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Cristina Oria, la empresaria (y chef) detrás de las cestas de moda
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vende 600 cestas al día por encargo

Cristina Oria, la empresaria (y chef) detrás de las cestas de moda

Cuando hace nueve años Cristina Oria abandonó su puesto como consultora estratégica en una multinacional para hacer un curso en Le Cordon Bleu de París, nunca imaginó este éxito

Foto: Cristina Oria en su tienda preparando una de sus populares cestas. (Vanitatis/Carmen Castellón)
Cristina Oria en su tienda preparando una de sus populares cestas. (Vanitatis/Carmen Castellón)

“El secreto de mi foie es un error. Yo estudié en Le Cordon Bleu de París y cuando fui a traspasar la receta a limpio, ya llevábamos como 200 kg vendidos, me di cuenta de que me había equivocado. Y dijimos que para adelante con esta, que al final es la que gustaba a todo el mundo”. De un error nació un imperio. Cuando hace nueve años Cristina Oria abandonó su puesto como consultora estratégica en una multinacional para hacer un curso de chef, nunca imaginó que algún día viviría el fenómeno que hoy suponen sus productos (con su famoso foie equivocado a la cabeza). "En Navidad nos encargan unas 600 cestas gourmet al día, más las que preparamos en el momento para la gente que se acerca a la tienda".

Sus ya famosas cajas blancas con su nombre grabado en negro han llegado a las mesas más selectas de España recorriendo cada rincón de la península. Su foie (premiado en varias ocasiones) no faltará en las mesas de los que lo han probado en alguna ocasión -Carmen Lomana, Eugenia Silva y Paula Echevarría ya han caído en la tentación-. El gusanillo empresarial está impreso en su ADN. Hija de los dueños de la desaparecida Musgo y casada con Álvaro Corsini, su negocio no para de crecer.

placeholder Cristina Oria posa para Vanitatis en su restaurante en Madrid. (Vanitatis /Carmen Castellón)
Cristina Oria posa para Vanitatis en su restaurante en Madrid. (Vanitatis /Carmen Castellón)

Embarazada de siete meses y medio de su segundo hijo (será niño como el primero, Alvarito), Cristina nos atiende en su tienda-restaurante de Madrid en medio del bullicio que se respira en su local a pocos días de Nochebuena. Abren todo el día y, aun así, la tienda está a rebosar a la hora de la comida. "Aunque tenemos 45 personas en la plantilla fija, en Navidad ampliamos para poder llegar a todo", comenta sin saber muy bien donde ponernos.

A caballo entre su casa y el catering (el peso de la tienda de Conde de Aranda lo lleva su marido sobre los hombros), Cristina aún encuentra tiempo para cocinar recetas y grabarlas por la noche con su móvil para compartirlas en Instagram (donde es especialmente activa) y para ir a la televisión a aclarar que el paté no es foie. Sentadas en una de las mesas de su restaurante en mitad del servicio de comidas, a punto de degustar las joyas de su menú (foie, steak tartar y tarta de queso caliente, entre otros), la chef de moda en Madrid nos cuenta los secretos (porque son varios) de su exponencial éxito.

placeholder Una de las cestas de Cristina Oria. (Cristina Oria)
Una de las cestas de Cristina Oria. (Cristina Oria)

Yo al catering y tú al restaurante

Una fama que se ha ganado a base de esfuerzo y dedicación. "Hace nueve años empecé con el catering y los regalos gourmet desde el obrador que aún tenemos en la calle Eraso de Madrid, crecimos muchísimo y ese fue el punto fuerte de nuestro negocio". Tras años de evolución del producto, comenzaron a participar en 'pop ups' navideñas que encendieron la mecha del "musguito" (como ella lo llama) en que han convertido su tienda física de Madrid.

placeholder Cristina en su restaurante. (Vanitatis)
Cristina en su restaurante. (Vanitatis)

En un principio, fue Cristina en solitario la que se embarcó en esta gran aventura sobre la que ahora gira toda su vida. Su marido, Álvaro, consciente de la proyección del negocio, dejó su trabajo en el family office en el que desarrollaba su carrera (es ingeniero de Montes) para dedicarse con ella en cuerpo y alma a sacar adelante su empresa. "Yo no podía llegar a todo sin su ayuda. Dos establecimientos, dos cocinas más las salidas de los caterings en los que siempre quiere el cliente que esté". Por ello tomaron la decisión de repartirse: ella se encargaría en el día a día del catering, mientras que su marido (y hermano de Laura Corsini, propietaria de Bimani 13) es el que saca adelante y resuelve todos los problemas de la tienda y el restaurante que, aunque en un primer momento iba a ser solo de picoteo, se ha convertido en todo un referente entre la oferta gastronómica capitalina.

