Jaime Castellanos sufre un desvanecimiento cuando cazaba con Emilio Botín en Hungría
El empresario vivió la semana pasada un duro trance en el país magiar, al que se había desplazado junto a su concuñado y su sobrina con la intención de ir de caza
El empresario Jaime Castellanos vivió la semana pasada un duro trance en Hungría. El presidente del banco de inversión Lazard sufrió un desvanecimiento en el país magiar, al que se había desplazado junto a su concuñado Emilio Botín y su sobrina Ana Patricia con la intención de practicar una de las grandes aficiones de la familia, la caza, tal y como confirman a Vanitatis fuentes de toda solvencia.
En el transcurso de una de las jornadas de este viaje de carácter cinegético, Castellanos sufrió un vértigo, cayó al suelo y se propinó un fuerte golpe en la cabeza, lo que hizo saltar todas las alarmas en el grupo con el que compartía actividad. Fue atendido de inmediato y se le trasladó posteriormente a un centro hospitalario. En cuanto fue posible, se organizó todo para adelantar el regreso a España utilizando para este fin el avión privado del presidente del Banco Santander, el mismo que les había transportado hasta allí, según informan las mismas fuentes.
Una vez en Madrid, el también presidente del bróker de seguros Willis en España fue de nuevo internado y sometido a todo tipo de pruebas médicas para descartar cualquier dolencia que hubiera podido provocar el desmayo. Fuentes de su entorno aseguran que todos los exámenes a los que se enfrentó han arrojado resultados positivos y que Castellanos hace ya “vida normal”. Afirman, además, que nunca ha tenido un problema serio de salud y consideran anecdótico lo ocurrido hace unos días.
El grupo de vips había decidido viajar hasta Hungría ya que se trata de un país donde se organizan grandes batidas. Es fácil contratar paquetes de viajes desde España para practicar la caza mayor de ciervos, gamos o corzos en las llanuras húngaras durante tres o cuatro días por unos 3.000 o 4.000 euros. El de la familia Botín-Castellanos era un viaje algo más exclusivo. Se desplazaron hasta allí en el avión privado del banquero, que tiene capacidad para unas 15 personas y un precio aproximado de unos 35 millones de euros.
La afición de la familia Botín a la caza es de sobra conocida. El presidente del Banco Santander posee una finca en Ciudad Real, El Castaño, de 11.000 hectáreas de superficie. Está situada entre los términos municipales de Piedrabuena y Luciana y cuenta incluso con una pista de aterrizaje. Botín practica allí la caza habitualmente, una de sus actividades campestres favoritas junto con la pesca.
Una boda que unió tres grandes linajes
La boda de Jaime Castellanos con Patricia O’Shea emparentó a dos linajes ‘nobles’ de forma directa y a otro más por la tangente, ya que la hermana de Patricia, Paloma, es la esposa de Emilio Botín. El presidente de Lazard siempre ha tenido buena relación con su familia política, especialmente con su sobrina Ana Patricia, consejera delegada de la filialbritánicadelGrupo Santander y miembro del consejo de administración de Coca-Cola, con la que mantiene una estrecha relación. De hecho, los dos han elegido el pueblo cántabro de Carriazo para construirse casa y pasar allí el verano con sus respectivas familias.
Muy cerca de Carriazo, en Suesa, se casó precisamente la hija de Castellanos con el hijo de los marqueses de Campohermoso, en una ceremonia celebrada en 2009 y a la que asistieron 900 invitados, entre ellos el tenista Rafa Nadal. El árbol genealógico que pende de Jaime Castellanos se complicó aún más cuando su otro hijo, Guillermo, se casó en 2011 con Marta dela Rica Entrecanales, sobrina de José Manuel Entrecanales, presidente de Acciona.
El empresario Jaime Castellanos vivió la semana pasada un duro trance en Hungría. El presidente del banco de inversión Lazard sufrió un desvanecimiento en el país magiar, al que se había desplazado junto a su concuñado Emilio Botín y su sobrina Ana Patricia con la intención de practicar una de las grandes aficiones de la familia, la caza, tal y como confirman a Vanitatis fuentes de toda solvencia.