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Verónica Mengod nos abre el álbum de su boda: "Nos casamos rodeados de naturaleza"
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Verónica Mengod nos abre el álbum de su boda: "Nos casamos rodeados de naturaleza"

Un cóctel de sencillez, naturalidad y deseos de celebrar. Así fue la boda de la presentadora Verónica Mengod y el empresario Carlos Ortiz-Echagüe a las afueras de Madrid

Foto: Verónica Mengod, el día de su boda. (Cortesía)
Verónica Mengod, el día de su boda. (Cortesía)

La actriz y presentadora de televisión Veronica Mengod, uno de los rostros más populares de la televisión en las décadas de los años 80 y 90, y el empresario Carlos Ortiz-Echagüe (su empresa distribuye en exclusiva para España los afamados helados Häagen-Dazs) se conocieron en la inauguración de un restaurante ubicado dentro de la mítica discoteca madrileña Oh! Madrid.

"Por lo visto, él me había visto en televisión (en aquella época, Verónica presentaba el programa infantil 'El kiosco') y se fijó en mí. Cuando aquella noche nos presentaron a mí me cayó genial. Hablamos durante un rato, nos reímos mucho... y poco después empezamos a salir", explica Verónica. Tras dos años de noviazgo decidieron casarse. La novia tenía solo 20 años.

placeholder Verónica Mengod, el día de su boda. (Cortesía)
Verónica Mengod, el día de su boda. (Cortesía)

La fecha elegida para su boda fue el 13 de mayo de 1987 y la ceremonia religiosa se celebró en la capilla de piedra de Nuestra Señora de Begoña, en La Florida, a las afueras de Madrid.

El padre de Verónica, el compositor Julio Mengod, que además actuó como padrino, se empeñó en acompañar a su hija a la iglesia a bordo de un coche antiguo descapotable, pero a la novia no le convenció la idea. "Era precioso, pero cuando lo vi aparecer pensé: 'Pero, ¿cómo voy a ir ahí? Voy a llegar con los pelos como una loca'. Y opté por ir en el coche de mi cuñado, más normalito y cubierto. Tiempo después me arrepentí porque a mi padre le hizo mucha ilusión sorprenderme con aquel detalle".

placeholder Verónica y su padre. (Cortesía)
Verónica y su padre. (Cortesía)

Los novios llegaron puntuales y aunque vivieron la ceremonia religiosa sin nervios y muy felices, hubo un momento en el que la calma amenazó con resquebrajarse. Verónica en aquella época era muy popular y, por supuesto, la prensa no quiso perderse detalle de su boda. "A pesar de que se les dijo que no entraran a la iglesia, en mitad de la ceremonia y de repente empezaron a aparecer fotógrafos por todas partes. Algunos se escondieron incluso en los confesionarios y se montó un pequeño lío que hizo parar la liturgia durante unos minutos. Por suerte todo se solucionó. Fue el único momento en el que me puse nerviosa de verdad".

placeholder Verónica Mengod, el día de su boda. (Cortesía)
Verónica Mengod, el día de su boda. (Cortesía)

Junto a sus doscientos invitados, los novios celebraron un almuerzo en el Club de Campo Villa Madrid, al aire libre y rodeados de naturaleza. Las fantásticas vistas a los campos de golf y al skyline de Madrid, una puesta de sol única y los espectaculares jardines compusieron un escenario idílico para la celebración de una boda muy alegre y familiar. Eligieron ese lugar porque la familia del novio era socia del club. Por suerte, el tiempo les acompañó y pudieron disfrutar de los jardines y la fiesta hasta altas horas de la madrugada.

placeholder Verónica Mengod, el día de su boda. (Cortesía)
Verónica Mengod, el día de su boda. (Cortesía)

Las mesas redondas se vistieron con manteles rojos de lino, vajillas blancas de porcelana y centros de flores en el mismo tono. "Todo muy sencillo y sin ninguna gracia", advierte Verónica. "Lo cierto es que en aquella época era tan joven que no le daba importancia a esos detalles. Todo me parecía bien. Hoy por hoy nunca elegiría ese color para las mesas, me habría fijado más en la decoración floral y hubiera eliminado de un plumazo aquella tarta de siete pisos que Carlos y yo cortamos con una espada descomunal. A pesar de todo, aquel día fui muy feliz y lo disfruté muchísimo. Lo único que me importaba era casarme con Carlos y compartir mi alegría con nuestras familias y amigos", añade la presentadora. El menú, servido por el catering del Club de Campo, a modo de cóctel, también resultó un éxito.

Tras abrir el baile con un tradicional vals de Strauss, la fiesta continuó con un animado mix de música de los años ochenta: Mecano, Los Secretos, Queen, Phil Collins, Earth, Wind & Fire... Pocos días después pusieron rumbo a su viaje de novios: Madeira. Aunque el verdadero tour lo hicieron justo un año después de la boda a varios destinos asiáticos como Bangkok, Singapur, Hong Kong y Bali.

Bailarinas y hombreras XL en un look años 80

El look nupcial de Verónica, cero minimalista y de acuerdo con el estilo de los exhuberantes años 80, no dejó a nadie indiferente. "Recuerdo que fui a varias tiendas de Madrid a ver vestidos de novia, pero como no encontraba nada que me gustara, mi suegra me sugirió acudir a su costurera de toda la vida. Dibujé junto a mi cuñada Belén un boceto con las cuatro ideas que tenía claras y me dirigí a su taller ubicado en la calle Mayor en Madrid".

placeholder Verónica Mengod, el día de su boda. (Cortesía)
Verónica Mengod, el día de su boda. (Cortesía)

¿El resultado? Un diseño con escote barco, cuerpo bordado ajustado a la cintura y manga larga superabullonada en los hombros, el detalle ochentero definitivo. La falda, con mucho volumen, caía en cascada por detrás.

"Justo en la última prueba, a diez días de casarme, alguien sugirió abrir ligeramente la espalda... y fue un error. El día de la boda los hombros se caían y resultó muy incómodo. Si hoy volviera a casarme, lo haría con un vestido de inspiración griega, que me encantan". Un velo de tul, unas bailarinas y un ramo de flores blancas con paniculata completaron su look nupcial.

placeholder Verónica Mengod, el día de su boda. (Cortesía)
Verónica Mengod, el día de su boda. (Cortesía)

Como únicas joyas, Verónica llevó unos pendientes de perlas diminutas, "nunca más he vuelto a ponerme perlas", cuenta, y su anillo de pedida, un diseño de oro blanco con ocho brillantes. En cuanto al peinado, optó por su característica melena suelta rizada, peinada por Llongueras.

Verónica y Carlos, alejados de la vida pública y abuelos de seis nietos, acaban de celebrar sus 35 años de casados y siguen tan enamorados como entonces. Así lo expresó la presentadora cuando, junto a una reciente foto con su marido, mostró sus sentimientos en un post que publicó en sus redes sociales: "Carlos tiene los pies en la tierra y yo estoy en mi mundo. Pero, sobre todo, nos admiramos y nos respetamos. El camino ha sido maravilloso junto al compañero perfecto".

La actriz y presentadora de televisión Veronica Mengod, uno de los rostros más populares de la televisión en las décadas de los años 80 y 90, y el empresario Carlos Ortiz-Echagüe (su empresa distribuye en exclusiva para España los afamados helados Häagen-Dazs) se conocieron en la inauguración de un restaurante ubicado dentro de la mítica discoteca madrileña Oh! Madrid.

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