Todos los detalles de la gran boda cubana de este puente, con los Falcó y los Cubas como invitados

Víctor Moro y Alexandra Lacorne han contraído matrimonio este fin de semana en La Habana (Cuba), en una boda que tuvo varios días de celebración y que ha contado con los Falcó y los Cubas como asistentes, como hemos podido comprobar en las redes sociales tanto de Tamara como de Isabelle Junot.

La mayor parte de los invitados, al desplazarse desde distintos puntos de la geografía mundial, aprovecharon y alargaron el viaje para conocer la isla y disfrutar de sus encantos. La pareja lleva más de ocho años de relación, por lo que su boda fue muy bien acogida entre su familia y amigos, quienes tenían ganas de verles pasar por el altar y disfrutar de una celebración en la que no faltó diversión, momentos emotivos y muchas sorpresas.

La preboda arrancó con una gran fiesta en el espectacular Cabaret Tropicana. Los invitados fueron recogidos en sus hoteles por fabulosos coches descapotables de distintos colores. La diversión, el colorido y la alegría estaban asegurados. Los bailarines y bailarinas de este exclusivo club de La Habana, vestidos de rojo y rodeados de luces de colores, danzaron al son de la música, así que el espectáculo estaba servido.

Los novios, muy animados, se animaron a salir al escenario. Alexandra Lacorne, luciendo un vestido rojo muy sexy de corte asimétrico y el pelo recogido a un lado con una flor; su futuro marido vestía pantalón azul marino y la clásica camisa guayabera en azul celeste. Un guiño del novio a Cuba, el lugar que horas más tarde les vería convertirse en marido y mujer.

Tras una noche de diversión, la cita era en la catedral de la Virgen María de la Concepción Inmaculada. Un templo situado en la zona más antigua de la ciudad y declarada por la Unesco en 1982 Patrimonio de la Humanidad. Los invitados iban llegando a la plaza de la Catedral muy elegantes. Todos los hombres tenían el ‘dress code’ de esmoquin de chaqueta blanca, consistente en pantalón negro, chaqueta y camisa blanca y pajarita negra. El propio novio escogió el mismo atuendo que había impuesto para sus invitados.

La novia, vestida con dos Caprile

Y tocó el turno de uno de los momentos más esperados de la ceremonia religiosa, la llegada de la novia del brazo de su padre. Alexandra Lacorne escogió para el día más importante de su vida un vestido confeccionado por el prestigioso diseñador Lorenzo Caprile. Un vestido de novia que, aunque derrocha modernidad, mantiene el ADN que distingue al diseñador que firma su traje.

La parte superior está protagonizada por un cuerpo de tirante fino con escote ligeramente caído para un efecto extrasensual. A la altura de la cintura brota una gran falda confeccionada en un tejido brocado y con cuerpo para crear una de esas estructuras armadas y voluminosas que distinguen a Caprile. Como colofón, el accesorio clásico entre las novias: un velo de tul sobre su cabello.

Posteriormente se celebró una cena y una gran fiesta en la que la novia volvió a dar la sorpresa cambiando su vestido de la ceremonia. Abrió el baile junto a su padre con un vestido mucho más sencillo. De corte lencero, todo el protagonismo del look recaía en una torera en tonos blancos y dorados de lo más original. Un diseño también firmado por Caprile, que ya había realizado alguna otra chaquetilla torera, como la confeccionada en tonos fucsia y oro para la infanta Elena. Con ella puesta protagonizó uno de los momentos estelares de la noche cuando junto a su ya marido y varias docenas de bailarines interpretaron un número musical de lo más divertido.

No fue el único momentazo que protagonizó grandes historias para la posteridad. Además del catering, que no dejó a nadie indiferente y que mezclaba platos caribeños con algunas estrellas de la gastronomía española, los novios también contrataron a gente de la isla especializada en la fabricación de puros a mano que fueron distribuyendo entre los invitados.

Entre los más conocidos estaban Íñigo Onieva y Tamara Falcó, marqueses de Griñón, e Isabelle Junot y Álvaro Falcó, marqueses de Cubas. Rocío Fernández-Rubíes, Belén Bernachea y Martín Cabello de los Cobos, Carlota Ariza y Juan Balmaseda, la diseñadora Carlota Muñoz-Vargas y su marido, Jérome Zenteno o Ignacio del Pino, hijo de Rafael del Pino, y su mujer Pilar Montes (se casaron este año). Los novios también son amigos de otros rostros conocidos de la jet como Alonso Aznar, Felipe Cortina o Andrea Horcher, pero este medio no ha podido confirmar si asistieron a la boda.

Víctor y Alexandra viven en Nueva York desde hace tiempo. Él estudió en la Universidad Pontificia de Comillas y después en la Columbia Business School. Comenzó a trabajar en el banco BBVA en Londres y más tarde seis años en el Banco Santander. Desde hace tiempo ejerce un cargo de dirección en Vima Foods, un grupo de alimentación internacional donde trabaja codo con codo con su progenitor. Su abuelo con quien comparte el mismo nombre fue diputado de UCD y subdirector del Banco de España.

Por su parte, Alexandra, quien también estudió en la Universidad Pontificia de Comillas, aunque no coincidieron ya que ella es más joven, ha trabajado siempre en empresas relacionadas con la moda, su pasión. Comenzó en el departamento de marketing y ventas de Christian Dior Couture, después pasó por Agnès B. y más tarde por Zara. Estuvo en el departamento de prensa y comunicación de Inditex, de donde dio el salto a Louis Vuitton. Actualmente trabaja en el departamento de comercio electrónico de la diseñadora Johanna Ortiz.

Una pareja con buenos currículums a los que les queda toda una vida por delante, de la que acaban de estrenar un nuevo capítulo.