La vuelta de Lydia Bosch a la televisión: sin empresas, pero con valiosas propiedades

En 1995 una joven Lydia Bosch, que ya tenía una trayectoria importante en el mundo de la interpretación, nos cautivó con su papel de Alicia Soller en la ya mítica serie 'Médico de familia'. Y desde entonces no ha parado de trabajar. Con más o menos audiencia, pero no queda año en blanco en su currículum. Aunque cierto es que los últimos no han sido los más exitosos de su carrera, algo que ahora puede cambiar con 'Mía es la venganza', la serie diaria que acaba de comenzarse a emitir en la sobremesa de Telecinco y que ella protagoniza. Un papel que le ha devuelto la oportunidad de volver a la televisión, que es lo que más le gusta, aunque no lo único a lo que se ha dedicado a lo largo de su vida.

Y es que cuando el teléfono no sonaba tanto como hubiera querido, Lydia, lejos de sentarse a esperar, siempre buscó la manera de seguir trabajando. Por eso son muchos los proyectos en los que se ha ido embarcando. En 2009 dio de alta Lbdb Anjuna SL, una empresa domiciliada en Barcelona y dedicada a "la prestación de servicios de agencia de contratación, promoción y representación de toda clase de artistas, deportistas y otros profesionales relacionados con la actividad del espectáculo". La dio de baja en 2014, cuando contaba con un total activo superior a los 200.000 euros, pero había registrado pérdidas que ascendían a los 70.000. Siempre gestionaron esta sociedad ella misma y su hermana mayor, Leonor.

Pero antes de esto, en 1992, ya había hecho su primera incursión como mujer de negocios al frente de Guelon SL, dedicada al mismo sector de la "promoción y contratación de actores y promoción y producción teatral y cinematográfica, producción de vídeos discográficos. promoción y venta de imagen para campaña publicitaria, y todo lo relacionado con el espectáculo". Una empresa que mantuvo en pie ella sola hasta 2018, cuando tomó la decisión de liquidarla.

En 2017, probó de nuevo suerte en el mundo de los negocios con Lybodebu SL, un cambio en una empresa que antes se llamaba Maboq 2001 SL y que se constituyó en 2001 junto al que entonces era su marido, el arquitecto Alberto Martín. Con la modificación se dedicaron al mercado inmobiliario, pues el objeto social de la sociedad era "la tenencia, disfrute, administración, gestión y explotación, adquisición y enajenación, de cualesquiera inmuebles, sean fincas rústicas o urbanas, y trátese de edificios de viviendas, o locales comerciales". Sin embargo, poco después, Lydia abandonó su cargo de administradora única para dar paso a otra persona que a día de hoy continúa al frente de la sociedad.

Es decir, en este momento a su nombre no consta sociedad alguna, su papel como empresaria forma parte del pasado y ahora está centrada de nuevo en la que siempre ha sido su vocación, la de actriz. Pero esto no quiere decir que su patrimonio sea exiguo, pues cuenta con propiedades en las que invirtió en sus mejores años, concretamente con dos. De hecho, estas fueron un motivo de disputa importante con Alberto Martín, del que se divorció en 2014 de una manera muy poco amistosa tras varios años de desencuentros tras romper su relación tres años antes.

Una de las causas de enfrentamiento entre ellos fue la que hasta su ruptura había sido la casa familiar, una imponente propiedad en La Finca diseñada por Martín y que después de un intento de compartir seis meses cada uno por orden del juez terminaron vendiendo. Poco después pasó a ser la casa en la que compartieron sus mejores años Iker Casillas y Sara Carbonero y en la que ahora continúa residiendo ella. No muy lejos vive la actriz, ya que tiene en propiedad una vivienda en esa misma urbanización, de la que ha dejado ver a través de sus redes sociales numerosos rincones: tiene cinco habitaciones, dos plantas y amplio jardín con piscina. En la misma localidad tiene otro inmueble en propiedad, un piso mucho más modesto que también quedó a su nombre tras el divorcio.

A pesar de que este fue muy mediático por lo complicado que llegó a ser, la actriz siempre ha preferido mantenerse en un segundo plano y no es habitual que conceda entrevistas, a no ser que sean estrictamente de promoción de los proyectos en que trabaja. Son muy pocas las ocasiones en las que ha hablado de su familia o de aspectos que hagan referencia a su vida privada, aunque sí se muestra muy abierta en redes. Ahora, la podemos ver cada tarde haciendo lo que más le gusta, actuar, en una serie y con papel protagonista, todos los requisitos para ser un proyecto perfecto y dejar atrás algunos años que no han sido tan fructíferos.