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La Casa Real lanza un mensaje de unidad: todos a arrimar el hombro
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La Casa Real lanza un mensaje de unidad: todos a arrimar el hombro

Imagen atípica la que se ha vivido este lunes en Madrid. Era el primer acto oficial previsto en agenda de todo el año en el que los

Imagen atípica la que se ha vivido este lunes en Madrid. Era el primer acto oficial previsto en agenda de todo el año en el que los reyes, los príncipes y la infanta Elena aparecían juntos. Lo hacían sonrientes, con la intención de dar una imagen de unidad y esfuerzo común, eso sí, con la consabida excepción de la misa de Pascua del pasado mes de abril en Palma de Mallorca, un evento que aunque no forma parte estrictamente de la agenda oficial de la Familia Real sí constituye una tradición como lo es la cena estival con las autoridades baleares.

Exceptuando aquella ocasión, en realidad la Primera Familia no compartía un acto oficial al completo desde hace un año, cuando los reyes, los príncipes, la infanta Elena y los duques de Palma acudieron juntos al desfile del Día de la Hispanidad. Un acontecimiento que volverá a repetirse la semana que viene, aunque la foto diferirá sustancialmente, teniendo en cuenta además que a los últimos desfiles (Fuerzas Armadas y Pascua Militar) únicamente asistió el núcleo central de la Familia (los reyes y los príncipes).

En la foto oficial de este lunes, en el que la Familia Real asistía al acto de imposición de la cruz laureada colectiva de San Fernando al estandarte del Regimiento de Caballería acorazado Alcántara Nº10 en el Palacio Real de Madrid,  faltaban los duques de Palma. Aunque Zarzuela reculó y negó en su momento que la infanta Cristina fuera a ser apartada de las actividades oficiales, lo cierto es que la duquesa de Palma no ha vuelto a figurar en la agenda real, como tampoco su marido.

Casa Real incidía entonces en la importancia progresiva que iría adquiriendo el núcleo central de la Primera Familia en detrimento de las infantas y Urdangarin. De hecho, los duques de Palma han vivido la desaparición completa de la agenda real mientras que en el caso de doña Elena únicamente ha acudido a tres actos en los últimos tres meses y medio.

El de este lunes es un acto cargado de simbolismo teniendo en cuenta además los últimos acontecimientos. El mensaje que quiere enviar Zarzuela es muy claro: unidad y trabajo común. Sobre todo después de que la armonía familiar se haya vuelto a cuestionar este fin de semana a raíz del viaje privado y en solitario de la reina Sofía a Barcelona para acudir al cumpleaños de su nieto Juan Urdangarin. La monarca se desmarcaba así de su marido y su hijo y volvía a anteponer su papel de abuela al de reina, reuniéndose con la infanta Cristina, algo que no hizo don Juan Carlos esta misma semana cuando tuvo que asistir hasta en dos ocasiones a sendos actos oficiales en la Ciudad Condal.

En el acto de imposición de la cruz laureada colectiva de San Fernando también coleaba otra cuestión que se conocía este mismo fin de semana: las declaraciones de Corinna zu Sayn-Wittgenstein al diario New York Times a propósito de su amistad con el rey. "Es un tesoro nacional (...). Cuando entra en una habitación radia calidez y carisma y conecta con todo el mundo. No deja a nadie indiferente", han sido las palabras que ha pronunciado llegando a despertar todo tipo de recelos.

Imagen atípica la que se ha vivido este lunes en Madrid. Era el primer acto oficial previsto en agenda de todo el año en el que los reyes, los príncipes y la infanta Elena aparecían juntos. Lo hacían sonrientes, con la intención de dar una imagen de unidad y esfuerzo común, eso sí, con la consabida excepción de la misa de Pascua del pasado mes de abril en Palma de Mallorca, un evento que aunque no forma parte estrictamente de la agenda oficial de la Familia Real sí constituye una tradición como lo es la cena estival con las autoridades baleares.

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