'Chicas malas' vuelve a la actualidad: así influyó en la moda

Broadway vive inmerso en el 'revival' de 'Chicas malas'. Está claro que las 'mean girls' del título original nunca se fueron del todo. La cinta protagonizada por Lindsay Lohan y Rachel McAdams se ha convertido en uno de esos productos de culto que siguen teniendo miles (o millones) de fans. Ahora, este grupo de amigas crueles del instituto se han convertido en personajes de un musical del director y coreógrafo Casey Nicholaw​, que ha obtenido diversidad de opiniones en la prensa norteamericana. Para bien y para mal.

Del vestuario de la obra se encarga Gregg Barnes y muchos han centrado la ira de sus 'reviews' en la ropa que llevan las protagonistas.

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J. M.

'Variety' asegura que los colores chocantes de las actrices de la obra parecen esconder su mediocridad, como si el director “no quisiera que notemos que no está sucediendo nada de interés”. Al igual que 'Clueless (Fuera de onda)' , la película de Mark Waters con guion de Tina Fey hizo mella en la moda de los 2000. A veces triunfando y otras no tanto.

Hace apenas unos meses, Primark lanzó una nueva colección homenajeando a la película en los eslóganes de sus camisetas. Algunas de las reglas impuestas por la malévola y deliciosamente retorcida Regina George eran las protagonistas. “Los miércoles vamos de rosa” o “No puedes sentarte con nosotros” se estamparon en todo tipo de tops y camisetitas. Pese a parecer inocuos, causaron un gran revuelo. La colección, hecha para niñas, provocó protestas por supuesta discriminación sexual o por fomentar el 'bullying'. Una vuelta de tuerca bastante curiosa (para algunos, exagerada) de la corrección política que impera en nuestros días.

Sin embargo, no todas las tendencias del vestuario de la cinta, diseñado por Mary Jane Fort, han provocado reacciones tan negativas. Y mucho menos para una empresa como Primark. La película hizo mucho por el 'twinzzie up' o 'matchy-matchy', que consiste en que las chicas combinen su indumentaria con la de su amiga. Por ejemplo, utilizar el mismo estampado en prendas diferentes o el mismo bolso pero de diferente color, como ocurría con algunas de las protagonistas de la película.

La impulsora de esta tendencia, a raíz de su pasión por 'Chicas malas', fue la cantante y actriz chilena Vesta Lugg, que se presentó en el lanzamiento de una colección de Balmain para H&M vestida a juego con una de sus mejores amigas. Ella pareció entender a la perfección que las chicas no quisiesen aceptar a cualquiera de ellas que no se vistiese de rosa los miércoles o que fuese hecha un trapo disfrazada de Halloween. La película también hizo que, en la década de los 2000, el rosa se pusiese muy de moda entre las chicas.

También las camisetas llenas de frases divertidas (cuando no explicativas). La de Regina, que rezaba 'A litte bit dramatic', era una de las más divertidas. La cinta también puso de moda todo lo 'preppy', esa tendencia que parece un reflejo de las rebequitas ajustadas y peinados de las adolescentes que llevaban las norteamericanas en los años 50.

Otra referencia clara a la cinta son los pequeños bolsos de mano, las minifaldas estampadas y plisadas y los colgantes con la inicial, algo que también caracterizaba al personaje de Regina y al de Cady. La primera llevaba una 'R' y la segunda una 'C' colgando de sus cuellos.

Aunque gran parte de los atuendos que lucían Lindsay Lohan y compañía en la película puedan parecer demasiado 2000, está claro que, en una época en la que la moda es una mezcla de colores y texturas, nunca está de más rescatar el lado 'chica mala' con algún trapito que se parezca a los de la película. Así nadie podrá soltar que “no puedes llevar un top dos días seguidos y solamente puedes llevar coleta una vez a la semana”. Chica mala, sí, pero sin pasarse.