Mónica Cruz pide ayuda a Iker Jiménez por una presencia extraña en su casa: "Sabía que había alguien"

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La noche de ayer en el programa 'Late Xou' de Marc Giró prometía mucha costura, risas y algún que otro desliz con la aguja, pero lo que nadie esperaba era que Mónica Cruz terminara hablando de un visitante muy especial en su casa: el fantasma de su abuela Modesta.

La actriz, que actualmente es concursante en la primera edición celebrity de 'Maestros de la Costura', visitó el late night junto a Raquel Sánchez Silva y María Escoté para hablar del programa, de su experiencia con la aguja y de cómo ha tenido que ponerse las pilas con la costura en un tiempo récord. Si bien, entre anécdota y anécdota, el mejor momento llegó cuando la actriz terminó confesando una historia que bien podría ser digna de un especial de 'Cuarto Milenio'.

Según relató la hermana de Penélope Cruz, en su casa notaba una presencia que no lograba explicar: una sensación de que alguien la observaba fijamente, un ambiente extraño que la hizo sentirse inquieta. Ante esta situación, como no hay nada como recurrir a los expertos, contactó con Iker Jiménez y Carmen Porter, quienes, además de ser referentes en el mundo de lo paranormal, resultan tener una conexión más terrenal con Cruz. En concreto, sus hijos estudian en el mismo colegio.

El mediático médium, Aldo Linares, fue el encargado de poner luz al misterio. De este modo, la respuesta sorprendió a la intérprete: la presencia en su hogar no era otra que la de su abuela Modesta, quien, lejos de querer asustarla, le enviaba mensajes llenos de amor y apoyo. Según Linares, la abuela le transmitió frases como “las mujeres se tienen que ayudar” y que ella estaba allí para acompañarla en la crianza de su hija.

El presentador del programa, Marc Giró, con su humor habitual, no dejó escapar la oportunidad de bromear sobre la posibilidad de que la abuela de Mónica Cruz hiciera visitas esporádicas a la casa de Luis Tosar, vecino de la actriz. Es así como, entre risas y con un guiño al más allá, Cruz demostró que, además de aprender a coser a toda velocidad, también sabe enfrentarse con naturalidad a los misterios que se cuelan en su vida.