Las claves de Silvia Tortosa y Carlos Cánovas: cuentas en rojo, 'no boda' y testamento claro

La muerte de Silvia Tortosa pilló por sorpresa a todos, incluso a sus más íntimos amigos. La actriz vivía un bache en su estado de ánimo, pero nadie auguraba el final que aconteció. La noticia de la muerte inesperada de una querida artista se convirtió en un culebrón que todavía colea en los medios.

Porque Tortosa llevaba 17 años emparejada con Carlos Cánovas, un hombre 22 años más joven que ella con el que ya no convivía en los últimos meses. Un hombre al que había desheredado meses antes de morir.

La actriz fallecía el 23 de marzo y el 3 de abril saltaba la bomba en la revista ‘Lecturas’: Silvia Tortosa había quitado de su testamento a Cánovas por haberle sido infiel. Él lo negó, aseguró que era su viudo y que mantenían una buena relación. Así se lo hizo saber a algunos periodistas, que dieron cuenta de sus palabras en diversos medios.

La verdad, sin embargo, es tozuda y los amigos de Silvia, que la adoraban, han hecho un trabajo de pico y pala para que esa verdad saliera a la luz. La prensa, como Vanitatis, mientras, ha indagado en el pasado de ambos y ha encontrado datos sorprendentes. Aquí les ofrecemos algunos.

'Boda' en Atlanta

La boda entre Silvia y Carlos ha sido uno de los grandes misterios. Los datos que aporta el entorno de la actriz señalan que se casaron el 8 de abril de 2014, en Atlanta, Georgia (EE.UU.). Pero desde Vanitatis hemos consultado a un abogado estadounidense especializado en derecho de familia y asegura que no hay ningún documento oficial en el país que relacione el nombre de uno con el del otro.

Algunos amigos de la artista apuntan a que podrían haberse casado en una ceremonia no oficial, otros aseguran que se registró, pero lo que queda claro es que ese matrimonio, aunque hubiera sido válido en Estados Unidos, no lo sería en España porque nunca se registró aquí. De eso dejó constancia la propia Tortosa en su testamento, un testamento bomba que parece una suerte de venganza hacia su ex.

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Las palabras de Carlos Cánovas a algunos medios, refiriéndose a sí mismo como el viudo de Silvia Tortosa, perdían todo el significado cuando se cotejaban los documentos oficiales. Podemos afirmar que fueron pareja de hecho, cierto, pero en los últimos meses de su vida, Tortosa apartó a Cánovas de su lado.

Los amigos

Sus amigos Chema Marín y Ana Congost, y su representante y también amigo Toni Aliaga, han contado en varios medios, incluido este, cómo ella sospechó de la infidelidad de su pareja y hasta contrató a un equipo de detectives para que le siguieran. Las fechas concretas bailan según con quien se habla, pero lo cierto es que la determinación de Silvia Tortosa fue clara: desheredar al que había sido su pareja durante 17 años.

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Cada año viajaba unas dos veces a Estados Unidos para visitar a la familia de su segundo marido, un militar americano que falleció a los pocos meses de la boda. Y en su última visita, en julio de 2023, cambió su testamento. Fue entonces cuando incluyó un párrafo que parece una sentencia: “Manifiesta que se encuentra separada de hecho del suscitado cónyuge, por lo que no le corresponde ningún derecho legitimario. Para el caso de que pudiera corresponderle algún derecho, le deshereda por incumplimiento grave de los deberes conyugales conforme a lo dispuesto en el artículo 85 5.1. del Código Civil”.

Golpe en la mesa

Así empieza un testamento en el que además incluye un recordatorio de que nunca legalizó su boda (fuera como fuera) en España. Es una forma de marcar ese desprecio, señaló la abogada Montse Antolino en el programa 'TardeAR' porque recordó que en España, los cónyuges no tienen derecho a la herencia, que solo tienen derecho los familiares en línea descendiente o ascendente, es decir, hijos o padres. Así que incluir ese dato cuando lo deshereda es, según esta letrada, una forma de dejar constancia de la mala relación.

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Con la ley en la mano, Carlos Cánovas no tenía motivos para reclamar nada. Motivos legales, decimos, porque motivos económicos sí que tenía. Pese a haber declarado en alguna ocasión a algunos periodistas que tenía dinero por parte de su familia y que no necesitaba de las finanzas de Silvia Tortosa, si volvemos a la documentación oficial, la que no miente, la situación económica de Carlos Cánovas es bastante precaria.

Sin dinero

Cánovas, cuyo verdadero nombre es Luis Carlos Molina Cánovas, no tiene propiedad alguna a su nombre en España, como tampoco la tienen sus empresas. Tiene dos sociedades y ambas lucen unos números muy pobres.

Una de ellas es Cánovas Enterprises S.L., de la que es administrador y que tiene un patrimonio activo de 3.000 euros, el mínimo capital social necesario para inscribir una empresa. Pero esta sociedad no presenta cuentas desde hace más de 10 años, siendo una compañía sin ninguna actividad.

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La otra empresa es Selección Electrónica de Listados S.L., que es la sociedad en la que aparece junto a su madre. Ella era consejera del negocio; él, apoderado. Pero la situación de esta compañía es exactamente la misma: el negocio tampoco presenta actividad, sus últimas cuentas fueron presentadas hace más de 10 años y su patrimonio activo no supera los 3.000 euros.

“No necesito su dinero”, ha declarado Cánovas en relación al enorme patrimonio de Tortosa. Lo cierto, sin embargo, es que el ex de la actriz preguntó por el testamento y le fue notificado que no estaba incluido. Algo que los amigos de la actriz celebran como una victoria más allá de la vida.