Jackie y Abi, el ginecólogo y la matrona de las famosas: "No hacemos colaboraciones con nadie"
En el barrio de Valdemarín hace siete años, una pareja de matrona y ginecólogo, crearon un despacho desde el que pretendían cambiar el mundo de la obstetricia
En el barrio de Valdemarín hace siete años, una pareja de matrona y ginecólogo, crearon un despacho desde el que pretendían cambiar el mundo de la obstetricia. Después de años trabajando en hospitales públicos y privados, ellos tuvieron sus hijos y vivieron en sus propias carnes lo despersonalizado que estaba ese dulce momento en el que alguien se queda embarazado hasta que el niño nace. En 120 cuadrados de piso, en la segunda altura de un centro comercial montaron su proyecto, al principio nadie entraba, quién iba a confiar en dos desconocidos en ese pequeño despacho con un cartel que rezaba Bmum en la pared exterior, para ese importante momento de sus vidas, pero los clientes empezaron a hacerlo y poco a poco el boca oreja hizo su efecto. En aquel momento eran Abigail Núñez, una matrona nacida en Ciudad Real, y Jackie Calleja, un ginecólogo de Madrid.
Hoy, tras casi una década son Jackie y Abi, famosos por haber traído a muchos hijos de celebridades patrias al mundo, esta semana Marta Rimbau, Laura Matamoros, Sandra Gago, Romina Belluscio, María y Marta Pombo son solo algunos ejemplos. Desde hace tres años la sede de Bmum es un chalet de cientos de metros en el mismo barrio, este centro médico especializado tienen un equipo de 90 profesionales que acompaña a sus pacientes desde el momento del embarazo hasta los primeros años del niño. En aquel pequeño piso, que no han dejado atrás, han montado un área de neuropediatría.
Esta entrevista ha costado semanas cerrarla por su agenda, siempre pendiente de un nacimiento, Abi nos confiesa que durante cinco años no hicieron vacaciones, no salieron de Madrid, para poder estar listos en el momento que las pacientes se pusieran de parto. Y ese cariño por el trabajo bien hecho lo destilan pacientes suyas como Genoveva que nos confiesa "en mi cuarta cesárea me hicieron como si fuera un parto natural" o Ana que dice que ella sufrió el "efecto Bmum, salí con mejor aspecto que cuando entré".
Y aunque sus nombres suenan ya como una marca comercial cuando los conoces en primera persona todo cambia, el secreto de su éxito es el trato, discretos, cálidos, e hiperprofesionales, hacen trajes a medida para que las mujeres que van a parir sientan que están rodeadas de los mejores cuidados. "Somos el Four Seasons de la obstetricia", confiesa Jackie, y es que nada más entrar en su centro tienes una sensación muy diferente a la de cualquier institución, huele entre a galleta y bizcocho, sí reales, esos que hacen para las meriendas de los niños y los desayunos de las madres. El interiorismo pensado con mimo, como todo, lo realizó Alejandra Pombo la interiorista, refleja su carácter, sin estridencias, la madera hace de las salas de espera lugares acogedores, todo cuidado con un detalle que llama la atención, la zona de pediatría es un ir y venir de niños y padres que acuden a cursos que dan los profesionales de primeros auxilios infantiles.
Tres plantas de consultas con puertas que no golpean, ventanas con vistas al jardín por todos lados y una clara declaración de que quien entra aquí va a querer volver por la energía que respira el lugar. La sanidad privada enfocada de una forma diferente.
Esto es un fenómeno en España no existe un concepto así, ¿cuál es el secreto?
Jackie: Pues yo diría que la clave es que somos ginecólogo y matrona, y encima somos matrimonio, trabajamos siempre juntos. El éxito es fruto de muchos pequeños factores que cuando los metes en la batidora todos juntos han funcionado: haces algo con mucho cariño, mucha pasión, mucha dedicación, y sale algo especial. Porque al fin y al cabo, primero, desde el punto de vista profesional, la medicina que queremos hacer, no se puede hacer en muchos sitios, porque los hospitales son grandes corporaciones gigantescas que están supeditadas a muchos procesos a eficiencia, a costes, a rentabilidad de procesos de, en fin, muchas particularidades que complican el poder dedicarle tiempo a una persona.
