Marianne Sandberg, mujer de Joaquín Prat padre, 30 años después de su muerte: "Se murió lleno de energía y de proyectos"

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Treinta años después de su fallecimiento, el recuerdo de Joaquín Prat Carreras sigue más vivo que nunca. El querido presentador valenciano, una de las voces más reconocibles y queridas de la radio y la televisión española, ha sido nombrado Hijo Predilecto de Valencia a título póstumo, un reconocimiento que su familia recibió con emoción y orgullo en un acto celebrado en el Ayuntamiento de la ciudad. Su viuda, Marianne Sandberg, fue la encargada de recoger el galardón de manos de la alcaldesa María José Catalá, acompañada por sus hijos, entre ellos los también comunicadores Joaquín y Alejandra Prat.

“Han pasado 30 años desde que murió, pero sigue muy vivo en nuestros corazones”, dijo una emocionada Alejandra Prat durante su intervención, en la que destacó el amor eterno de su familia por su padre y el vínculo especial que siempre mantuvo con su tierra natal. Su hermana Andrea Prat también quiso rendir homenaje a su memoria: “Hoy, tu mujer Marianne, emocionada y orgullosa, ha recogido ese reconocimiento tan merecido en tu nombre. Valencia te vio nacer, crecer y brillar, y hoy te devuelve un pedacito de todo lo que tú le diste. Eres y serás siempre parte de su historia”.

El homenaje no terminó ahí. Un día después, la familia se reunió en el plató de El tiempo justo, programa presentado por Joaquín Prat hijo, para recordar la figura de su padre en un emotivo especial que repasó su trayectoria profesional y personal. Allí, entre imágenes históricas y anécdotas, los Prat compartieron recuerdos entrañables del hombre que marcó una época en los medios de comunicación.

“Era un privilegiado al fin y al cabo, porque tenía el trabajo más bonito del mundo”, confesó Joaquín Prat hijo, visiblemente emocionado, aunque no sin humor al recordar el carácter de su padre: “Tenía un poco de mala leche por las mañanas”, bromeó. También reflexionó sobre su infancia: “Alguna vez me han preguntado si soy pijo. Si tener una infancia donde no me ha faltado de nada, fundamentalmente cariño, sí lo soy”.

Por su parte, Marianne Sandberg, viuda del presentador, compartió palabras llenas de ternura y sinceridad: “Después de 30 años no fui con la misma ilusión que si fuese el primer día, pero fue tan bonito, tan emotivo... El orgullo más grande de mi vida”. La danesa, que siempre ha mantenido un perfil discreto, habló también del amor y la vitalidad que marcaron los últimos días de su marido: “Seguro que se murió con algo pendiente, demasiado joven, se murió lleno de energía y de proyectos. Todavía estaba consciente y decía muchas cosas. Que me quería mucho”.

Entre lágrimas, Sandberg reconoció que aquel reconocimiento le permitió cerrar un ciclo: “Ayer les perdoné. Ya lo he perdonado todo”. Recordó también cómo a su marido le encantaba ser reconocido por su característica voz: “Lo que más le gustaba era cuando le decían que le habían conocido por la voz”. El homenaje fue, en definitiva, una celebración de vida más que un acto de despedida. Como recordó Alejandra Prat, “me dijo la alcaldesa que la cremà no se ha vuelto a retransmitir igual que con las palabras de Joaquín Prat”. Aquella voz, que narró con emoción y cercanía las Fallas de Valencia y tantos otros momentos de la historia reciente de España, sigue resonando en la memoria colectiva del país.