Pau Molins, el abogado del momento: rockero, padrazo y de la burguesía catalana

Se ha convertido en el hombre del momento, como lo fue cuando defendía a la infanta Cristina. Pau Molins, abogado de Shakira, ha conseguido lo que nadie parecía imaginar: que la colombiana aceptara un acuerdo de conformidad y se librara de ingresar en prisión. El abogado, que había reiterado en decenas de ocasiones, en nombre de la cantante, su inocencia, ha logrado que al final se bajara de sus trece y aceptara un acuerdo mucho mejor para ella.

Molins ha aprovechado las circunstancias, ha negociado con todas las partes de manera intensa y, finalmente, Shakira se ha marchado sin juicio, con una pena menor y con la frente bien alta. La fama de Molins estos días le ha servido también para cargar contra el sistema y ha llegado a decir que si Shakira se hubiera enamorado de Sergio Ramos y no de Gerard Piqué, las cosas le habrían ido de manera diferente con Hacienda.

"Tanto que se llenan la boca con la igualdad de los españoles, pero después si eres residente en Cataluña, puedes ir a la cárcel por un delito que es imposible en Madrid, haciendo la misma conducta, porque no hay impuesto de patrimonio”, declaró el abogado en una entrevista con Jordi Basté en ‘El món a Rac1’. Y concluyó: “El enamoramiento de Shakira le ha costado 120 millones de euros”.

Vecino de Pedralbes

Si algo destaca en Molins son también sus convicciones políticas. Es un tipo que no se calla cuando le preguntan y que carga contra quien considera necesario sin esconderse. Este abogado, padre de familia, vecino de Pedralbes y socio del Real Club de Tenis Barcelona, es además uno de los penalistas más prestigiosos de España.

Y reconoció en la entrevista que lo que quería Shakira con el acuerdo era “evitar tener que pasar por el escarnio de sentarse en el banquillo”, algo que logró a medias -tuvo que sentarse para aceptar el acuerdo-, confirmando lo que Molins había dicho en otras ocasiones: que se había hecho un “circo” con Shakira.

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Este caso tan mediático e intenso le ha robado mucho tiempo al letrado, que ha dejado de lado su vida personal para llegar a un acuerdo que contentara a la cantante. Ahora podrá volver a la guitarra y a estar con su familia, dos de sus grandes pasiones. Porque Molins es un hombre con aficiones: tiene incluso un grupo de rock, Porfinviernes, con el que toca canciones de los 80.

El 'charme' del abogado

Pablo o Pau Molins -le llaman de ambas maneras indistintamente- es miembro de una ilustre y rica familia catalana, la fundadora de Cementos Molins. Este tipo alegre, simpático y con 'charme', querido por todos los que le conocen desde hace años, tuvo que hacer frente a un golpe en la vida que ha superado con creces. Uno de sus hijos, Ignacio, sufrió un infarto medular del que todavía arrastra las consecuencias.

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El chico, que entonces tenía 13 años, estaba estudiando en un internado de Inglaterra cuando una fría mañana de febrero empezó a sentir un dolor que lo dejó postrado en un cama. Pero Ignacio nunca se hundió y esa adversidad se convirtió en un reto: ahora es un joven referente para muchos, que ha contado su historia en internet y que ha logrado superar las adversidades con ilusión. Esquía, juega a tenis, posee una doble licenciatura, y todo lo tiene gracias a su tesón y al apoyo de su su familia. Una gran familia, muy religiosa, de la que su padre, Pau Molins, es ahora la figura famosa.

Club de Tenis de Barcelona

Cuando se sube al escenario, Pau Molins deja la toga entre bambalinas y saca su lado más ‘salvaje’. Este rockero y sus conciertos son famosos en la zona alta de Barcelona, y lo que recauda lo entrega a organizaciones solidarias. Sus conciertos se organizan de forma habitual en la sala Luz de Gas, propiedad de Fede Sardà, hermano de Xavier. Sardà fue además el DJ en la fiesta del 40 cumpleaños de Iñaki Urdangarin. Molins toca también en otros lugares, como el mencionado Club de Tenis de Barcelona, el mismo en el que la infanta Cristina fue socia honoraria durante tantos años. Nada es casual en Barcelona; todos se conocen en esta 'pequeña' ciudad.

La cara de Molins llegó a la prensa del colorín cuando defendía a la infanta Cristina, imputada en el caso Nóos. Por aquel tiempo se convirtió en el gran apoyo de la hermana de Felipe VI. Su papel llegó de la mano de Miquel Roca, amigo de Juan Carlos I y fundador de uno de los bufetes de abogados más famosos de Barcelona. Molins siempre ha tenido su propio despacho, separado de Roca y de cualquier otro. Es Molins Defensa Penal, y firmó convenios de colaboración profesional con varios bufetes de la ciudad, como el de Roca.

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El acuerdo con Roca era algo distinto y comportó que Molins absorbiera el departamento penal que tenía Roca & Junyent y a cambio Roca le tenía que pasar todos los temas penales. Por eso el mercado a veces le vinculaba mucho al bufete del expolítico, pero nunca ha formado parte de él. Y cuando llegó la pandemia, en 2020, se cambiaron de despacho: ahora están en el cruce de avenida Diagonal con Rambla de Catalunya, con lo que no comparten con Roca ni el edificio.