Y luego, sobre todo yo creo que es fruto de dar a los pacientes lo que nosotros echamos en falta en la crianza de los niños, porque al final el embarazo. Todo eso que anduvimos recorriendo con nuestro hijo pequeño, que tenía bronquiolitis, cólicos... Yo siempre digo a todos nuestros compañeros que somos un lugar para servir, no de servicios, sino para servir. Eso es clave para que la gente entienda que vamos a intentar por todos los medios darte un servicio en las mejores condiciones de calidad y de honestidad. Fruto de ello, bueno, te puedo dar muchos ejemplos: que cobramos igual por un parto que una cesárea. Cobramos igual si es un embarazo único que gemelar, es decir, no tienes matices económicos que den un poquito de sombra a todo este proceso, a todo este proyecto.
La paciente influencer o famosa viene como una más, la foto que ellas cuelgan es fruto de ese agradecimiento que siente es espontánea
Pero vuestras pacientes van más allá, esa mítica foto que se ha hecho conocida en redes con los dos, hablan de una conexión emocional.
Abi: Desde el principio quisimos romper esa barrera distante que se crea entre médico y paciente. Dar un poco más de cercanía. Buscamos empatizar todo el embarazo. Eso hace que la conexión sea muy fuerte. Y luego nosotros empezamos así desde el principio, la paciente se veía como muy protegida, como si fuéramos una mezcla entre amigos y padres, no sé como, como familia. Nuestro planteamiento es: ¿qué querrías para tu hermana? Te gustaría que fuera recomendada, cuidada, tratada de una forma especial... protegemos toda esa etapa de embarazo, parto y luego el postparto. Hemos ido implementando otros servicios porque la paciente decía: "qué pena que no tengáis pediatras, qué pena que no tengáis un cirujano pediátrico, en vez de llevar al niño tal le traería aquí". Saben que están respaldados. Eso quizá es lo que nos ha diferenciado.
A una paciente que ha oído hablar y dice yo quiero que me atendáis vosotros, porque no podéis atender personalmente a todo el mundo, imagino, ¿cómo le deriváis a otros compañeros?
Abi: Estamos particularmente felices y orgullosos porque tenemos un equipo que ha ido asumiendo como esa cultura del cuidado, que no es tan fácil porque al final vas creciendo en volumen. Aún así intentamos estar presente casi en todos los casos o sobre todo los más específicos. Hay una cultura de equipo, valores muy identificados y muy impregnados en el cuidado de la paciente. Ellas entienden que no podemos ver a todo el mundo porque es imposible. El punto de inflexión fue el año pasado cuando Jackie se rompió el brazo derecho. Imagínate con lo que se puso. El miedo que pasamos, porque al final nosotros somos como la cara visible y vimos que no pasó nada. O sea que al final las pacientes asumieron que venían a un equipo. O sea, la marca ya es más grande que nosotros, entonces eso es una tranquilidad increíble.
Jackie: Y mira, hay una cosa muy importante que yo creo que es clave. Tú aquí no vas a ver ningún diploma, no vas a ver ni títulos, ni premios colgados por las paredes. Ya no somos los padres, el médico ya no es el el que decide por la paciente, están muy informadas, las familias que vienen buscando un tipo de atención determinada, un tipo de información, un tipo de parto, escuchamos a esa persona, a esa familia y le intentamos hacer su parto a medida. Y esto es clave. Es decir, desde el momento que te pueden contactar a cualquier hora del día o de la noche para una duda, para una urgencia, tienen nuestro teléfono, que eso es muy exigente a nivel físico, a nivel emocional, a nivel de equipo, a nivel organizativo.
Pero, ¿eso no es demasiada demanda? No me puedo imaginar a padres y madres embarazados o con bebés con el número de su médico en la mano.
