Es noticia
Menú
Marta Valverde: "Trabajaría en lo que fuera por mi hijo"
  1. Noticias
NOTICIAS

Marta Valverde: "Trabajaría en lo que fuera por mi hijo"

Marta Valverde está viviendo uno de los mejores momentos profesionales de su vida. Interpreta a Auguste Van Pels en el musical El diario de Ana Frank

Foto: Marta Valverde: "Trabajaría en lo que fuera por mi hijo"
Marta Valverde: "Trabajaría en lo que fuera por mi hijo"

Marta Valverde está viviendo uno de los mejores momentos profesionales de su vida. Interpreta a Auguste Van Pels en el musical El diario de Ana Frank Frank, un canto a la vida; el papel con el que siempre soñó. Su personaje, como otros que ha incorporado a su trayectoria, es una mujer destrozada que lucha contra las adversidades “como tantas otras, como yo, que he tenido que sacarme solita las castañas del fuego”, cuenta.

La actriz es madre de Blas, un pequeño actor de diez años, artista como las generaciones que le preceden. Es Chip en La Bella y la Bestia, donde trabaja con su abuelo Lorenzo Valverde, y “el hombre de mi casa”, confiesa. Marta, que se divorció hace ocho años, mantiene una relación cordial con el padre de su pequeño, con quien este pasa algunos fines de semana, y actualmente no tiene pareja: “Así también se está bien”, asegura. Está feliz, pletórica con su trabajo: “Interpreto a un personaje que le gustaría a cualquier actriz: tiene muchos matices y posibilidades. Es un personaje que tiene tanto escenas dramáticas como cómicas, con ataques de histeria, terror, pánico, escenas de amor maternal y de pareja... Ha sido una suerte ser elegida y haber dado con este personaje después de tantos años”.

Sobre las tablas, Marta recrea la vida de una judía que estuvo dos años escondida en la parte trasera de un almacén intentando evitar su muerte a manos de los nazis. No lo consiguió. Fue delatada, junto a la familia de Ana Frank con la que vivió el encierro, y terminó muriendo de tifus en un campo de concentración, pero ella no teme a la muerte ni al paso del tiempo: “El paso de los años, si tienes achaques, si estás enfermo y si tienes mala suerte en la vida, tiene que ser muy duro pero a mi no me da miedo. Yo soy una afortunada. Tengo salud y trabajo. Mi familia también. He enlazado trabajos de éxito...”, asegura, pero sabe de lo dura que es su profesión: “Nosotros vivimos con temor. El artista está vendido siempre. Yo trabajaría en lo que fuera para que a mi hijo no le falte de nada, pero hay que ser valiente y optimista, como lo fue Ana Frank. El buen humor es una tarjeta de seguro de vida, pero tengo mis momentos de reflexión y soy muy seria y dramática. Vivo muy intensamente todo. Soy muy bipolar”.

“Zapatero se está cargando la cultura”

Para su pequeño quiere lo mejor. No es muy buen estudiante. O saca sobresalientes o insuficientes: “Es bipolar, como su madre”, bromea. Y quiere dedicarse a este mundo. Marta ya le ha hablado de lo difícil que es triunfar: “Quiero que Blas sea feliz, pero que sea consciente de lo difícil que es esto. Hay que tener una pasión muy grande para sobrepasar los baches de esta profesión. Él lo hace por divertirse, igual que yo, que llevo 32 años interpretando. Ahora quiere hacer Billy Elliot y se está preparando el papel. Se le da muy bien. En verano dejará La Bella y la Bestia porque quiere dedicar más tiempo a piano”.

A la dificultad de resaltar en este mundo de artistas se le une el hecho de que el teatro está perdiendo público: “Se está notando que la crisis ha llegado al bolsillo del ciudadano, sobre todo al de los obreros como yo, aunque Zapatero diga que no es así. La gente ya no va al teatro ni al cine... Se están cargando la cultura de una manera voraz. Zapatero es el que se puede llevar los éxitos y los palos. En este caso no nos está ayudando nada”. Marta se siente una mujer muy afortunada: “Es increíble que te paguen por lo que más te gusta hacer en el mundo. Soy una tocada por la varita de Dios”, dice, pero no le gusta que jueguen con su dinero. Está indignada por no recibir ‘los 400 euros de Zapatero’: “¿Y los autónomos que? ¿No trabajamos igual? Es una tomadura de pelo brutal. Nosotros contribuimos igual. Yo tengo que sacar mi casa adelante sola. Es indignante”.

