En fotos: Tamara Falcó y Blanca Suelves, entre otros rostros famosos, despiden a Marta Chávarri en su funeral
La socialité falleció inesperadamente el pasado mes de julio a los 62 años. Su familia ha querido despedirla en una de las iglesias con más solera de la capital
Marta Chávarri fallecía el pasado 21 de julio en su domicilio de Madrid a los 62 años. Este miércoles, su hijo Álvaro Falcó, acompañado de su mujer, Isabelle Junot, y su familia directa organizaron el funeral en memoria de su madre y hermana en la iglesia de San Jerónimo el Real a las ocho de la tarde. Y, por supuesto, también su tía Natalia Figueroa, que ejerció de madre con sus sobrinos al fallecer de un infarto cerebral su hermana, Matilde Figueroa. Marta tenía entonces 19 años.
A las ocho de la tarde comenzaba la misa oficiada por el padre Vicente Ruiz de Velasco. Un sacerdote que tiene su parroquia en Liencres, amigo de las hermanas Chávarri y también de María Zurita. Fue él quien bautizó a su hijo Carlitos. El grupo Alborada se encargó de la música de toda la liturgia. Uno de los momentos más emotivos fue cuando interpretaron en el ofertorio el 'Ave María' de Schubert.
Álvaro Falcó junto a su mujer, Isabelle Junot, estuvo arropado por sus amigos y por todas las personas que quisieron a Marta. Los hermanos Felipe y Carlos Cortina Lapique, Abelló, María Hohenlohe, Blanca Suelves, su tío Raphael y su prima Alejandra Martos; su suegra, Nina Wendelboe, Blanca Suelves, Carlos Torretta acompañado por sus padres, Roberto Torretta y Carmen Echevarría, o Eugenia Martínez de Irujo.
Tampoco quiso faltar Carolina Thieu, la viuda de Tomás Chávarri, padre de Marta. Con ella también estuvieron Javier Fitz-James, ex marido de María Chávarri; Alfonso de Borbón, Veva Longoria, Jaime Martínez-Bordiú o la prima mayor de Álvaro, Xandra Falcó.
En el primer banco de la izquierda se colocaron los hermanos Gonzalo, Fernando y Carlos y el hijo de María Chávarri. En el de la derecha, Isabel y María Chávarri, que estuvieron acompañadas por sus hijos. Isabel no podía contener las lágrimas con cada abrazo y beso que le daban. En estos últimos años, esta hermana fue su compañera de vida y no se acostumbra a estar sin ella.
Tamara Falcó e Íñigo Onieva tampoco han querido faltar al oficio religioso. Para no llamar la atención entraron por otra puerta. Tamara quería darle todo su apoyo a su primo Álvaro, con el que tiene una relación fraternal. Desde pequeños pasaban tiempo de vacaciones, tanto en la finca del marqués de Griñón como en el campo del marqués de Cubas. Cuando falleció Marta, Tamara e Iñigo se encontraban en plena luna de miel.
Cuando Fernando Falcó y Marta Chávarri se separaron, Álvaro se quedó a vivir con su padre. La exmarquesa fue muy generosa y llegó a decir que nunca habría discutido con su exmarido por la custodia del hijo, que tenía seis años. Ella misma explicó en 'Vanity Fair' la decisión tan dura que tuvo que tomar: “Cuando me fui con el señor Cortina renuncié a Álvaro. La que se iba era yo, no iba a quitarle también a su hijo”.
Fernando Falcó nunca entorpeció la relación filial, sino todo lo contrario. Con los años, Álvaro se convirtió en el guardián de su madre. En esta última etapa, el actual marqués de Cubas fue su mejor aliado junto con Isabel Chávarri. La hermana que no se acostumbra a no poder llamarla todos los días. Había pasado unos años difíciles con subidas y bajadas de ánimo que preocupaban a sus hermanas Isabel y María. Isabel ha sido, a lo largo de estos años, su doble, su pareja, su ángel de la guarda, su confidente. Una relación muy estrecha.
Contaban en el funeral que Marta Chávarri se encontraba en un momento vital muy tranquilo, estable y feliz por la llegada al mundo de su nieta Philippa.
Unas semanas antes de que un infarto cerebral segara su vida, había reunido en su casa a su grupo incondicional de amigas para que conocieran a la bebé. Con su nuera, Isabelle Junot, mantenía una relación muy bonita y estaba encantada con la familia que habían formado.
Cuando se hizo pública la relación de los jóvenes, las amigas le gastaban bromas. Decían: “Si alguien te llega a decir, cuando salías con Philippe, que vuestros hijos os harían abuelos de la misma nieta, le habrías llamado perturbado”.
Para Marta, ser abuela fue el mejor regalo que le podían hacer y le sirvió para ser más feliz después de años sombríos en los que nunca le faltaron sus amigas. En los Jerónimos estaban muchas de ellas: Cari y Miriam Lapique, Paloma Thomas de Carranza, Blanca Suelves, Katia Guerrero o Paloma Segrelles.
El oficio religioso ha estado marcado por la tristeza, pero también por los recuerdos bonitos relacionados con la que fue nombrada Lady España en agosto de 1988. Hubo un antes y un después de su resurgir y este punto de inflexión fue su elección ese verano en Marbella. Un título que nada tenía que ver con la elección de Miss España y similar. Se trataba de una especie de reconocimiento social a damas de apellidos ilustres o con títulos nobiliarios, como también fue el caso de Carmen Cervera y la duquesa de Alba. En el caso de la bella Marta, era aún marquesa de Cubas.
Muy poco se sabía de la vida que hacía desde que abandonó su espacio público como personaje social de primera categoría. Pero los que la quisieron han querido testimoniar ese afecto en este funeral.
Marta Chávarri fallecía el pasado 21 de julio en su domicilio de Madrid a los 62 años. Este miércoles, su hijo Álvaro Falcó, acompañado de su mujer, Isabelle Junot, y su familia directa organizaron el funeral en memoria de su madre y hermana en la iglesia de San Jerónimo el Real a las ocho de la tarde. Y, por supuesto, también su tía Natalia Figueroa, que ejerció de madre con sus sobrinos al fallecer de un infarto cerebral su hermana, Matilde Figueroa. Marta tenía entonces 19 años.
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