La complicidad de Enrique Ponce con Ana Soria en su esperado regreso en Nimes

La tarde de este viernes 17 de mayo estaba marcada en rojo en el calendario de Enrique Ponce. A las seis de la tarde, el torero ha realizado el paseíllo en la plaza de Nimes, dispuesto a torear después de tres años retirado de los ruedos.

Fue el 28 de junio de 2021 cuando Ponce comunicó a todos que, tras más de treinta años ejerciendo su profesión, había decidido hacer un parón “por tiempo indefinido”.

Ahora, ha llegado el gran momento de su regreso, algo que ha generado mucha expectación entre los taurinos y también, como es lógico, en su pareja, Ana Soria.

La joven se mostraba hace unos días, nerviosa y entusiasmada con el regreso de su pareja a las plazas, y lo hacía publicando un significativo mensaje en sus redes sociales: “Se me acelera el pulso cuando pienso en lo poquito que queda…, para verte brillar de nuevo".

La Feria de Pentecostés de Nimes se celebra del 16 al 20. Este viernes 17 de mayo ha destacado con el regreso de Ponce, que se enfrentará a toros de Juan Pedro Domecq. El diestro ha compartido cartel con Alejandro Talavante y David Galván.

Aunque muchas parejas de toreros prefieren no acudir al ruedo cuando estos se visten de luces, Ana Soria no es una de ellas y es de las que no dudan en ir a la plaza cuando Ponce torea. La hemos visto en numerosas ocasiones animar a su novio, sufrir por él y celebrar con entusiasmo cada éxito. Tampoco ha faltado a la cita de Nimes de este año. Luciendo un vestido estampado de tonos marrones, Soria no perdió detalle de todo lo que ocurría en la arena cuando Ponce salió a torear. El diestro tuvo un gesto de complicidad con ella y le lanzó la montera desde el ruedo. Ella, en pie, la cogió y le tiró un beso para después devolvérsela.

Feliz por la faena de Ponce, Ana Soria, muy sonriente agitó el pañuelo blanco junto al resto del público.

La presencia habitual de Ana Soria en las gradas es la que provocó una recordada escena en los inicios de su relación con Enrique Ponce, que además tuvo lugar, precisamente, en la plaza de Nimes que hoy ha sido testigo de la vuelta del torero. Ponce quiso tener un detalle con su chica, consciente de que todos los ojos estaban puestos en ella, y dibujó una letra A con el pie, en la arena de la plaza de Nimes.

Los ruedos unieron a esta pareja. Ponce, casado con Paloma Cuevas, toreaba en Almería cuando su mirada se cruzó con la de una joven y guapísima rubia que estaba de espectadora. Era Ana Soria.

El torero no paró hasta dar con ella fuera de los ruedos. Su noviazgo generó cientos de titulares, ya que provocó el divorcio de Ponce y Cuevas. La diferencia de edad entre él y su nueva pareja también dio mucho que hablar.

Sin embargo, Ponce y Soria han sabido sortear todos los obstáculos y hoy vuelven a demostrar que su relación fluye con fuerza.