Ángel Garó: “Estuve 29 horas en el calabozo como un delincuente”
El humorista ha pasado por el plató de 'Sabado Deluxe' y, con los ojos llorosos, ha confesado que lo que peor lleva es que le relacionen con el maltrato
Se lo dijo Jorge Javier al principio de la entrevista, que iba a ser una noche muy complicada para él. Y así fue: complicada, emocional, lacrimosa y, en ocasiones, extraña y evasiva. La noche fue difícil para Ángel Garó. Por partes: fue complicada porque suponemos que a nadie le gusta ir a un programa de televisión a escucharte a ti mismo llamándole de todo menos bonita a la madre de tu novio; porque a nadie le gusta verse a sí mismo en unas imágenes, que ya ha visto toda España, en las que apareces desnudo (aunque él lo negó y dijo que llevaba ropa interior) en el balcón de tu casa gritando a diestro y siniestro, y porque a nadie le gusta que un paisano te diga: “Los espectáculos que das en Málaga dan vergüenza”. Y eso es lo que pasó en 'Sábado Deluxe': que Garó tenía que defender algunas cosas difícilmente defendibles. Es cierto que el humorista aludió a que habría que escuchar los audios que le había mandado su ex para entender de dónde venía esa rabia contra el otro, que él es un tipo con carácter o que en su Málaga natal la gente le quiere.
Lacrimosa, porque Ángel pasó gran parte del programa con los ojos humedecidos. Normal teniendo en cuenta a lo que se enfrentaba y al hecho de haber pasado dos semanas muy intensas: “Llevo quince días en un infierno. Se me ha vilipendiado. Y lo peor que llevo no es que digan que si bebo esto o hago lo otro, lo peor es que me relacionen con el maltrato”. Al actor le costaba aguantar las lágrimas al recordar cómo la policía fue a buscarle para detenerle y cómo pasó 29 horas en el calabozo “como si fuera un delincuente”.
Evasiva porque en muchas ocasiones Garó calló más que contó. La mayoría de ellas echando mano de su manual del buen caballero, en el que se ampara para no compartir con los colaboradores de 'Sábado Deluxe' audios enviados por su ex, Darío, o no contar detalles escabrosos para no ponerse a la altura del aludido: “No voy a comportarme igual que él”, aseguraba Garó. Lo malo es que esa caballerosidad de Garó acaba volviéndose en su contra: el que calla, otorga, dice el dicho, aunque no siempre tenga que ser del todo cierto. Lo que sí dejó caer es que su ex se marchaba en ocasiones, desaparecía y volvía después con dinero. También comentó que Darío es una persona diagnosticada y que no tenían relaciones sexuales porque toma una medicación muy fuerte.
Y extraña, porque había momentos en los que parecía que Garó se evadía (con la mirada, con el pensamiento) a un mundo en el que solo él habita, un universo paralelo lleno de éxitos, de teatros en pie, de premios y de momentos de gloria. No decimos que no los tenga (y más aún, que los haya tenido), pero en ocasiones parecía haberse quedado perdido en el tiempo, en ESE tiempo. De hecho, Mila Ximénez arrancó la ronda de preguntas diciendo: “Me estás defraudando en la entrevista, porque venías a denunciar lo del maltrato y lo que dices es sobre los premios, y lo guapo que eres...”, mientras que María Patiño le recordaba que “se puede ser artista y mala persona” dando a entender que lo uno no anula automáticamente lo otro.
Y por el camino hubo muchas cosas: Jorge Javier le preguntó si se sentía olvidado, si había llevado mal el olvido y la caída de popularidad. Ángel afirmó que sigue llenado teatros, incluido el día de los hechos. También dijo que, aunque exista denuncia por malos tratos, “yo no le toqué, yo no he maltratado a nadie en mi vida, ni cuando era chico”. Los colaboradores sacaron algún desencuentro anterior con terceras personas, además de algún enfrentamiento más del actor con la policía. Y antes de terminar, Garó hizo un monólogo que duró varios minutos en su defensa. Justo antes de que uno de los colaboradores compartiera un audio de Darío en el que decía: “No tengáis piedad con él. Es teatro, teatro, teatro...”.
Lo dicho: una noche complicada para Garó.
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Se lo dijo Jorge Javier al principio de la entrevista, que iba a ser una noche muy complicada para él. Y así fue: complicada, emocional, lacrimosa y, en ocasiones, extraña y evasiva. La noche fue difícil para Ángel Garó. Por partes: fue complicada porque suponemos que a nadie le gusta ir a un programa de televisión a escucharte a ti mismo llamándole de todo menos bonita a la madre de tu novio; porque a nadie le gusta verse a sí mismo en unas imágenes, que ya ha visto toda España, en las que apareces desnudo (aunque él lo negó y dijo que llevaba ropa interior) en el balcón de tu casa gritando a diestro y siniestro, y porque a nadie le gusta que un paisano te diga: “Los espectáculos que das en Málaga dan vergüenza”. Y eso es lo que pasó en 'Sábado Deluxe': que Garó tenía que defender algunas cosas difícilmente defendibles. Es cierto que el humorista aludió a que habría que escuchar los audios que le había mandado su ex para entender de dónde venía esa rabia contra el otro, que él es un tipo con carácter o que en su Málaga natal la gente le quiere.