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América Jove, madre de Alaska: "La infanta y Ana Mato son más listas que nadie"
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acaba de presentar su libro 'de cuba a alaska'

América Jove, madre de Alaska: "La infanta y Ana Mato son más listas que nadie"

América Jove ha querido contar sus experiencias a través de un libro donde muestra una vida muy alejada de los canones habituales

Foto: América y su hija presentando el libro 'Memorias de América'
América y su hija presentando el libro 'Memorias de América'

América Jove, madre de Alaska y suegra de Mario Vaquerizo, ha querido contar sus experiencias a través de su libro 'Memorias de América: de Cuba a Alaska' (Ed. Martínez Roca), donde narra sus intensos 84 años de vida. Desde su salida de Cuba, su paso por México, Miami, Nueva York y Madrid cuenta su trayectoria de mujer independiente y positiva en unos tiempos en los que ser diferente y libre no era fácil. Adora a su yerno Mario, del que dice: “Parece más hijo mío que Olvido porque es igual que yo”. Le gusta viajar, trasnochar si se tercia, echar las cartas, viajar y tiene amigos hasta en el infierno. Para ella no hay día malo sino mañana torcida. Ha formado parte de las cabalgatas del Día del Orgullo Gay y su uniforme, con más de ocho décadas de vida, sigue siendo el estampado de pantera

P: Tu libro se llama 'Memorias de América: de Cuba a Alaska' y narras tu vida, que ha sido muy intensa. ¿Sientes nostalgia?

R: En absoluto. Nunca he tenido nostalgia de nada. Es lo que me tocó y lo he vivido lo mejor que he podido, he sabido o me han dejado.

P: Has recorrido medio mundo, has hecho cosas que no eran habituales en aquellos años como ser tan independiente...

R: En Cuba sí se podía porque en los años cuarenta era un país muy adelantado. La primera televisión que tuvieron los americanos se presentó primero en Cuba. Eramos una especie de laboratorio de Estados Unidos. Si funcionaba, lo explotaban en Estados Unidos.

P: Viviste en una sociedad conservadora. Tú eras una niña rica de clase alta...

R: Desde chiquita viví en Cienfuegos y allí era una sociedad muy clasista y muy cerrada. Tenías que ser de buena familia para poder entrar en el Liceo o en el Yacht Club. Aunque tuvieras dinero, si no eras de apellidos, no te dejaban entrar. A La Habana me fui con 19 años y era diferente. Mucho más abierto. En cuanto lo viví dije: "Aquí estoy yo" y a disfrutar de la vida. No quise volver a Cienfuegos

P: A los 16 años tuviste tu primera experiencia sexual. Tampoco era muy común...

R: Y lo que pensé porque no tenia ningún conocimiento era que me había quedado embarazada. Luego resultó que no.

P: Cuentas que vivías en hoteles y casas de huéspedes...

R: A mi madre no le gustaba nada la casa. Solo poner adornos. Nunca entró en la cocina. Y yo tampoco he sido ama de casa. No he tenido un plumero en las manos ni sé lo que es planchar. En cambio soy cocinitas y me gusta la costura. Aprendí a cocinar con mi papá, que tenía un restaurante y preparaba platos que se inventaba.

P: A tu padre lo quisiste mucho, pero no fue un buen marido. Al cabo del tiempo descubriste que tenía otra familia...

R: Sí, fue un padre maravilloso. Mi madre lo quiso mucho y cuando se acabó el amor lo quiso como persona, como amigo. Se llevaron muy bien. En mi casa nunca vi un pleito entre ellos ni una palabra más alta que otra. Yo me enteré que estaban separados diez años después de que tomaran la decisión. Mi mamá nació rica, se adaptaba y lo que le gustaba era jugar al póker. Lo mismo que me sucedió a mí con el padre de Olvido, que aunque nos separamos, nunca se vivieron en casa situaciones desagradables.

P: Naciste en Cuba, viviste en Cienfuegos y en La Habana. Luego en México, otra vez en Cuba, en España, en Estados Unidos. ¿Nunca te has sentido desubicada?

R: No, porque soy feliz en todas partes. Nunca he tenido arraigo a las cosas y por lo tanto no me costaba cerrar una puerta y abrir otra. A mi me importan las personas y esas siempre las tienes en tu corazón. Fui muy feliz en México. Después cuando llegué a Madrid no me gustaba y ahora que llevo 45 años no me muevo de aquí.

P: Fuiste seguidora de Castro en los primeros años de la revolución.

R: Luego me di cuenta de lo horrible que fue la revolución. Nos llevó a todos a la miseria. Íbamos a ser iguales y fuimos todos iguales de pordioseros.
He visto casas sin puertas porque las utilizaban para escapar por el mar. Los cubanos han pasado mucho.

P: Eres una superviviente de lujo que ha vivido a salto de mata.

