La duquesa y Alfonso Díez: viaje de novios a París

Las imágenes de Cayetana Alba en bañador abrazada a su novio en la playa de Zahara de los Atunes sigue dando que hablar. A falta del codiciado bikini de la princesa de Asturias, que debe bañarse con escafandra y de ahí el que ningún paparazzi la haya pillado, la foto del verano es, sin lugar a dudas, la de los amores marineros de la duquesa y su fiel escudero. Unas imágenes que no han molestado ni sorprendido a la dama, y menos al funcionario Díaz, conocedor a estas alturas de cómo funciona el mercado mediático.

Es más, en el caso del novio, él sabía perfectamente el impacto que iba a tener. Si hasta ahora los arrumacos y cariños dedicados a su chica han permanecido en la más estricta intimidad, las manifestaciones públicas de amor incontrolado resultan sorprendentes. Incluso hasta sospechosas. Y por eso se barajan varias hipótesis de trabajo.

Por ejemplo, ¿por qué fueron a esa playa cuando la duquesa nunca la ha pisado? ¿Por qué Cayetana no ha puesto pegas a que la fotografiaran de esa guisa, ni tampoco ha hecho cortes de mangas a los reporteros que la siguieron? ¿Fue Alfonso el que la convenció? Y, en ese caso, ¿para qué y por qué? ¿Pudiera ser que quisiera demostrar al mundo su amor inquebrantable por Cayetana? ¿Y, si realmente está enamorado, no habría sido mejor dejar las efusividades para la piscina de la casa de Marbella? Quizá el novio no quería testigos impertinentes que hubieran evitado el posado playero

Las amistades y conocidos de la duquesa no salen de su asombro ante tanta “naturalidad y espontaneidad”. No les convence la actitud tipo ‘lago azul’ y parece que mucho menos a los hijos, que no esperaban el reportaje gráfico. Los malpensados (¿o estarán en lo cierto?) aseguran que es una nueva estrategia de Alfonso Díez para convertirse en el tercer marido de la dueña del ducado: una proposición de matrimonio que en su día se descartó, pero que ahora vuelve a tomar fuerza.

El funcionario maneja el halago, la adulación y el requiebro con verdadera maestría. Además de bautizarla como “mi porcelana”, le dedica todo tipo de piropos. La cataloga como la más bella del mundo, la más encantadora, las más de todo. Y el caso es que la protagonista se lo cree a pies juntillas.

De Marbella, Cayetana ha volado a Ibiza, donde se encontrará con Alfonso para preparar -seguramente- lo que será su próximo viaje de novios, que tendrá París como marco incomparable. Lo que ocurra después es una incógnita, pero tal y como se desarrolla la historia no hay nada descartable. Cayetana sólo mira por los ojos de Alfonso y éste, por el momento, parece el protagonista del la Copla de Quintero, León y Quiroga, ‘La otra’. ¿Recuerdan el estribillo?

"Yo soy la otraaaaa......, la otra
Y a nada tengo derecho,
Por que no llevo un anillo
Con una fecha por dentro.
No tengo ley que me abone
Ni puerta donde llamar,
Y me alimento a escondías
Con tus besos y tu pan“.