Este es el tipo de abrazo perfecto para las personas que padecen ansiedad, según la psicología

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El abrazo de la mariposa es una de las técnicas más sencillas y eficaces para calmar la mente y recuperar la estabilidad emocional en momentos de tensión. Se trata de un método de autorregulación que cualquiera puede aplicar en su día a día sin necesidad de herramientas externas, convirtiéndose en una opción accesible y efectiva para encontrar tranquilidad.

Según explican en la revista 'Cuerpo Mente', esta técnica resulta especialmente útil para aquellas personas que sufren ansiedad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cerca del 4% de la población mundial padece trastornos de ansiedad, una cifra en constante aumento debido al estrés laboral, la incertidumbre económica y las presiones del ritmo de vida moderno. Ante esta realidad, contar con recursos como el abrazo de la mariposa puede marcar la diferencia en el bienestar diario.

El procedimiento, tal como explica en Instagram 'Completo Bienestar Psicología', es simple: consiste en cruzar los brazos sobre el pecho, colocando las manos en los hombros opuestos y realizando pequeños golpeteos alternos con cada mano, simulando el movimiento de las alas de una mariposa. Mientras se ejecuta este gesto, es fundamental concentrarse en la respiración, inhalando profundamente por la nariz y exhalando lentamente por la boca. Al poco tiempo, el cuerpo comienza a relajarse y la sensación de angustia disminuye.

Desde el punto de vista científico, el abrazo de la mariposa forma parte de la llamada terapia de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR). Este enfoque, utilizado especialmente para tratar la ansiedad y los traumas, basa su eficacia en la estimulación bilateral del cerebro. Al alternar el movimiento de las manos, se activan ambos hemisferios, facilitando el procesamiento emocional y reduciendo la sobrecarga de estímulos.

Además, este método contribuye a reducir la producción de cortisol, la hormona del estrés, lo que genera una sensación de calma y control sobre las emociones. Su éxito radica en su sencillez y efectividad, ya que al reconectar con el cuerpo se establece un efecto de retroalimentación positiva: a medida que el cuerpo se relaja, la mente también lo hace.

Practicar esta técnica de forma habitual puede ayudar a gestionar mejor la ansiedad y enfrentar situaciones estresantes con mayor equilibrio. Sin embargo, si los síntomas persisten, siempre es recomendable consultar con un profesional de la salud mental para recibir el tratamiento adecuado.