Jackie: Hay consultas a lo mejor que te pueden hacer por WhatsApp durante el día. La mayoría son cosas que no son graves, pero eso forma parte de que se sienten cuidadas y que alguien detrás del teléfono que no es una secretaria y no te devuelve el recado hasta tres días más tarde. Al final siempre decimos que el parto es el mismo que hace 2000 años. Lo que pasa es que hemos hecho que ese tránsito sea mucho más amable, más tranquilo, sin miedos, en fin, yo siempre digo que el parto empieza en la semana cinco porque es todo lo que conlleva el embarazo, hasta el punto de que tenemos nuestro propio equipo, tenemos hasta anestesistas porque queremos que todo el mundo hable nuestro idioma, trabaje con nuestra cultura.
Hablabas ahora de que las pacientes vienen muy informadas...
Jackie: Es verdad que la gente está leída y te digo generalmente más o menos bien informada, y luego hay que explicarle que las salvedades del proceso te van orientando hacia un lado. Pero se puede tener un parto natural, fisiológico y decir: pues quiero intentar para ir sin epidural, aunque tengo que estar abierta a que si me duele y no tolero ese esfuerzo, ese dolor... Buscamos que comprendan lo que luego pueda suceder algo que no esperaban, pero al final es un proceso obstétrico, es relativamente imprevisible, a veces hay que correr y muchas veces hay que dejar que las cosas ocurran sin tocar. Estos son todas variantes de un proceso normal, natural, pero que aquí encuentran ese sitio donde podemos escuchar y podemos intentar hacerles un traje a medida.
Aplicamos la medicina humanizada en la que creemos
¿Qué pide la gente? ¿Cosas raras?
Abi: No se pide nada. O sea, la gente quiere un parto normal. Lo que pasa es que efectivamente, imagínate cuando antes el parto era que te pusieran una epidural en la que tú no te podías mover de la cama, te quedabas boca arriba. Todo el proceso de dilatación 12 y 14 las horas que duraran el parto, abriendo las piernas, una persona empujando por arriba, otra por el lado... hubo hospitales donde la atención era tan medicalizada, la paciente no tenía ni voz ni voto y surgió una corriente totalmente contraria. Ahora la paciente está entre los extremos. La mayoría, en un punto medio, es decir, buscan sentirse respetadas, escuchadas. Imagínate una chorrada, pues en el momento del parto intentamos estar nosotros con el neonatólogo, bajar la luz, poner un poco de música. Eso que no cuesta nada, que es algo tan fácil, a la mujer le produce un nivel de de confort y de cuidado, un ambiente como mucho más íntimo que con el foco en la cara. Entonces, eso que es algo muy banal pero que para la paciente es importante. Al principio éramos como un poco los hippies de los hospitales.
Jackie: He trabajado en hospitales públicos y ahora me avergüenzo un poco de lo que yo he vivido y de lo que he formado parte, porque la gente está saturada de trabajo, está muy mal reconocida económicamente, profesionalmente dentro de su estructura laboral y al final te das cuenta que lo que hacen los experiencia son las personas. Quizá yo creo que lo más importante se ha olvidado, se han quedado en esa foto en Instagram de los cuatro y el bebé en la que nos tildaban de los cursis influencers, no era la expresión de una relación de cariño, sino de que en ese momento estaban felices y nos decían queremos una foto. Y nos empezaron a pedir esa imagen porque querían sentirse parte de ese show, de ese de ese momento especial junto a nosotros.
Ahí empezó el fenómeno de las redes sociales... algo muy ajeno a vuestra profesión
Abi: También nos han ayudado pero lo que ha funcionado de verdad es la recomendación entre amigas, el boca a boca. Lo que ves es lo que hay. No hay una pose, no ponemos filtros cuando seguimos despeinados y con ojeras a las 05:00. Es la realidad y es lo que la gente también tiene que ver, que también sufrimos, que nos cansamos y se ve el esfuerzo. Es verdad que cuando nosotros empezamos a usar las redes Instagram no se usaba como un instrumento profesional. Nosotros empezamos a contar el día a día de esta profesión de una manera en que la mujer en el otro lado lo entendía perfectamente. Creo que quitar esa distancia médico-paciente y acercarlo tanto hizo que esa naturalidad nos ayudara a ir creciendo.
