Los Gómez-Acebo reparten dividendos con la venta de la casa de la infanta Pilar
Los hijos de los duques de Badajoz gestionan su herencia patrimonial a través de la sociedad San Jacobo SL, que acaba de actualizar su balance de cuentas
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fe01%2Fc2b%2F931%2Fe01c2b9318422f6eb66db6f6a946062a.jpg)
El encendido de las luces navideñas que se produjo la semana pasada en casi toda España marca el comienzo de una temporada con sensaciones agridulces para muchos. La alegría de los niños y el jolgorio consumista no siempre combinan con el dolor de comprobar la ausencia de los seres queridos. La familia Gómez-Acebo Borbón estos días tiene que enfrentarse a esa situación. Simoneta, Beltrán y Bruno Gómez-Acebo han dicho adiós en los últimos meses a sus hermanos Fernando (en marzo) y Juan (en agosto). Estas pérdidas se suman a la de su madre en 2020, un suceso mejor encajado en las leyes naturales que la desaparición de los hermanos cuando ninguno había llegado a los 55 años.
Cuando falleció la infanta Pilar, los hermanos Gómez-Acebo Borbón encontraron consuelo en el cariño que recibieron por parte de la gente. Doña Pilar, una mujer dura de puertas para afuera, pero protectora y muy generosa con los suyos, era muy querida por quienes la conocían. Como en cualquier familia, los hijos se tomaron un tiempo en poner en orden el caudal hereditario, hacer lotes equitativos y acordar los detalles del reparto de un patrimonio que incluía algunas propiedades inmobiliarias en Madrid y Mallorca, inversiones, joyas y mobiliario histórico. Lo hicieron en privado y con algunos de sus efectos personales llevaron a cabo acciones solidarias.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F5d3%2F858%2F0ac%2F5d38580acb405d955db7037121c99e94.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F5d3%2F858%2F0ac%2F5d38580acb405d955db7037121c99e94.jpg)
Una de las primeras cosas en las que se pusieron de acuerdo Simoneta, Beltrán, Bruno, Fernando y Juan Gómez-Acebo fue en poner a la venta los bienes inmuebles, para evitar costes añadidos de mantenimiento. Las casas se gestionaban principalmente a través de la sociedad patrimonial de la familia, San Jacobo SL, creada por Luis Gómez-Acebo en los años 60 y cuyo objeto es "la compraventa y alquiler de inmuebles y terrenos por cuenta propia y la administración, gestión y desarrollo del propio patrimonio".
El patrimonio de San Jacobo estaba formado por varias propiedades adquiridas a lo largo de los años y encabezadas por el domicilio familiar de la infanta en Puerta de Hierro. También contaban con un piso de más de 300 metros cuadrados en la calle Velázquez de Madrid, en plena milla de oro, que estaba destinado a usos profesionales; dos propiedades en Calviá, dentro de la urbanización Sol de Mallorca, o un pequeño piso en la calle Mayor de Madrid.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F90b%2F98d%2Ff9d%2F90b98df9d3dbb5c89c5eea1698531abb.jpg)
Los hermanos fueron liquidando poco a poco todas las propiedades. La última, la mansión familiar de doña Pilar en Puerta de Hierro, que como contamos en exclusiva en estas páginas fue vendida en enero de este año. Los hermanos movieron la venta de esta casa en el ámbito de la confidencialidad, y al final fueron el empresario Ricardo Fuster y su mujer, Mónica Sánchez-Navarro, quienes compraron la casa. Ahora, esa venta y lo que los hermanos hicieron con el dinero recibido se refleja en el balance de cuentas de San Jacobo SL, que acaban de presentar al Registro Mercantil.
Aunque el balance corresponde al ejercicio 2023, los primos del rey Felipe anotan la venta de esta finca: "El 12 de enero de 2024 se produce la transmisión del inmueble propiedad de la sociedad [...]. Tras ello, el 22 de abril de 2024 se acuerda, mediante Junta General Extraordinaria, el reparto de dividendos entre los partícipes de la empresa por importe total de 1.851.851,51 euros", explican en el informe. Aunque la casa se vendió por cerca de tres millones de euros, la familia ha tenido que hacer frente a diferentes gastos e impuestos, como el de plusvalía, por lo que el beneficio finalmente ha sido algo menor.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fc12%2Fb91%2F96d%2Fc12b9196d077398031589771d50a3441.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fc12%2Fb91%2F96d%2Fc12b9196d077398031589771d50a3441.jpg)
Luis Gómez-Acebo y su mujer, Pilar de Borbón, compraron en 1967 una parcela en la conocida urbanización Puerta de Hierro. No muy lejos, en la calle Guisando, se levantó posteriormente Villa Giralda, la histórica residencia donde vivieron hasta su muerte los padres de la infanta, los condes de Barcelona, tras instalarse definitivamente en Madrid después de regresar de Estoril. Isabel Preysler o los Villar Mir son otros de los famosos vecinos que han hecho de Puerta de Hierro un lugar casi mítico, siempre sinónimo de salud financiera.
El matrimonio construyó en esa parcela de 2.400 metros cuadrados una casa de tres plantas que gozaba de todas las comodidades. Algo más de 600 metros edificados en los que instalaron las habitaciones de su numerosa familia, pero también dejaron un generoso espacio para el jardín. La casa fue el hogar de referencia para todos ellos y no fue fácil venderla. Durante un tiempo se especuló incluso con que la habían ofrecido al rey Juan Carlos para que tuviera una sede cuando viajara a Madrid. Finalmente nada de eso ocurrió y hoy la vida sigue. A pesar de todo.
El encendido de las luces navideñas que se produjo la semana pasada en casi toda España marca el comienzo de una temporada con sensaciones agridulces para muchos. La alegría de los niños y el jolgorio consumista no siempre combinan con el dolor de comprobar la ausencia de los seres queridos. La familia Gómez-Acebo Borbón estos días tiene que enfrentarse a esa situación. Simoneta, Beltrán y Bruno Gómez-Acebo han dicho adiós en los últimos meses a sus hermanos Fernando (en marzo) y Juan (en agosto). Estas pérdidas se suman a la de su madre en 2020, un suceso mejor encajado en las leyes naturales que la desaparición de los hermanos cuando ninguno había llegado a los 55 años.