Ambos han aplicado los conocimientos adquiridos en sus anteriores negocios. Los dos provenientes de empresas familiares: "La visión de negocio y la estrategia ha sido imprescindible para ser lo que somos hoy", confiesa.

El restaurante donde puedes comprarlo todo

Aunque el brunch, servido todas las mañanas en sus diferentes variedades, es la gran estrella del establecimiento que regentan desde hace dos años en Conde de Aranda, a pocas calles de la milla de oro de Madrid, lo cierto es que su verdadera ventaja es que "todo lo que hay en el restaurante está a la venta. Comes y ya de paso te llevas algo para una cena". Nos cuenta que la mesa en la que estamos sentados durante la entrevista lleva ahí pocos días: "Hemos tenido que improvisar sobre la marcha, aquí había una mesa de madera maciza que ocupaba todo este espacio y la vendimos el otro día", nos relata entre risas. "Todo cambia porque todo se vende". Hasta las sillas.

placeholder Cristina Oria, en conversación con Vanitatis. (Vanitatis/Carmen Castellón)
Cristina Oria, en conversación con Vanitatis. (Vanitatis/Carmen Castellón)

Y es que, a pesar de que su primera idea era vender complementos a los productos gourmet, las peticiones de sus clientes les han llevado incluso a recorrer ferias por Inglaterra y Francia (que se han convertido en sus viajes en familia) en busca de vajillas, cristalerías, cuberterías e incluso mantelerías que hacen las delicias de su público. "Tenemos hasta una cubertería de 5.000 euros de plata de Christoff, perfecta para boda o para regalos de empresa. Antes los regalos eran más para Navidad, ahora venden todo el año y se plantean crecer en el sector de la organización de eventos adquiriendo un espacio que puedan dedicar a grandes producciones y así simplificar la logística con sus clientes. "Aún estamos buscando, pero será en Madrid, a menos de media hora de la ciudad".

De Instagram a ¿Youtube?

En Cristina Oria el papel del jefe de prensa nunca ha llegado a existir. “No tenemos ni comunity manager ni nada. Yo llevo mis redes sociales”. Su relación desde el principio con periodistas es tan buena y fluida que ya no la va a cambiar. Y eso que la empresa crece cada día y le cuesta llegar a todo. “Con algunos de ellos he creado un vínculo de amistad. Me han ayudado desde el principio, me fomentan, ahora no puedo pasarles a una persona de prensa” y lo mismo ocurre con sus redes sociales. Siguiendo el perfil personalista, la gente que la sigue en Instagram espera que sea ella la que publique detalles de sus caterings, nuevos productos de la tienda o nuevas recetas para cenar (eso sí, sin ingredientes raros ni técnicas imposibles, aptas para cualquier madre en apuros).

De hecho, este último detalle es uno de los más seguidos y que pronto podría evolucionar a un proyecto nuevo en paralelo a su blog de cocina, parado desde el pasado verano. “He parado por inmediatez de redes sociales y porque no me da la vida. El blog no te permite improvisar. Está muy cuidado en imagen y lleva mucho más tiempo -asegura-, lo que sí que quiero sacar ahora es un canal de Youtube, con el que empezaré en enero, aunque sin abandonar el blog, que retomaré dentro de poco”.

Y este no es el único proyecto que tiene en mente para este 2018. Además del canal de Youtube y del espacio para eventos, Cristina ha adelantado a Vanitatis que uno de sus deseos para este nuevo año es abrir un segundo restaurante en otra zona de Madrid (el nuestro es que lo abra cerca de la redacción).

“El secreto de mi foie es un error. Yo estudié en Le Cordon Bleu de París y cuando fui a traspasar la receta a limpio, ya llevábamos como 200 kg vendidos, me di cuenta de que me había equivocado. Y dijimos que para adelante con esta, que al final es la que gustaba a todo el mundo”. De un error nació un imperio. Cuando hace nueve años Cristina Oria abandonó su puesto como consultora estratégica en una multinacional para hacer un curso de chef, nunca imaginó que algún día viviría el fenómeno que hoy suponen sus productos (con su famoso foie equivocado a la cabeza). "En Navidad nos encargan unas 600 cestas gourmet al día, más las que preparamos en el momento para la gente que se acerca a la tienda".

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