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Fernando Verdasco: "Si Preysler y Vargas Llosa me invitan a la boda, claro que iré"
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HABLA DE SU VIDA CON ANA BOYER

Fernando Verdasco: "Si Preysler y Vargas Llosa me invitan a la boda, claro que iré"

El tenista se ha convertido en imagen de una firma de ropa junto a Rocío Crusset, la hija de Mariló Montero y Carlos Herrera. En su encuentro con los medios se muestra amable y no pone ninguna pega a hablar de su chica, Ana Boyer

Fernando Verdasco es uno de los profesionales que mejor se lleva con la prensa. Como les sucede a otros grandes, como Rafa Nadal, Antonio Banderas o Raphael, no tiene problemas para responder a cuestiones más personales cuando se trata de promociones al margen de su carrera deportiva. El tenista acudió a un acto como imagen de la firma Springfield y lo primero que quiso mostrar fue su tristeza por los actos terroristas en París, donde jugó semanas antes de que sucedieran los asesinatos.

Acaba de celebrar su cumpleaños con toda su familia y, por supuesto, con Ana Boyer, quien le regaló un reloj. Viven juntos, aunque dice que “aún no tenemos la casa montada del todo. Nos faltan muebles, que nos los tienen que enviar". Asegura que lo mejor de este año es estar con Ana y que pondría sus inversiones en manos de su chica para que se las gestionara. Por el momento no tienen previsto casarse ni tener hijos.

Pregunta: ¿Cómo ha vivido los atentados terroristas en Francia?

Respuesta: Primero con estupor, porque al principio no se sabía la magnitud de los atentados. Y después con mucha tristeza, aunque he tenido la suerte de que a amigos y conocidos que tengo en París no les ha pasado nada. Estuve semanas antes jugando y volveré, porque es una ciudad preciosa. Lo que no podemos es dejarnos llevar por el miedo. El mundo está muy loco.

P: ¿Ana Boyer dejó la casa de su madre y están viviendo juntos. ¿Tienen previsto casarse pronto?

R: Todavía no. Vamos poco a poco. En estos momentos es complicado. Yo viajo mucho y Ana tiene horarios muy largos y, por lo tanto, tenemos menos tiempo para estar juntos.

P: ¿Puede ser que se casen Isabel Preysler y Vargas Llosa antes que usted? ¿Irá a la boda?

R: A lo mejor sí. Y si me invitan, iré.

P: ¿Tuvo algo que ver la llegada de Vargas Llosa a la casa familiar para que Ana decidiera abandonarla?

R: No, qué va. Lo habíamos hablado muchas veces en este último año. Además, nosotros habíamos estado varios meses antes de que pasara nada de eso.

P: ¿Se ha planteado tener un hijo?

R: Primero nos casamos y después el hijo… Soy muy tradicional.

P: ¿Y cómo es la convivencia?

R: Estamos muy bien juntos y eso es lo importante. Hacemos una vida muy normal. Es muy fácil vivir con ella. Tiene cero mal humor.

P: ¿Quién cocina?

R: Ana, porque lo hace mucho mejor que yo. De todas formas tampoco nos complicamos la vida. No somos 'MasterChef'. Comemos sano y si queremos algo especial, nos vamos a un restaurante.

P: Si hace balance, ¿qué es lo mejor que le ha sucedido?

R: Estar con Ana, sin dudarlo. Y borraría algún torneo que me ha salido mal.

P: Ana sabe mucho de economía. De hecho, según Isabel Preysler, fue ella la que le montó la empresa de cremas. ¿Dejaría en sus manos sus inversiones?

R: ¡Por qué no! Desde luego sabe mucho más que yo.

P: ¿Qué le parece Vargas Llosa?

R: Lo que todo el mundo sabe. Que es una persona superculta. He coincidido poco con él, pero es un señor encantador. Tampoco lo he tratado tan de cerca como para opinar profundamente.

P: Se cumplió hace poco el aniversario de la muerte de Miguel Boyer. Isabel Preysler ha encontrado de nuevo el amor, pero para Ana debe de seguir siendo duro…

R: El trago amargo es la muerte de su padre y para eso estamos personas cercanas, para darle todo el cariño que necesita y sufra lo menos posible. El tema de su madre es la felicidad de su madre. Ella lo pasa mucho peor por la falta de su padre.

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Fernando Verdasco es uno de los profesionales que mejor se lleva con la prensa. Como les sucede a otros grandes, como Rafa Nadal, Antonio Banderas o Raphael, no tiene problemas para responder a cuestiones más personales cuando se trata de promociones al margen de su carrera deportiva. El tenista acudió a un acto como imagen de la firma Springfield y lo primero que quiso mostrar fue su tristeza por los actos terroristas en París, donde jugó semanas antes de que sucedieran los asesinatos.

Isabel Preysler
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