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Bruni y Letizia, dos mujeres y un destino
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Bruni y Letizia, dos mujeres y un destino

Tenían que encontrarse. Fuera porque Carla Bruni, tal y como adelantábamos hace unos días en Vanitatis, lo había pedido, o porque así lo ha querido el

Foto: Bruni y Letizia, dos mujeres y un destino
Bruni y Letizia, dos mujeres y un destino

Tenían que encontrarse. Fuera porque Carla Bruni, tal y como adelantábamos hace unos días en Vanitatis, lo había pedido, o porque así lo ha querido el destino de dos países vecinos que no siempre amigos a lo largo de la historia, ellas han tenido que verse cara a cara. Carla y Letizia, y no sus maridos o los suegros de la Princesa de Asturias han sido las protagonistas de la jornada. Más allá de conversaciones políticas. Reconozcámoslo, España deseaba ver a madame Sarkozy y a la otrora periodista bajo los mismos focos.

Con esa tesitura, los invitados estaban citados a las nueve menos veinte de la noche en las instalaciones del Palacio de Oriente en Madrid, entrada por la Plaza de Armas. A las nueve llegaron los Reyes, con puntualidad británica y entrando por la puerta del Príncipe. La llegada del matrimonio Bruni-Sarkozy el momento más esperado para ver los diseños que lucían Letizia y Carla. 

La mujer del Príncipe Felipe con un vestido en gris perla, con cola y acompañada de la tiara helénica que ya ha lucido en numerosas ocasiones. Obra de Lorenzo Caprile, aunque se está convirtiendo en algo habitual, se trata de un modelo que la Princesa ya ha lucido y al que le ha realizado alguna que otra modificación. Bruni, como era de esperar, volvió a captar la mirada de los fotógrafos con un vestido en terciopelo negro con un pronunciado escote en la espalda que llamó la atención de los presentes. (Ver álbum del encuentro)

Entre los invitados, completamente discretos, Zapatero y su mujer, Sonsoles Espinosa. De azul universo, como recientemente bautizó la ex ministra Carmen Calvo a esa tonalidad tan particular. Un solo tirante y un broche que daba un toque de luz al conjunto. De un color similar vestía la esposa del rival político del actual Presidente del Gobierno, el popular Mariano Rajoy.

Aunque antes y después del líder del Partido Popular desfilaron otros nombres de la política y de la cultura. Los ministros Alfredo Pérez Rubalcaba, de Interior, Miguel Ángel Moratinos -de Asuntos Exteriores-, Cristina Garmendia -Ciencia- y la directora de cine y ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde. No podían faltar Esperanza Aguirre, Presidenta de ésta, nuestra comunidad de Madrid y antecesora de Rajoy en el besamanos, y Alberto Ruiz Gallardón, Alcalde de la Villa.

El torero francés Sebastián Castella, el cocinero Juan Mari Arzak estaban entre los invitados a una cena a la que Alicia Koplowitz no asistió, pero sí lo hicieron Curro Romero y su esposa, Carmen Tello, una figura a la que el Presidente galo había manifestado que quería conocer. Se habló también de que el cineasta Pedro Almodóvar se encontraría entre los invitados, pero la fotografía oficial está aún por ver.

De vestidos, princesas y protagonistas

Tenían que encontrarse. Fuera porque Carla Bruni, tal y como adelantábamos hace unos días en Vanitatis, lo había pedido, o porque así lo ha querido el destino de dos países vecinos que no siempre amigos a lo largo de la historia, ellas han tenido que verse cara a cara. Carla y Letizia, y no sus maridos o los suegros de la Princesa de Asturias han sido las protagonistas de la jornada. Más allá de conversaciones políticas. Reconozcámoslo, España deseaba ver a madame Sarkozy y a la otrora periodista bajo los mismos focos.