Hugo Chávez le hace la pascua a Luis Alfonso

Desde que conoció a Margarita Vargas, la multimillonaria venezolana, la vida de Luis Alfonso cambió de la noche al día. Y fue en todos los aspectos, tanto en la parte más importante como es la parcela afectiva, como en la económica que, a día de hoy, la tiene resuelta. El duque de Anjou es un hombre que ha sufrido en propia carne los desbarajustes del destino con una infancia y una juventud complicada donde el abandono y la muerte han estado presentes. Se merecía ser feliz y lo es. Encontró en los Vargas ese cariño de familia unida que no existía ni en la rama paterna ni en la materna.

Los enfrentamientos de la abuela Dampierre hacia la madre Carmencita en particular, y a la familia Franco/Martínez-Bordiu/Villaverde en general, han sido continuos. Llegó un momento en que el propio Luis Alfonso pidió a la abuela italiana que cesaran los ataques verbales y televisivos. Su lazo más fuerte lo tiene con la duquesa de Franco con la que vivió desde que murió el duque de Cádiz y de la que heredará a través de su madre como primogénita los títulos de marqués de Villaverde y duque de Franco.

El biznieto de Alfonso XIII está disfrutando de una madurez alegre y generosa. La pareja vive a caballo entre la casa de Caracas y la mansión de los Vargas en Palm Beach. Aunque las aspiraciones futuras pasarían por estancias cada vez más largas en Madrid. Y de ahí la compra de una casa en la calle Españoleto. Se trata de un piso impresionante de cuatrocientos metros cuadrados, totalmente remodelado y supervisado (y decorado) por Carmen Franco bajo las indicaciones telefónicas del Luis y Margarita. Carmen Franco les ha cedido cuadros y enseres personales.

Del chalet de Pozuelo donde Luis Alfonso vivió su infancia con su hermano Fran y su padre también se han rescatado objetos. Esta casa, que ha permanecido alquilada durante muchos años, no está a la venta como se ha dicho. Se hizo una buena reforma, y de ahí que algunos pensaran que el “heredero” del trono de Francia se quisiera deshacer de ella. Pero no es así. Hay demasiados recuerdo y momentos felices vividos entre esas cuatro paredes. Pese a que no tiene grandes lujos, el valor sentimental de esta residencia es innegable.

Ahora, por ejemplo, en su casa nueva está reencontrándose con parte de su pasado a través de las muchas cajas que se precintaron y permanecían cerradas desde que falleció el padre. Libros, fotografías, diarios, cartas, álbumes, agendas y hasta ropa utilizados por el duque de Cádiz que hasta ahora el hijo no había visto.

La decisión de adquirir la vivienda en Madrid tenía el doble objetivo de la inversión inmobiliaria y el afectivo. Quiere pasar el máximo tiempo posible cerca de la duquesa de Franco que, hasta hace relativamente poco, viajaba hasta Miami para estar con ellos. Ahora que a la abuela no le conviene tanto ajetreo es Luis quien quiere permanecer junto a ella. Antes de que naciera Eugenia, el matrimonio prefería vivir en un hotel cercano al domicilio de Hermanos Bécquer. Les resultaba más cómodo. En cambio, con la niña, más los que vengan porque la pareja quiere familia numerosa, es más práctico la casa propia que las ajenas.

Muchas son las razones que han llevado a los Borbón-Vargas a intensificar sus visitas patrias. Entre las no descritas estarían los intereses económicos de la familia en España que ahora Hugo Chávez, con la decisión de nacionalizar el Banco de Venezuela (propiedad del Grupo Santander), habría ocasionado un cambio en la futura estructura empresarial del imperio Vargas. El patriarca tenía intención de adquirir la entidad y, según voces expertas, Luis Alfonso habría sido el encargado de gestionar los contactos con la cúpula del Santander. El duque de Anjou, que actualmente se encarga del área de relaciones externas de Estados Unidos y América del Banco Occidental de Descuento, se ha convertido con el tiempo en la mano derecha de Vargas y si esta venta hubiera llegado a buen puerto, seguramente habría sido elegido para dirigir desde España los intereses del magnate venezolano.

Por el momento, el traslado del joven matrimonio a Madrid está en el aire. Lo que si harán es disfrutar con su hija del buen clima gallego. El matrimonio y su hija se han trasladado a Galicia para pasar unos días con la abuela en el Pazo de Meirás y celebrar la boda de su prima Leticia Giménez-Arnau el próximo 8 de agosto. A continuación, y como hacen todos los años, un crucero por el Mediterráneo en el Allegro, el megabarco familiar de los Vargas. Un viajecito marinero al que seguramente se apuntará también la duquesa de Franco, que quiere pasar el mayor tiempo posible con la biznieta. Carmen Franco es desde siempre el lazo unificador de esta peculiar familia donde cada uno va a su aire. Hace poco, otro nieto ha decidido instalarse en Hermanos Bécquer bajo el manto afectivo de la duquesa de Franco.