Kate Moss recupera su trono

Glamurosa, creadora de tendencias, moderna… Muchas chicas quieren ser como Kate Moss, una de las modelos más punteras y polémicas de los últimos años. Sin embargo, a la top le ha costado casi tres años volver a encauzar su vida. La problemática modelo, que hundió su carrera por su problema con las drogas, vuelve a brillar tanto en el terreno personal como en el profesional. Ha encontrado un nuevo novio; le llueven las ofertas de trabajo y ha recuperado el trono de mujer más elegante del mundo. Y todo gracias a su belleza y su personal estilo, que le hacen ganar adeptos día a día.

Tras varios años en el lado oscuro, la modelo británica ha vuelto a ser elegida la mujer mejor vestida del mundo por la revista Glamour. De esta manera, la modelo recupera el puesto que el año pasado le robó Kylie Minogue. Según el jefe editorial de la publicación, “su perfil disidente de la moda constituye una verdadera fuente de inspiración”. Le sigue de cerca Sienna Miller, una mujer de gustos y amigos parecidos a Moss a la que la top ha acusado en alguna que otra ocasión de plagio personal.

Kate Moss es una institución en Gran Bretaña. No sólo tiene sus propias marcas, lanzadas en colaboración con otras empresas, sino que es imagen de numerosos productos con los que las jóvenes de todo el mundo la identifican. Además, ha sabido reinventarse y marcar tendencias durante una década. Por ejemplo, un día se le ocurrió llevar unas botas de goma en un festival de música y por arte de magia fueron incluidas en las colecciones de prestigiosos diseñadores para la siguiente temporada.

Cambios radicales

Pero en la vida de Kate Moss hay un antes y un después. En 2005, la modelo fue fotografiada mientras consumía cocaína en una fiesta junto a su novio de entonces, Pete Doherty. La presión social y el miedo a verse en el paro la obligaron a emigrar a Estados Unidos para curarse de todas las adiciones. Las principales marcas de ropa de las que era imagen le dieron la espalda. Rompió sus contratos con H&M, Burberry, Chanel y H. Stern.

El morbo generado en torno a su persona fue un filón para algunas marcas que la ficharon por cantidades astronómicas. Su regreso fue de la mano de Roberto Cavalli, con quien trabajó en España. En pocos meses se hizo de oro. Sólo había una nota discordante a eliminar de su vida: Pete Doherty. La modelo regresó a los brazos de su antiguo compañero, un adicto confeso a todo tipo de drogas. Pese a los esfuerzos, la modelo no consiguió sacarle del pozo, por lo que al final, y a pesar de su dependencia emocional, Moss le puso las maletas en la puerta de su casa. El plan funcionó y se buscó otro novio con el que, según los tabloides británicos, está a punto de casarse.

En el plano profesional las cosas le van todavía mejor. No sólo ha rehabilitado su imagen pública, sino que se ha hecho un hueco en el mundo del diseño. Muchas jovencitas adoran parecerse a Kate Moss y eso es posible gracias a TopShop. Ya ha sacado varias colecciones de ropa junto a esta marca que han funcionado muy bien en las tiendas. Pese a que no sabe coger una aguja, sus tops y vestidos se venden como churros, lo que a ella le ha permitido ampliar los ceros de su cuenta corriente. Además, ha creado varios perfumes con su nombre, uno de los negocios más rentables de mundo de la moda del que muchos famosos sacan suculentos beneficios. ¿Hasta cuándo le durará ser la chica buena de Gran Bretaña?