El susto más grande de su carrera

Marta Valverde tiene la gran suerte de no parar de trabajar. Además de su capacidad artística, vive de su físico y el pasado octubre tuvo un susto que a punto podía haber estado de retirarla un tiempo de los escenarios. Fue durante la gira de Sexo en Nueva York, que compaginó con los ensayos de Ana Frank: sufrió un accidente y tuvieron que operarle los tendones de dos dedos de su mano derecha. “Lo pasé francamente mal. Mis compañeros me vieron derramar lágrimas de sangre. He perdido mucha movilidad pero ahora ya me estoy recuperando. Volví a conducir hace tres meses y ya estoy empezando a tocar de nuevo la guitarra, el piano y el acordeón”.

Así como es muy fuerte, es muy llorona: “Lloro casi todos los días porque el papel lo requiere. Hay escenas muy dramáticas que hay que hacerlas de verdad. En el estreno lloré de emoción en los aplausos porque me sorprendió muchísimo la reacción del público. Luego uno se acostumbra pero fue como una subida de adrenalina muy grande. Agradecimiento y satisfacción. Sentí como que levitaba incluso”.

La actriz asegura que no tiene manías. Hasta tiene pintado de amarillo su camerino. Lleva más de tres décadas trabajando en lo que realmente le gusta y se conoce muy bien. Cree que “artista se nace: lo amas y lo llevas dentro, y también se hace. Es muy importante la preparación. Yo empecé a estudiar con ocho años ortofonía, dicción, piano, guitarra, acordeón, baile clásico, claqué y no he dejado de aprender desde entonces”.

Tras el telón

Cuenta Marta de su personaje que “Era una mujer muy divertida y exitosa, con mucho don de gentes, muy atractiva y tenía un encanto muy especial. Era muy vivaracha, pizpireta y coqueta. Cuidaba mucho su aspecto físico; su vestuario y su pelo... Le gustaba tejer... Lo he plasmado lo mejor que he podido aunque ella era muy bajita, a diferencia de mí”. Quizá sea la única diferencia, porque Marta también es muy coqueta. Confiesa que es una loca de las cremas y los perfumes, que se ducha entre tres y cuatro veces por día y que, orgánicamente, necesita ir a la costa una vez al año por lo menos. No le gusta ir maquillada por la calle y viste de sport normalmente, con la marca Niño, que es con la que más cómoda se encuentra, aunque cuando alguna ocasión lo requiere, escoge los vestidos de Petro Valverde, Pepe Botella y Cavalli, “pero apuesto más por los diseñadores españoles”, dice.

Cuando el trabajo se lo permite se escapa a Londres con su hijo a ver musicales: “Es lo que más le fascina. Le encanta el cine y las artes, los cuadros...”. Este fin de semana se irá con él a Sitches. Volvería a una isla salvaje como en la que vivió su experiencia televisada pero al estar Blas seguramente acabe visitando Cancún. Además de trabajar en casa y en el teatro, siempre busca tiempo para los amigos: “Son un tesoro que se te presenta y hay que guardarlo con llave de oro”. De la familia dice que son “una piña”. Cuando pueden, abuelo, madre y nieto se ven actuar unos a otros. Su hermana Loreto tampoco para. “Presenta un programa con Andoni Ferreño en la televisión de Castilla La Mancha. Trabaja con José Luis Moreno y hace muchas otras cosas. Es muy feliz con sus niñas”.

Su futuro

Marta ha trabajado con “Berlanga, Mariano Ozores, que me dio oportunidades muy grandes cuando las cosas eran difíciles...Valerio Lazarov, Fernando Navarrete, Óscar López, al que adoro. El director de teatro, Jaime Azpilicueta, que es un maestro, Ángel Montesinos, Daniel García Chávez, que me dio la oportunidad de hacer este papel...” y admira a “Bette Davis. De las españolas, admiro mucho a Lola Herrera y mi ídolo es Lorenzo Valderde, tanto a nivel artístico como personal” En el futuro le gustaría interpretar el papel de Norma Desmond en Sunset Bulevar. “Es un montaje fastuosísimo”, dice. “También me gustaría trabajar en Hair Spray, que está en Broadway. Hacer de la madre de la mala, que hizo Michel Pfeiffer en la película, porque me gustan los papeles de mala con parte cómica, las traviesas”. Marta sabe que hoy tiene trabajo y que mañana, si el público ‘lo quiere’, puede estar en la calle, pero no tiene quejas. Sabe que es una de las más afortunadas en un mundo tan intrincado. “Interpreto un canto a la vida, una manera de aprender a mirarnos y ver que hay gente que estuvo y está mucho peor que nosotros”.

Marta Valverde está viviendo uno de los mejores momentos profesionales de su vida. Interpreta a Auguste Van Pels en el musical El diario de Ana Frank Frank, un canto a la vida; el papel con el que siempre soñó. Su personaje, como otros que ha incorporado a su trayectoria, es una mujer destrozada que lucha contra las adversidades “como tantas otras, como yo, que he tenido que sacarme solita las castañas del fuego”, cuenta.