La separación económica del primo del Rey, Bruno Gómez-Acebo, y Bárbara Cano: solo una casa en común

"Sus Majestades los Reyes acompañados por Su Alteza Real el Príncipe de Asturias, así como por los Duques de Lugo y los Duques de Palma de Mallorca, acudieron ayer al enlace de un hijo de Su Alteza Real la Infanta Doña Pilar, Bruno Gómez-Acebo, quien contrajo nupcias con Bárbara Cano en el Real Monasterio de la Encarnación de Madrid, en una ceremonia oficiada por el padre Jesús Higuera Esteban. Como marca la tradición, la novia llegó con los minutos justos de retraso y lo hizo del brazo de su padre, tras descender de un impresionante Rolls Royce de los años veinte. Minutos antes, Gómez-Acebo llegó con su madre y madrina, Doña Pilar, quien lució un vestido largo en azul fuerte con mantilla negra y un original bolso de plumas".

Así comenzaba la protocolaria nota de prensa difundida aquel 5 de octubre de 2002. Se casaba Bruno Gómez-Acebo, sobrino del rey Juan Carlos, con una bella joven procedente de la aristocracia empresarial y toda la familia estuvo presente para apoyarles. Los hijos de la infanta Pilar mantenían entonces una relación entrañable con sus primas las infantas Elena y Cristina y el príncipe Felipe. La imagen era la de una familia robusta. Hoy, 23 años después de aquel sábado de otoño, la revista 'Hola' ha confirmado la separación definitiva del matrimonio. Es el último vestigio de aquella foto histórica, arrasada por el vendaval de la vida.

A lo largo de este tiempo, el primo del rey Felipe y su esposa han proyectado siempre una imagen impecable, con tres hijos y un proyecto común que no incluía la exposición mediática salvo por cuestiones familiares. Cano puso en marcha con su familia en este tiempo la Fundación Atiende, dedicada a "fomentar acciones para la mejora de la inclusión social de niños y niñas con trastornos del espectro autista". Hoy, tras haber ayudado a cientos de familias desde su puesta de marcha en 2013, esa institución se ha diluido en la Fundación Querer y Bárbara Cano ha emprendido otros proyectos laborales en el ámbito del paisajismo.

La separación familiar ha sido dolorosa, como ella misma reconoce en la revista, pero el tiempo transcurrido —un año— ayuda a ver las cosas con otra perspectiva. Al margen del desgaste emocional que supone el final de una vida en común y el hecho de que haya menores de edad implicados, queda el consuelo de que la ruptura estrictamente económica ha sido sencilla. El matrimonio solo compartía una propiedad en Madrid, en la mejor zona del barrio de Aravaca, que ha sido y seguirá siendo el hogar familiar.

Se trata de una casa que compraron con mucha ilusión hace menos de cinco años, en 2020. Cuenta con más de 350 metros cuadrados construidos en una parcela de más de 1.000. Con piscina y cinco habitaciones, la casa fue el sueño compartido de toda la familia, decorado con esmero y gusto. Según el portal inmobiliario Idealista, su valor actual oscila entre 1.437.000 y 2.402.000 euros.

Lo cierto es que Bruno Gómez-Acebo está instalado en Miami, donde es vicepresidente de Boreal Capital Management, una firma especializada en la gestión de patrimonios. Su trayectoria en España estuvo vinculada siempre al sector inmobiliario y al comercio internacional, ámbitos en los que ha desarrollado una carrera sólida. También ha administrado junto a sus hermanos la herencia que dejó su madre la infanta Pilar al fallecer, gestionada a través de la sociedad San Jacobo SL.

Dos décadas después de aquella boda que reunió a toda la familia real, la vida de Bruno Gómez-Acebo y Bárbara Cano ha tomado rumbos distintos. Sin estridencias, ambos han optado por la discreción y por preservar la estabilidad de sus hijos. Un final sereno para una historia que comenzó bajo los focos de la realeza y que hoy encuentra su capítulo más humano.