La boda de Felipe González y Mar García Vaquero, cada vez más cerca

Felipe González vuelve a estar de actualidad social, que no política. Esta vez no se trata de nada que tenga que ver con su noviazgo con Mar García Vaquero, sino con el nacimiento de su sexto nieto. Su hija María, de 32 años, ha sido madre de nuevo. El bebe nació el viernes pasado en el hospital Puerta de Hierro, donde el feliz abuelo visitó en varias ocasiones al nuevo miembro de la familia. El bebé es el segundo nieto varón para el ex presidente González.

María, licenciada en Derecho, ha sido durante muchos años la mano derecha de su padre. Trabajaban juntos y le llevaba la agenda. Cuando finalice su baja maternal volverá a retomar su dedicación laboral. El divorcio de sus padres no ha influido para nada en las relaciones filiales, a pesar de que en su momento se dijo lo contrario.

Una vez calmadas las aguas mediáticas, tanto Felipe González como Carmen Romero han continuado con su vida profesional y personal al margen de los que se dijera de ellos. Quizá el que ha tenido que soportar más  los rumores haya sido el ex presidente. Su relación sentimental con Mar García Vaquero se mantiene en la misma línea de siempre, donde la discreción ha sido la tónica general.

A pesar de los agoreros que aseguraban que sería flor de un día, Felipe y Mar forman una pareja estable que comparte gustos, casa, aficiones y viajes. A los dos les gusta Marruecos y hasta que no finalice la construcción de la villa diseñada por el arquitecto español Joaquín Torres, la pareja prefiere Marrakech, donde tienen amigos y familiares propietarios de riads que les convidan algunos fines de semana.

En navidades, en cambio, suelen viajar hasta la República Dominicana, donde Pedro y Begoña Trapote (cuñado y hermana respectivamente) son propietarios de una casa en Punta Cana. En esas playas se fotografió por primera vez a la pareja. Estas navidades surgieron maledicencias que aseguraban que la ruptura estaba al caer porque Mar le había dado un toque en forma de ultimátum. Más o menos, el aviso tenía que ver con un compromiso matrimonial. Una falsedad que sólo pretendía dañar públicamente a la pareja. La realidad es otra muy diferente. Si deciden casarse, que seguramente lo harán, será sin ningún tipo de presión. Los dos están ya divorciados, los hijos de ambos son mayores de edad y mantienen una excelente relación con el novio de mamá y la novia de papá. Una pareja que vive con total normalidad su relación. 

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