad más atractiva de Javier Moro es la que constituyó en el año 1997, Rusticas Vallemolino SL.

A través de esta entidad alquila locales comerciales en Andalucía pero, sobre todo, se dedica a explotar la finca El Saúco, en Las Herencias, de diversas formas. Saca rentabilidad a través de la explotación agrícola y de ganado, la organización de monterías (se trata de una "finca apretada de monte en la zona de Talavera de la Reina, una finca cochinera por excelencia", según una web especializada) y el aprovechamiento forestal de todo tipo. También cuenta dentro de sus dominios con una exclusiva casa rural que aparece muy bien posicionada en todos los buscadores de alojamientos de este tipo.

"El Saúco es una casa rural situada en Las Herencias, a 5 minutos de Talavera de la Reina (y poco más de una hora de Madrid). Nuestro alojamiento ha obtenido las 5 estrellas verdes, la máxima calificación de casas rurales, que certifica unos altos estándares de calidad, confort y excelencia. Perfecta para disfrutar de una escapada con amigos o familia, cuenta con cinco espaciosas habitaciones en las que pueden alojarse hasta diez personas. Entre sus espacios comunes, decorados con mimo, se encuentran los salones, una cocina completa, comedor independiente, sala de juegos con billar y un patio interior en el que desayunar (incluido en la estancia), cenar o conversar", se publicita.

La casa, que cuenta con una clientela muy fiel, ha pasado por chapa y pintura en las últimas semanas. Javier, por cierto, no es el único de la familia que se ha dedicado a aprovechar las propiedades heredadas de la familia desde el punto de vista turístico. Un hermano de Javier gestiona en Gredos el complejo hotelero Candelaria Experience, igualmente enfocado al turismo rural.

La boda de Rato y Moro será la culminación de una historia de amor que empezó como una amistad y con el tiempo dio paso a algo más. Durante un tiempo, a Patricia y Javier les seguían los paparazzi, aunque empezaron a dar normalidad a su relación y pronto se acabaron las persecuciones. Acudían juntos a las cenas organizadas por amigos como José María Michavila o el matrimonio Ponce-Cuevas, o a la fiesta de aniversario de la familia de joyeros Yanes. También estuvieron, ya como pareja, en la celebración de aniversario de boda de Cristina Yanes y y José Luis Santos. Veremos si se dejan fotografiar con la misma normalidad en esta ocasión.