Jackie: Acercar la medicina a la gente con un lenguaje sencillo y que entendieran que lo que hemos hecho hoy es algo que sucede y que no pasa nada porque el bebé de repente venga de nalgas o porque haya un parto que sea más lento que otros.
Ese efecto de altavoz os ha dado mucha visibilidad y ahora tenéis una serie de clientes con nombre propio...
Jackie: Ten en cuenta que también que el 95% de nuestros pacientes anónimos que les cuidamos exactamente igual. Nosotros no hacemos ningún tipo de colaboración. Es decir, la paciente influencer o famosa viene como una más, la foto que ellas cuelgan es fruto de ese agradecimiento que siente, es espontánea. Y sí que es verdad que estamos más expuestos, pero es que seguimos haciendo las cosas como al principio. Es decir, no hemos hecho una cesárea por miedo a qué pasa con el parto en el paciente, Marta (Pombo) con un parto gemelar no nos intimida, no nos impresiona que es una paciente conocida y asumimos ese exceso de relevancia por si pasa cualquier cosa, pero hacemos lo mismo por de que es una medicina muy honesta y muy enfocada en el paciente lo que quieres durante el embarazo, que tú esté bien, tu bebé esté bien y nazca bien y nazca un entorno de seguridad, de tranquilidad y de confianza. Más allá de eso, no estamos alineados con nada, es decir, no estamos posicionados a nivel político, religioso, no somos profesionales que hacemos un trabajo que consiste en cuidar, acompañar y dar seguridad.
Abi: El que vengan pacientes famosas no vienen porque es un reclamo por otras famosas, vienen porque la calidad del trabajo es la que es y no puedes vivir de las fotos de la famosa.
"Esto se ha construido tras mucho trabajo, los primeros años fueron muy duros, no podíamos salir de Madrid"
¿Cuántas pacientes atendéis al año?
Jackie: Consultas a mujeres. Más de 10.000 consultas.
Abi: Partos, uno al día. Esto se ha construido tras mucho trabajo, los primeros años fueron muy duros, no podíamos salir de Madrid. A nosotros nos hemos quedado vacaciones en Navidades porque a lo mejor oye, pues tienes cinco partos al mes, pero tú no sabes. Y no quieres fallar en esa fecha.
¿Qué tanto por ciento de vuestros pacientes que tienen los hijos luego siguen en las otras áreas?
Jackie: En el área de pediatría diría el 70- 80%, porque al final es que están en casa.
Abi: Ten en cuenta que hemos salido de un sistema en el que muy matriarcal o muy de familiar, en el que una vez que se tenía a un hijo, pues estaba la madre, la abuela, la tía a que de repente que estás en una ciudad más solo y bueno, pues nosotros intentamos hacer ese sostén, pero lo que intentamos aquí es hacemos grupos de posparto que siempre damos una charla de algo que les puede interesar, pero lo que hacemos es construir una tribu entre ellas. De hecho, en algunos encuentros de mujeres, no dejamos pasar a los papás ahí porque es un espacio de desahogo también para ellas. Algo muy necesario, forma parte de la medicina humanizada en la que creemos.
En el barrio de Valdemarín hace siete años, una pareja de matrona y ginecólogo, crearon un despacho desde el que pretendían cambiar el mundo de la obstetricia. Después de años trabajando en hospitales públicos y privados, ellos tuvieron sus hijos y vivieron en sus propias carnes lo despersonalizado que estaba ese dulce momento en el que alguien se queda embarazado hasta que el niño nace. En 120 cuadrados de piso, en la segunda altura de un centro comercial montaron su proyecto, al principio nadie entraba, quién iba a confiar en dos desconocidos en ese pequeño despacho con un cartel que rezaba Bmum en la pared exterior, para ese importante momento de sus vidas, pero los clientes empezaron a hacerlo y poco a poco el boca oreja hizo su efecto. En aquel momento eran Abigail Núñez, una matrona nacida en Ciudad Real, y Jackie Calleja, un ginecólogo de Madrid.