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25 años sin Pilar Miró: el cine, en segundo lugar por debajo de su hijo Gonzalo
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ANIVERSARIO

25 años sin Pilar Miró: el cine, en segundo lugar por debajo de su hijo Gonzalo

Reivindicó su maternidad en solitario, algo que no tiene connotaciones negativas hoy día, pero que hace cuarenta y un años representaba una decisión complicada

Foto: Pilar Miró, en su despacho. (TVE)
Pilar Miró, en su despacho. (TVE)

Se cumplen veinticinco años de la muerte de Pilar Miró. Una profesional potente, directora general de RTVE cuando las mujeres no tenían cargos de relevancia en el ente público. Y lo mismo cuando ejerció el cargo de máxima responsabilidad en el Instituto de Cinematografía. En ese mundo no había caras visibles como directoras de cine. Ella lo fue y consiguió siete Goyas por una película en la que pocos creían. Menos aún los que debían invertir dinero en ‘El perro del hortelano’, que con el tiempo se convirtió en uno de los referentes de estudio en la escuela de cine.

Ha pasado un cuarto de siglo y Pilar Miró sigue muy presente. No solo cuando se la nombra en temas relacionados con el cine, sino también de su etapa televisiva, donde quiso cambiar las cosas. Por esos cambios recibió ataques injustos de colegas y compañeros de partido que creía amigos y a los que defendió y reivindicó sus peticiones cuando había que hacerlo. La dejaron 'sola ante el peligro', que era una de sus películas preferidas.

En este apartado de su vida hay que recordar que miembros destacados del PSOE, como Alfonso Guerra, no fueron capaces de dar la cara cuando se la acusó de malversación por adquirir vestuario de representación. Su hijo, Gonzalo Miró, lo destacaba en una entrevista en ‘La Otra Crónica (LOC)’, en la que aseguraba que su madre “fue víctima de Alfonso Guerra. Fue el gran culpable de todo lo que ocurrió. Castigó a Felipe (González) en la figura de mi madre porque quería controlar RTVE”.

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Pilar Miró también reivindicó su maternidad en solitario. En la actualidad, esta elección no tiene connotaciones negativas, pero hace cuarenta y un años, cuando nació su hijo Gonzalo, ser madre soltera era una decisión muy complicada. No existían ayudas de ningún tipo y lo peor era el hecho de que no había padre para inscribir en el registro civil. A veces aparecía el funcionario de turno que miraba raro a la mujer/madre que cumplía con la obligación de acudir al registro.

Pilar Miró podía haberse casado y no lo hizo, y tampoco dio ni pidió responsabilidad al padre del bebé. Lo que sí tenía claro era que nadie iba a enriquecerse con el nacimiento de su hijo. En aquel momento se hicieron averiguaciones e incluso quinielas para poner nombre a quien la directora de cine nunca quiso etiquetar. Su hijo sí tuvo la suerte de contar siempre con amistades inquebrantables, como fue la locutora de TVE Blanca Álvarez, con la que vivía temporadas cada vez que su madre viajaba o cuando murió. Gonzalo tenía 16 años.

El nacimiento del niño se convirtió en centro de interés para la prensa. Llegaron a ofrecer un millón de pesetas por fotos exclusivas que, por supuesto, Miró ni llegó a contemplar.

La revista ‘Protagonistas’ del grupo Zeta publicó unas imágenes que la propia madre cedió y repartió entre los medios que las quisieran. “Pilar Miró nos regala fotografías de su hijo Gonzalo. Este niño no se vende”, titulaba la publicación en 1981.

placeholder Pilar Miró, junto al pequeño Gonzalo. ('Protagonistas')
Pilar Miró, junto al pequeño Gonzalo. ('Protagonistas')

Junto a la cesión de imágenes enviaba la siguiente carta: “Ni voy a poner precio a estas fotos, ni tolero que nadie se las ponga. ¿De verdad son tan importantes? Yo las encuentro muy normalitas”. Y así zanjó de por vida que nadie volviera a utilizar a su hijo para ninguna información. Su “Robert Redford”( así llamaba a Gonzalo) tuvo una infancia sin presencia pública en los medios.

En el texto de ‘Protagonistas’ se incidía en que “la madre puso todo su empreño en guardar la intimidad de su hijo exactamente igual que ocultó la identidad paterna. El teléfono del domicilio no cesaba de sonar para pedir entrevistas y Pilar Miró, con esa contundencia que la caracterizaba cuando consideraba que había intromisión en su vida privada, siempre decía no”.

Gonzalo vivió su vida como cualquier niño. Acudía al colegio Mirabal, en Boadilla del Monte, y su madre no se perdía las exhibiciones de karate, ni las funciones escolares donde él hacía de árbol o cantaba la canción de los Beatles ‘Yellow Submarine’. En el ambiente del colegio, Pilar Miró era una mujer sociable que se relacionaba muy bien con los demás padres. Muy diferente a cómo se comportaba a veces con la prensa o con los dirigentes políticos, mucho más adusta.

Se cumplen veinticinco años de la muerte de Pilar Miró. Una profesional potente, directora general de RTVE cuando las mujeres no tenían cargos de relevancia en el ente público. Y lo mismo cuando ejerció el cargo de máxima responsabilidad en el Instituto de Cinematografía. En ese mundo no había caras visibles como directoras de cine. Ella lo fue y consiguió siete Goyas por una película en la que pocos creían. Menos aún los que debían invertir dinero en ‘El perro del hortelano’, que con el tiempo se convirtió en uno de los referentes de estudio en la escuela de cine.

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