R: Así ha sido, pero siempre he comido caliente y nunca me he ido de ningún piso sin pagar. A mí me ha preocupado mi futuro y quizá por eso nunca he tenido una casa en propiedad. Cuando me entraba la duda y veía algo que me gustaba, me decía: ¿y si no la puedo pagar?. Lo que sí me compraba eran joyas y cuando venían mal dadas las vendía o las empeñaba

P: En el libro cuentas que cuando llegaste a Madrid, Olvido lo pasó mal en el colegio. A eso se le llama ahora 'bullying'.

R: Un día llegó muy triste del colegio porque se reían de ella. Estos chicos sabían demasiado y hacían burla. Entonces le dije: "Aquí no estamos para sufrir y mañana mismo nos vamos para México". Al día siguiente vino ya contenta porque hizo amigos y nos quedamos.

América con la pequeña Olvido (Editorial Martínez Roca)P: Tu no fuiste una madre al uso

R: Yo quise que fuera feliz. Y tampoco se encontró con ningún cafre con el que no pudiera lidiar. Olvido fue una niña consentida por mi madre y yo era más dura. Me habría encantado que fuera más como yo, pero ahora eso ya lo tengo con Mario (Vaquerizo), mi yerno.

P: Para los otros padres debías parecer rara. Vestida de leopardo, collares llamativos, pelo rojo...

R: La verdad es que nunca me sentí extraña. A mí la gente me quiere mucho. De todas formas yo siempre he ido a mi aire.

P: En España eras conocida como vidente. ¿Fue una excusa para ganar dinero o realmente tienes visiones?

R: De excusa nada. Era para ganar dinero, pero yo tengo una sensibilidad especial. Alguna amigas que les echo las cartas (sin cobrar) me dicen: "Me has adivinado todo". Lo que hago es dar tranquilidad. Aprendí de Araciel y Rappel que no hay que decir las cosas malas.

P: Dices que Mario es mucho más parecido a ti que tu hija.

R: Es igual que yo, en el carácter, en que nos gusta estar con la gente, en que todo nos va bien. Parece mas hijo mío que Olvido.

P: La primera impresión es la que cuenta. No a todos los padres les gustaría un novio como Mario para su hija ni a la inversa, una novia como Alaska...

R: Yo conocí a Mario y le encontré fenomenal. Guapo, simpático, educado y que estaba loco por mi hija.

P: ¿Y cuando dicen que es un matrimonio abierto y de conveniencia?

R: Pues no conocen a Mario. Es igual de celoso que yo.

R: Mi mejor amiguito, mi amor fue Pajarito y siempre he vivido con homosexuales. Varias veces he formado parte de las carrozas del Día del Orgullo y todos son mis amigos y me encuentro muy bien. Nunca me he metido con nadie ni he ofendido, que es lo que pido para el resto de las personas.

P: La sentencia de Urdangarin ha escandalizado a mucha gente. ¿Crees que si no hubiera sido yerno del rey, estaría ahora en la cárcel?

R: Claro que sí. Ha sido una broma de mal gusto. Yo no lo metería en prisión. Lo que querría sería que devuelva lo que se ha llevado y le quitaría todo y que se pusiera a trabajar.

P: Has sido una mujer independiente en un tiempo poco favorable. ¿Qué te parece la moda de las mujeres tontas como la infanta o Ana Mato?

R: Son más listas que nadie y salen bien paradas. Se están riendo de todos nosotros. Pantoja también quiso ser tonta, pero le salió mal la jugada.

P: ¿Qué opinas como mexicana del muro que quiere levantar Trump?

R: Te diré que el primer muro lo han puesto los mexicanos. Tú no tienes dinero y a los tres meses te echan. Conseguir la ciudadanía es imposible. Yo viví allí 17 años. Tuve un marido y una hija mexicana y nunca conseguí tener pasaporte. Adoro México, pero es una país muy proteccionista. Salen no porque no haya trabajo, sino porque los sueldos son mucho mas bajos. ¿Por qué hay delincuencia? Porque hay dinero. ¿Qué le van a robar a un pobre?

América Jove, madre de Alaska y suegra de Mario Vaquerizo, ha querido contar sus experiencias a través de su libro 'Memorias de América: de Cuba a Alaska' (Ed. Martínez Roca), donde narra sus intensos 84 años de vida. Desde su salida de Cuba, su paso por México, Miami, Nueva York y Madrid cuenta su trayectoria de mujer independiente y positiva en unos tiempos en los que ser diferente y libre no era fácil. Adora a su yerno Mario, del que dice: “Parece más hijo mío que Olvido porque es igual que yo”. Le gusta viajar, trasnochar si se tercia, echar las cartas, viajar y tiene amigos hasta en el infierno. Para ella no hay día malo sino mañana torcida. Ha formado parte de las cabalgatas del Día del Orgullo Gay y su uniforme, con más de ocho décadas de vida, sigue siendo el estampado de pantera

Alaska Mario Vaquerizo
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