La galerista Soledad Lorenzo y su generosa donación
La Fundación Montblanc entregó el Premio Arts Patronage 2017 a la galerista Soledad Lorenzo, una de las personalidades más importantes del mundo del arte
Dicen que una media mentira repetida muchas veces se convierte con el paso del tiempo en una verdad incuestionable. Salvo que alguien lo descubra. Y esto es lo que sucedió en la cena de gala organizada por la Fundación Montblanc, donde se entregó el Premio Arts Patronage 2017 a la galerista Soledad Lorenzo, una de las personalidades del mundo del arte que más ha hecho por la cultura en general y, sobre todo, por los artistas jóvenes por los que apostó cuando empezaban. Con el tiempo, y gracias a ella, se convirtieron en nombres cotizados.
Esa noche Soledad era la homenajeada como en otras ocasiones lo fueron Norman Foster, Elena Ochoa, el príncipe de Gales, la fotógrafa Martine Franck (casada con Henri Cartier-Bresson) o Laura, sobrina del poeta García Lorca. Veinticinco años que han servido para que este premio se convierta en uno de los más reconocidos en el mundo. La galerista recibió una pluma joya y quince mil euros, que donará al proyecto cultural que prefiera.
El lugar elegido para la fiesta de gala fue el palacio de Liria,siempre con recomendación: el visto bueno lo tiene que dar el duque de Alba, que ha dado nuevos aires a su residencia. No todo el que tiene dinero puede conseguir pasear por las estancias donde los Tizianos se alternan con los Goya y la primera edición del 'Quijote' con las cartas de navegación de Cristóbal Colón. Un museo privado que además fue la vivienda de Cayetana Alba y ahora lo es de su primogénito Carlos y sus dos hijos.
Y fue en la visita guiada por los diversos salones y la biblioteca donde por fin se descubrió una de las imprecisiones (o media mentira) mantenida durante años por el anterior duque de Alba consorte, Jesús Aguirre: él no fue quien puso en orden el patrimonio bibliográfico que hay en el palacio, sino el primer marido de Cayetana, Luis Martínez de Irujo, quien muchas noches se quedaba en la biblioteca hasta que amanecía, rellenando con precisión de amanuense fichas que ahora han servido para digitalizar los tesoros de este palacio/museo privado.
La razón por la que Jesús Aguirre se ungió de esa autoría tuvo que ver con su tremenda vanidad y en el caso de Cayetana, dar a su marido un barniz de hombre desinteresado y volcado con la casa ante sus detractores y sobre todo antes los hijos, con los que nunca congenió. En ese paseo también quedó claro quién manda: en la mayoría de las fotos en marcos de plata que hay por todo el palacio, quien aparece es Carlos y sus dos hijos, desde que nacieron hasta ahora en todo tipo de actividades y situaciones con o sin su madre, Matilde Solís. Del resto de hermanos y sobrinos, más bien pocas.
Una vez finalizaron las visitas, los ciento treinta invitados pasaron a una espacio acristalado en la parte posterior del palacio decorado como si fuera una noche de estrellas. Ramiro Jofre llenó de velas colgantes toda la parte superior del invernadero creando un ambiente de cielo abierto. El menú corrió a cargo de Dani García, dos estrellas Michelin, que demostró por qué se las dieron. A diferencia de otros colegas vanidosos que se creen dios por salir en televisión, el malagueño ha seguido la estela humilde de Martín Berasategui. Una sencillez igual a la de la protagonista de la noche, Soledad Lorenzo.
La galerista apareció con un diseño en azul pavo real firmado por su amigo David Delfín, del que dijo que “se encuentra mejor y más animado. Para todos la muerte de Bimba (Bosé) fue una tragedia muy difícil de asumir. Yo, con lo mayor que soy, no puedo entender que gente tan joven y con toda la vida por delante se vaya”. Acudió acompañada de su pareja, Antonio Recoder, y escoltada por los presidentes y directivos de la firma y fundación Till Fellrath y Sam Bardaouil, Jens Henning Koch y Francesc Carmona.
Soledad Lorenzo, propietaria de una importantísima colección de cuatrocientas obras, las cedió al museo Reina Sofía. No hubo contraprestación ni alquileres previos: “Quiero que la gente disfrute como lo he hecho yo a lo largo de mi vida”, explicaba.
Otros invitados que acudieron a la cena de Liria fueron el defensa del Real Madrid Nacho Fernández con su mujer, María Cortés; la actriz Macarena Gómez, el diseñador de moda Juan Avellaneda con la modelo Marta Ortiz, Nuria Medina (coordinadora cultural de la Casa Árabe de Madrid) y el actor Diego Martín, que formó parte del jurado que eligió este año a Soledad Lorenzo. Una de las anécdotas de la noche la protagonizó el 'malo' de la serie 'Velvet', que antes había 'ejercido' de duque de Huéscar en la miniserie televisiva.
Diego Martín ya había paseado como 'propietario colateral' por el palacio de Liria mientras rodaba la serie y recordó esa noche anécdotas: “Un día apareció Cayetano Martínez de Irujo. La sesión era complicada porque se trataba de una escena delicada en la que aparecía él. Nos dijo que no nos preocupáramos porque la realidad había sido mucho más fuerte que la ficción”.
Una vez terminada la cena, los invitados volvieron a recorrer el jardín para salir por la puerta principal. Esta vez no hubo encuentro con los moradores del palacio y el fantasma, que cuentan que vigila que no se queden los intrusos, tampoco se dejó ver.
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Dicen que una media mentira repetida muchas veces se convierte con el paso del tiempo en una verdad incuestionable. Salvo que alguien lo descubra. Y esto es lo que sucedió en la cena de gala organizada por la Fundación Montblanc, donde se entregó el Premio Arts Patronage 2017 a la galerista Soledad Lorenzo, una de las personalidades del mundo del arte que más ha hecho por la cultura en general y, sobre todo, por los artistas jóvenes por los que apostó cuando empezaban. Con el tiempo, y gracias a ella, se convirtieron en nombres cotizados.