Arturo Valls, el padrino de su madre en la boda (de nuevo) con su padre 50 años después

El presentador vivía un momento familiar de lo más emotivo debido a que sus padres han celebrado 50 años casados. Un hito a día de hoy que la familia de Arturo Valls quería festejar con una celebración en Valencia, su ciudad natal.

Como no podía ser de otra manera, el cómico ejerció no solo de padrino de su madre, sino también fue el encargado de oficiar la ceremonia, en la que no faltó su habitual humor. Tras acompañar a su madre al altar y entregársela a su padre, le preguntaba a su progenitora si quería renovar los votos o ponerse bótox, una broma que hacía que los presentes rompiesen a carcajadas.

Vestido con traje de chaqueta de color azul marino y camisa blanca, pero sin corbata, Arturo compartía este emotivo momento para sus padres, a orillas de la Albufera. No le faltaba el ramo a la novia, en un día que el presentador definía como “inolvidable”.

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Le daba la enhorabuena su compañero en el programa ‘Caiga quien caiga’, Manel Fuentes, quien escribía: “¡¡¡¡Felicitaciones!!!!”, junto al emoticono de un corazón. El humorista compartía en su cuenta de Instagram una selección de fotos y de vídeos que daban cuenta del especial fin de semana vivido por su familia y escribía además: “Puro amor. ¡Os quiero mucho!”.

Entre amigos y familiares, tras la ceremonia y la comida hubo música en directo y muchos bailes. Un día cargado de emociones por los cincuenta años de matrimonio que hicieron que Arturo se sintiera como un niño, presente en esta celebración de las bodas de oro.

Además de las fotos de sus padres el pasado fin de semana durante la celebración, también compartía uno de los recuerdos de este día tan especial, donde se puede ver bajo el epígrafe ‘boda de oro’ la imagen de los novios el día de su boda, hace ahora 50 años.

Aparecen con los típicos trajes de novios que no han llevado en esta ocasión, optando por una vestimenta algo más informal, aunque igualmente elegante. Bailaban juntos a la orilla de la Albufera, con un tiempo espectacular, que permitía que Valls se quitara la chaqueta para marcarse bailes de todo tipo.